En Europa los analistas económicos visualizan ya una desaceleración que apunta hacia una gran recesión o depresión económica, que van desde una suspensión de pagos a empleados, una fuerte inflación de precios y un vacío de anaqueles en los supermercados, hasta el desajuste de los bancos centrales y el mercado financiero.
En el viejo continente tiene su epicentro en Grecia y se está extendiendo por el Mediterráneo, pasando por Italia y España, incluso Francia.
Es un fenómeno que se va extendiendo en forma de ondas y que en la Unión Europea va de abajo hacia arriba.
De este lado del Atlántico también se anuncia y se empieza a sentir los movimientos de ese fenómeno telúrico. En Norteamérica, geográficamente hablando –incluido México–, no escapan de los desajustes económicos como ocurrió con la crisis del tequila en 1994-1995, más recientemente 2008-2009.
En Estados Unidos se han tomado ya medidas cautelares que no necesariamente garantizan estabilidad y crecimiento de la economía, disminución del gasto social y estímulos fiscales con el argumento de generar puestos de trabajo y ampliar la Reserva Federal, quienes deciden el modo de desarrollo que son las grandes empresas son a quienes primero busca proteger el Estado, un estado desregulado, pasmado y subordinado.
En nuestro país se sigue lo que las doctrinas del capitalismo y los misioneros gringos comulgan y se anuncia sigilosamente un día que será solo un catarrito, otro que nuestra economía descansa en un estanque tranquilo.
Ernesto Cordero dijo antes de dejar la Secretaría de Hacienda que lo más que han podido hacer los panistas en estos largos 11 años es mantener estable y sana la economía, pero si le refrescáramos la memoria, le podemos decir que:
No ha habido tanto desempleo como ahora, en 2006 el precio de la tortilla estaba en 4 pesos con 50 centavos, y en la crisis de hace casi tres años aumentó en la mayoría de los estados de la República en 14 pesos, luego en cadena nacional engañaron que habían logrado acuerdos con los monopolios del grano para bajarlo a 8 pesos con 50 centavos, los combustibles cada mes están aumentando, mientras que los salarios han mantenido una tendencia de pérdida en el poder adquisitivo de compra, los que ganan menos de diez mil pesos al mes, cada vez no alcanzan los ingresos para satisfacer las necesidades básicas y complementarias, peor aún de 2010 a la fecha el famoso aumento salarial de 4 por ciento, se está terminando 2011 y no llega lo del año pasado.
En Oaxaca y nuestro país parece que las crisis siempre han estado allí, y se intensifican con las crisis globales, la recomendación de las grandes empresas al gobierno es AUSTERIDAD para sus políticas sociales y blindarlos a ellos de lo que viene, para después exigir crecimiento y poder cubrir la deuda que contrae el gobierno con ellos.
Se viene el gran debate sobre la Ley de Ingresos y Egresos de la Federación y cabe la pregunta. ¿Seguirán los golpes a educación, salud, pensiones, privatización de más bienes públicos? ¿Se hará una distribución justa y equitativa previendo y considerando a los sectores más vulnerables y reactivación de la economía nacional? O ¿Se hará una distribución en función de intereses políticos y sólo de cara a las elecciones del 2012?
Mientras esto ocurre, viene la crisis global y México a diferencia de China no creo que el accidente que se prevé que pueda pasar el gigante asiático sea de la misma intensidad, pues aquí desde el 2000 no crecemos más allá del 4% a diferencia de China o Brasil que crecen sosteniblemente desde hace mas de una década arriba del 8 por ciento y que seguramente serán quienes reciban inversiones, solo habrá que esperar el manejo que les dan.
No pretendo ser alarmista, pero considero que aumentarán las penurias, la pobreza y la desigualdad, a medida que no demos un giro económico como en los años 30 del siglo pasado, que se reflejó en las décadas posteriores con un Estado benefactor o un Estado social, más conocida como la “época dorada”.
Muchos economistas, incluidos quienes fueron empleados del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, sostienen hoy en día que las aguas de la economía se mantendrán mientras no tengamos un Estado activo y fuerte que intervenga en el mercado para ya no más especulación, ya no más enriquecimiento o el buen vivir con el mal vivir de muchos, sino un giro radical: UN MERCADO ESTATIZADO.
(*) Profesor investigador del Instituto Tecnológico Superior de San Miguel El Grande, Tlaxiaco, Oaxaca.