EXPRESIONES.- Todo Gobernador del Estado siempre tiene su “burbuja”. Una pompa de jabón que lo envuelve y no lo deja enterarse de todas las tropelías que suceden en su entorno.
Esa burbuja llega a ser tan nociva que crea monstruos que después traicionan y niegan más de tres veces a quien le dio la oportunidad de ser lo que son.
Prueba reciente de ello son los casos de Bulmaro Rito Salinas y Jorge Franco Vargas…. ¿Quién es el actual?
Yo no puedo ocultar los nombres de los implicados porque no soy político, por lo que no tengo empacho en decir que el papel de marras está entre Benjamín Robles Montoya, Alfredo de la Rosa o Vivian Moorman. ¿A quién prefiere?
Es sintomático que Jesús Martínez Álvarez, secretario General de Gobierno, el número dos en la escala jerárquica gubernamental, esté atosigado por el “fuego amigo”, cuando debiera ser el hombre fuerte de Gabino Cué para ayudarle a solventar los problemas internos de la entidad y procurar esa gobernabilidad, siempre pegada con alfileres en el tablero oaxaqueño.
JMA es de pocas pulgas y me extraña que no haya explotado ya el asunto ante GCM. Quizás su paciencia gira en torno de que él si tiene la esperanza de que Gabino Cué represente ese cambio que Oaxaca necesita o bien que existe un compromiso político a futuro.
Pero con esa burbuja, ¿Cómo lograrlo?
Yo no creo que “Chuchín” aguante mucho; es más, se le nota hastiado, empero, en política la institucionalidad pesa mucho y JMA es de los pocos políticos oaxaqueños que todavía tienen esa formación.
Cabe señalar que sólo el Gobernador del Estado tiene la facultad y la oportunidad de enmendar el camino, de poner a cada quien en su lugar, so pena de que se repitan esas historias políticas que tanto daño y divisionismo le han causado al Estado.
Gabino Cué tiene la palabra.
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