EXPRESIONES.- Sabemos que la injusticia y la inequidad son signos de nuestro tiempo, en donde cada día hay más pobres y pocos ricos, pero muy ricos; en donde afloran irremediablemente las diferencias sociales y por ende las envidias, los rencores y la violencia.
Una violencia generada por la necesidad, pero también por las equivocadas maneras de atenderlas o de paliarlas.
La migración hacia los Estados Unidos ha sido una necesidad que se generó primero en nuestro suelo ante la falta de oportunidades y el poco apoyo a las actividades productivas, pero ahora nuestros vecinos en la frontera sur nos utilizan como puente para acceder al mismo lugar que acuden nuestros connacionales.
Guatemaltecos, salvadoreños y hondureños son los principales migrantes que se atreven a caminar miles de kilómetros cruzando nuestra frontera, mientras el país hace como que los vigila y detiene; y otros, como el padre Solalinde, los apoyan para que lleguen a su destino.
Todo bien, pero alrededor de ello existe una parafernalia de defensores de los derechos humanos que sólo utilizan de pretexto la problemática y la displicencia del Gobierno Mexicano para que se lleven a cabo en nuestro país, injerencias y derroche de presupuestos internacionales que en poco ayudan a eliminar al problema.
Solalinde es un cura que hace las veces de pastor de cientos, quizá miles, de migrantes que pasan ilegalmente por nuestro territorio año con año, pero alrededor de su tarea pastoral se lleva a cabo una pastorela de intereses y de presiones políticas que en lugar de erradicar el problema lo propician, generando con ello no sólo una migración ilegal, sino otros problemas de salud pública, como la trata de blancas, prostitución, narcotráfico, violaciones, robo con violencia y el ejercicio de pasar ilegales a nuestro país vecino.
La tarea del padre Solalinde así, se tergiversa y lo hace un símbolo de ilegalidad y anarquía por propiciar actividades ilícitas en lugar de evitarlas, además de contrariar la autoridad de gobiernos estatales y municipales que taimadamente prefieren darle por su lado para que los medios y las organizaciones sociales no los tilden de autoritarios.
La tarea de un cura es ser pastor de sus ovejas, pero no hacer una pastorela con ellas……
rampuga@prodigy.net.mx confusiopuga@hotmail.com