OAXACA, OAX., septiembre 29.- A ninguno de los poderes del Estado les interesa implementar en la entidad las medidas sanitarias para la venta de ropa usada, zapatos, cobijas, toallas, bolsas, juguetes entre otros que se incrementa en los tianguis y centros comerciales de la entidad debido a la crisis económica.

El tianguis del “Conzati” instalado ahora en el parque El Llano, es la clara muestra del incremento de la venta de ropa usada “norteamericana” que se comercializa al por mayor porque hay para todas las edades en hombres y mujeres, principalmente en niños.

La comercialización de la ropa usada se ha incrementando tan sólo en las calles principales de la capital, pero en sí, en toda la entidad, es ya común encontrar en los centros comerciales con corsetería, zapatos, bolsas y hasta juguetes de peluche.

Bajo el riesgo de contaminarse la piel por las bacterias, hongos y ácaros que provoca la sarna, las autoridades sanitarias no ejercen poder en las tiendas para que esta ropa se lave y se descontamine, pues de acuerdo a varios reportes mucha de esta ropa es desechada en la Unión Americana por personas que fallecieron.

En Oaxaca no existe una norma sanitaria para el uso de la ropa usada por no existir normatividad, sin embargo, se siguen abriendo estas tiendas, una de esas calles es la primera de Aldama, en donde se paga una renta de dos mil pesos mensuales.

No hay un censo, y por lo cual no existe un control de donde traen la ropa pero para quienes la comercializan es un negocio redondo pues su venta es porque las familias no cuentan con recursos para adquirirlas nuevas.

Por no contar con normatividad la Secretaría de Salud duerme el sueño de los justos, evadiendo esta responsabilidad, pues los que venden ropa usada evaden todo tipo de impuesto.

Se recuerda que la ropa usada, se utilizaba sólo para quienes no podían comprarse un traje para una fiesta, una boda o en su caso un traje de istmeña o de mariachi, al paso del tiempo, se expende hasta trajes de baño.

Para Georgina Chávez, directora general de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CNIV), informó que a México entra la ropa usada proveniente de los Estados Unidos mediante un amparo de fracciones arancelarias del Tratado de Libre Comercio con América del Norte que permite el ingreso de prendas ubicadas como “trapo mutilado o picado” o “trapos clasificados”.

Tan sólo en el 2008, destaca la entrevistada, entraron a México casi 20 mil toneladas de ropa sin contar la que se introdujo de contrabando en grandes pacas, que aseguran, muchas de las veces están contaminadas por insectos y chinches.

Los últimos reportes de la industria del vestido revelan que en enero del año 2009 hubo un incremento de 23.9% en el número de toneladas de ropa usada que ingresaron al país en comparación con 2008. En ese mes ingresaron mil 522 toneladas de ropa.

Lo que representa para los industriales de ropa, pérdidas anuales por 90 millones de dólares aunado al riesgo sanitario que se corre por la compra de ropa contaminada.

Y es que no basta con lavar la ropa usada, sino que en muchas ocasiones una persona puede adquirir olores raros por la utilización de las prendas, aunque se haya lavado.

Por lo que se requiere legislar en la materia, ya que no existe una norma sanitaria sobre el uso de la ropa usada, que comúnmente una persona que gana un salario mínimo prefiere comprarse un vestido, pantalón o blusa a bajo precio a gastarse la quincena en algo nuevo.

Se pudo establecer que la comercialización de la ropa usada se da desde la frontera, y es ahí en donde a bordo de trailers se dirigen hacia comerciante a nivel nacional, y es ahí en donde se conectan con las poblaciones, con el pago de dinero que se recupera al doble pues la venta es de acuerdo a la demanda.

Sin embargo, en muchas ocasiones, las personas se han infectado con la ropa, y en muchas ocasiones han tenido que recurrir a un dermatólogo, y como consecuencia les sale más caro el caldo que las albóndigas.