Periodismo libre y comprometido

Search
Search
O A X A C A Clima de Hoy

Apuesta por la LXI Legislatura

Inicio este escrito con una cita de Jorge Luis Borges: “Yo no hablo de venganzas ni de perdones: el olvido es la única venganza y el único perdón”.

Y lo completo con el pensamiento de Milán Kundera: “La historia es la lucha de la memoria contra el olvido; debemos olvidar para desechar las venganzas que envenenan el alma”.

Además, considero plasmarlo en una mañana fresca y soleada del 13 de noviembre de 2010, con repetidas consignas en el entorno del Congreso del Estado:

“¡Justicia!, ¡Justicia!, ¡Justicia!”… “¡Ni perdón ni olvido!”… “¡Desaparecidos presentación!”… “¡No más represión masiva y selectiva!”… “¡Juicio y castigo a los asesinaos!”… “¡Por una Comisión de la verdad!”… “¡Por democracia y paz con justicia social!”.

El clamor popular en paredes y conciencias de muchas gentes reunidas en el palacio legislativo de San Raymundo Jalpan, mientras iniciaba la asamblea legislativa sin mayor protocolo.

Algunos reporteros me entrevistan y digo con alegría: ¡Felicitaciones! porque según mis ánimos de esperanza y progreso ese acto sentaba las primeras bases para retomar o reconstruir un estado de derecho, democrático, que promueva la justicia e intente acabar con la miseria y la desigualdad social que afecta hasta la médula de los huesos a la mayor parte de oaxaqueños.

También hice comentarios alegres con la gente que me saludaban. ¿Cualquier mexicano que arribe al poder se corromperá inevitablemente?, decían. No. No es un problema de idiosincrasia, sino de educación, respondía.

Y esto podría tener dedicatoria, pero no lo es en absoluto, porque entre los 42 nuevos legisladores que tomaron posesión de sus cargos, hay cinco u ocho que tal vez no se corrompan, muy contados por cierto.

Y hasta me atrevo a augurar que se cumplirán algunos de los mensajes vertidos por la presidenta de la mesa directiva, Eufrosina Cruz Mendoza, como hacer cumplir la Constitución General de la República y particularmente la del Estado de Oaxaca.

Seguí platicando sobre la lucha constante por conquistar la democracia, las ansias de justicia y paz social como exigencias populares, como las que se escuchan cotidianamente en el recinto legislativo por el MULT, la Sección 22 del SNTE, los familiares de detenidos-desaparecidos y asesinados políticos, por el alto a las injusticias.

Ojalá que a partir de este 13 de noviembre de 2010 los oaxaqueños empecemos a sentir una nueva vida institucional y de progreso general en la entidad.

Porque si es verdad que “los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, como dice Will Fowler en Gobernantes mexicanos (FCE, 2008), los habitantes de este estado y de este país hemos hecho todo mal.

Podríamos justificarnos culpando a la historia de aberraciones como Santa Anna, Porfirio Díaz, Plutarco Elías Calles, Miguel Alemán Valdés, Carlos Salinas de Gortari y Vicente Fox Quezada, productos acabados del México institucional aunque bronco, pero no por los personajes que han sido electos antes del 2000 y en ese año para enderezar el rumbo de una República extraviada, lo que no sucedió y por eso estamos como estamos. Los mexicanos ingenuos nos equivocamos.

Ante el caos, México sigue siendo el mismo en muchos aspectos; incluso, ha empeorado en otros. En el devastado territorio nacional se apelmazan el futuro escurridizo y el atraso más penoso, de la mano ahora con una saña indecible cortesía del “Crimen Organizado S. A. de C.V”.

Es otro Estado con sus propias leyes, encastrado como un violador en el cuerpo de las instituciones, que hoy son ya obsoletas y sólo nombradas por la burocracia catastrófica, y también por los usos y malas costumbres.

Porque presidentes, gobernadores, miembros del risible H. Congreso de la Unión y de los Congresos locales, presidentes municipales, líderes sindicales corruptos amantes de la impunidad y funcionarios de todos los partidos han demostrado olímpicamente su incompetencia, su afición por la dulce vita y, peor aún, su indeclinable vocación por el engaño, la mentira y la corrupción.

Sin embargo, esos politiqueros surgen del seno de la población, no han sido extraños ni han sido puestos por potencias imperiales, aunque sí y muchas veces por groseros dedazos, cacicazgos familiares, amiguismo, clientelismo, tribus o grupos de élites partidistas que una vez en el poder –con fuero e impunidad– ponen en práctica los usos y costumbres de un pueblo tan atrasado como pintoresco.

Ojalá y esto ya no suceda. Es nuestra apuesta y esperanza.

Señores diputados: a pesar de todo y con el respeto que me merecen, sigo expresándoles felicitaciones en este inicio de sus funciones.

Espero que no traicionen la esperanza del pueblo. Ojalá que con inteligencia y buena voluntad legislativa allanen obstáculos y vicios de un sistema social que tanto nos agobia.

(*) Ex rector de la UABJO.

 

noviembre 2010
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930  
Scroll al inicio