OAXACA, OAX., agosto 28.- Con un acervo que integra diseños exquisitos en joyería como un pectoral elaborado con turquesa, oro y conchas, relicarios del siglo XVI, de Choapan; collares del siglo XV que trajeron los españoles para cambiarlo por oro; un collar que perteneció a Frida Kahlo, así como artesanías y textiles de principios del siglo pasado, el Museo Belber Jiménez, A.C. ubicado en la ciudad de Oaxaca, iniciará su relanzamiento para colocarse como referencia a nivel nacional e internacional en la cultura mexicana, especialmente la oaxaqueña.
Fundado en mayo del 2008, el Museo muestra el cariño de una familia oaxaqueña, originaria de Tututepec, región de la Costa, quienes a lo largo de los años continúan mostrando el amor por el estado que los vio nacer.
Ramón Jiménez Caballero dio a conocer que el proyecto nace de la iniciativa de Federico Jiménez Caballero, Ellen Belber (esposa) y todos los hermanos, quienes consolidaron la creación de este espacio multicultural que expone piezas únicas del país.
En su relato resalta la figura de Federico, quien muy joven emigró a los Estados Unidos, país que le enseñó arraigarse más a su cultura originaria permitiéndole coleccionar piezas de notable belleza, colección que donó parte de ella al Museo Belber y concretar el sueño familiar: contar con un espacio exprofeso para mostrar las piezas recolectadas durante tanto tiempo.
Piezas únicas
Ubicado en la calle de Matamoros 207, en el centro de la ciudad de Oaxaca, el espacio cuenta con tres colecciones, la más importante: la joyería, esta se destaca por contar con diseños elaboradas en los años 30 por orfebres mexicanos y extranjeros, entre ellas los relicarios del siglo XVI de Choapan, hechos con plata; collares de Yalalag del siglo XVII; una imagen de la Virgen de La Soledad que data del año de 1950 fabricada en plata, turquesa y marfil; un collar que perteneció a Frida Kahlo, entre otros accesorios.
En este espacio el visitante podrá admirar baúles de madera del siglo XII, perfectamente bien conservados; cocos labrados en San Juan de Ulúa, por presos durante el régimen de Porfirio Díaz; sombreros conocidos como “Charro 24” elaborados con hilo de plata y piel de burro, originarios del Istmo de Tehuantepec.
En la sala de textiles, el objeto más representativo es un huipil de San Lucas Ojitlán, Oaxaca, único en su tipo y hecho a mano, así como un sarape con la bandera tricolor, elaborado en 1909 en Teotitlán del Valle y que fue dado como obsequio al general Porfirio Díaz.
Cultura esencial para el desarrollo
Sin duda, sitios como el Museo Belber representan una puerta abierta al turismo y a la promoción cultural, una de las principales fuentes generadoras de recursos para el estado de Oaxaca, así lo manifestó el titular de la Secretaría de las Culturas y Artes, Andrés Webster, quien además dijo que este tipo de iniciativas ciudadanas deben incorporarse al circuito cultural para ampliar la difusión de las culturas y las artes oaxaqueña y atraer a más visitantes nacionales y extranjeros.
Para la Seculta, subrayó, la cultura juega un papel esencial en el desarrollo sustentable de los pueblos originarios que posee la entidad, ya que una de las acciones de este gobierno encabezado por Gabino Cué, busca fortalecer y despertar la participación de la ciudadanía en general para contribuir a la promoción de sus tradiciones y costumbres y garantizar su desarrollo.