Miles de niños y adolescentes sin clases. Obreros y empleados de mostrador sin poder llegar a sus fuentes de empleo. Gente de la tercera edad y con capacidades diferentes caminando entre los manifestantes. Los comercios establecidos, sin ventas.
Los turistas irritados por no poder transitar libremente. La ciudadanía harta de una vez más verse afectada sin tener motivo para ello. Algunos Profesores renegando de la obligatoriedad para asistir a sus plantones.
Las redes sociales llenas de expresiones en contra del Sindicato de Maestros. Y todo un pueblo, que como el de Mitla, comienza ya a despertar ante la insensibilidad de quienes hasta hace apenas unos años les otorgaban su respaldo. Ya hasta los niños reclaman sus derechos; parece ser que los únicos que no se han dado cuenta del repudio que a pulso se han ganado, son los propios Profesores de la Sección XXII.
Apenas el miércoles los habitantes del municipio de Mitla se habían enfrentado contra un grupo de maestros de la Sección XXII quienes fieles a sus prácticas obsoletas, bloquearon la carretera “Cristóbal Colón” demandando de esta forma el cierre de los módulos educativos “irregulares” que están en mano de los maestros de la Sección LIX. Varias fueron las razones para que se diera lo que muchos calificaron como un “zafarrancho”.
El más evidente fue el hartazgo de una comunidad que vive primordialmente de los ingresos provenientes del turismo que visita su zona arqueológica o que va en busca de un buen mezcal. Al impedir el tránsito de cualquier unidad de motor resulta lógico suponer que nadie pudo llegar hasta sus tiendas de artesanías y con ello el ingreso diario que depende de sus ventas nunca llegó.
El otro es la inconformidad manifiesta de diversos padres familia por la mala educación que reciben sus hijos como consecuencia la periodos irregulares o incompletos derivado precisamente de los paros y plantones como el que ese día tuvieron por horas en sus accesos.
La comunidad lo ha manifestado con toda claridad, a ellos les importa poco de qué Sindicato se trata, lo que verdaderamente les interesa es que sus hijos reciban una preparación de calidad. El último tiene que ver con aspectos del futurismo político, pero este se reduce al interés personal de algunos dirigentes sindicales y líderes políticos, que ven a río revuelto, ganancia de pescadores.
Lo cierto es que lo visto en Mitla es algo que comienza ya a ser recurrente en algunos otros municipios, particularmente en aquéllos en donde la toma de decisiones se hace en las asambleas comunitarias por lo que se convierten en mandato popular.
Debo decirlo con toda claridad, cada día son más los municipios que se organizan para demandarles a sus maestros que cumplan con el calendario escolar, por lo que al igual que los habitantes de Mitla, no les importa de qué sindicato sean, pero sí que no dejen al garete la educación de sus pequeños.
Esto lo deberá tener muy en cuenta la nueva dirigencia del Sindicato de la Sección XXII, pues tal parece que una nueva forma de organización, que no depende del Gobierno del Estado, dadas las características de Soberanía, Autonomía e Independencia de los municipios está comenzando a germinar.
Es evidente que parte de la fuerza del sindicato de maestros proviene de su gran membrecía, más de 70 mil afiliados, por lo que si multiplicamos los 570 municipios por el número de habitantes en cada uno de ellos esa cifra es superada por mucho.
Así que de verdad deberán revisar con sumo cuidado y responsabilidad si siguen afectando al pueblo que algún día les brindó su respaldo incondicional o le siguen apostando a su despertar bronco. Dice el dicho que “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere”.
Por otra parte resulta evidente que hay quienes desde las penumbras quisieran que un escenario como el del 2006 se volviera a dar. Ya lo he dicho, suponen que de esta manera se pierden elecciones, pues su lectura es simplista de los acontecimientos del 2006 y no tienen la capacidad para analizar el contexto previo.
De ahí su posición contradictoria, por la mañana exigen la intervención del gobierno e incluso demandan la participación de las fuerzas policiales para romper con los bloqueos, para que al día siguiente cuando a través del diálogo y de la búsqueda de acuerdos ya han sido levantados, acusen al propio gobierno de timorato y de falto de autoridad.
Lo que quieren alentar son escenarios que ningún otro oaxaqueño en sus cinco sentidos desea ver, que es cierto que la autoridad debe hacer su trabajo, por supuesto que lo es, pero no demandado siempre la represión hacia los maestros como primer y no como último recurso.
Algo urgente que debe hacer el gobierno estatal es transparentar las peticiones que se les hacen y los acuerdos a los que se llegan, pues sólo de esta manera se borrará la sospecha de que los plantones y movilizaciones son una medida de presión y hasta de chantaje para obtener beneficios y prebendas que ningún otro gremio tiene.
Se afirma que la historia comienza a escribirse cuando los pueblos despiertan del letargo que los ataba, en Oaxaca parece que esto comienza a suceder, por lo que deberemos ser extremadamente cuidadosos de que el nuestro sea un despertar tranquilo y con un propósito que nos beneficie a todos. Es tiempo de romper con esas inercias que tanto daño le ha hecho a nuestro estado y que algunos se niegan rotundamente a romper.
Basta con recordar que “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere”
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