EXPRESIONES.- En el año 2006, de nefanda memoria para los oaxaqueños, escribí un artículo que titule: El espejo de ETA (23 de marzo/2006)….; en el que establecía que “si bien el terrorismo en nuestro país no se ha apuntalado, sí existen células que persisten en sus tácticas anarquistas y en su ideología socialista”.
Nada que ver con las intenciones de los cárteles de la droga que han convertido en polvorines varios estados del norte de la República Mexicana, pero que sin embargo hoy se muestra como un signo igual de violento que nuestro país tiene que enfrentar con la cruel desventaja de nuestra limitaciones políticas, sociales y económicas.
En ese documento añadía: “si el terrorismo es un flagelo ‘en sueños’ en nuestro país, existe otro flagelo similar que sigue ahí, latente, creciendo cada día más y que bajo las circunstancias políticas, sociales y económicas actuales, pueden generar mayor inseguridad a futuro que una organización como ETA, que en 47 años ha generado más de 800 muertes violentas y que ahora, ante la imposibilidad del gobierno español por erradicarla, se ven en la necesidad de “pactar” con ellos luego de haber manifestado su intención de iniciar otra tregua en sus acciones terroristas. Todo ello debe ser un real espejo para todos los países del mundo y por ende, para México, que si bien hasta ahora no ha tenido extremos de terrorismo, si es una realidad el crecimiento del poderío del narcotráfico, otro tipo de guerra, más económica y social, que política”.
No es mi intención determinar en este momento un “se los dije”, porque las opiniones en nuestro medio son más un desahogo que un considerando esencial, debido a la poca trascendencia de las opiniones en provincia.
Sin embargo, no me arredro en insistir sobre un tema que puede rebasarnos con consecuencias nefastas para nuestros hijos.
Ahora bien, la postura del presidente Felipe Calderón, más que un “fajarse los pantalones”, me pareció un grito desesperado de auxilio a nuestro vecino del norte, que tiene en sus manos la disminución del consumo, el control de la venta ilegal de armas a nuestro país y la tecnología suficiente para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada.
¿Qué hacer ante tal panorama, que nos pone ante una guerra cruenta y sin cuartel que cegará más vidas inocentes, así como ante una nación que gusta de intervenir y hacer de la guerra un negocio?
México está hoy cada vez más lejos de Dios y cada vez más cerca de Estados Unidos, tal cual lo visualizó Don Porfirio Díaz hace ya un siglo, reflejo que nos debe de crear plena conciencia de lo que somos y adonde queremos llegar, sin demagogias ni falsos patrioterismos.
De ello depende, no sólo nuestra historia, sino nuestro presente y nuestro futuro.
Oaxaca de Juárez, Oax., lunes 29 de agosto/2011
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