EXPRESIONES.- El gobernador Gabino Cué Monteagudo rechazó hace días que los niveles de seguridad en Oaxaca estén iguales a los de otros estados de la República, donde las ejecuciones y acciones delictivas están a la orden del día.

Pero utiliza los mismos pretextos del pasado, al esgrimir que la ola delictiva que se vive en Oaxaca es debido a la cercanía con los estados de Veracruz y Guerrero, donde sí existen elevados índices de inseguridad.

La famosa “operación cucaracha” que tanto justificó el pasado reciente.

Sin embargo, dejó entrever que la seguridad en Oaxaca “se ha redoblado” y que en las próximas semanas contaremos con un centro de control de confianza para evaluar la actividad de todos los policías, así como una Unidad Antisecuestro que impone el Sistema Nacional de Seguridad; en fin, se hace lo que se puede, porque la realidad de las cosas es que Oaxaca no está preparada para enfrentar contingencias delictivas de mayor envergadura de las que nos aquejan.

Gabino Cué nos consuela, pero sabe que si las cosas explotan en la entidad, no se contará con los elementos suficientes para combatirla.

Ojalá y no se equivoque la estrategia y se intente apagar el fuego con más fuego, al estilo Calderón.

Sin embargo, omitir otras alternativas como el fomento de la productividad, el de la calidad educativa, la promoción de las actividades deportivas y culturales, además de lograr la integración ciudadana para que participe en la disminución de los flagelos, serían temas torales a considerar para evitar que la inseguridad genere más caos y violencia.

Que no se olvide este gobierno que la delincuencia es hija de la falta de valores y de oportunidades para progresar.

Oaxaca de Juárez, Oax., lunes 3 de octubre/2011

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