Fue un 18 de diciembre del 2008, cuando el Comité Ejecutivo Nacional de Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano) elige en Asamblea Estatal a la dirigencia interina para el estado de Oaxaca, ante el lamentable fallecimiento del Prof. José Francisco Melo Torres.
En la misma queda Benjamín Robles Montoya como Presidente del Consejo, Víctor Hugo Alejo Torres como Secretario General y el que esto escribe como Presidente del Comité Directivo Estatal (CDE). Como ya lo señalé en la primera parte, fue el día 3 de enero del 2009 cuando reunidos en una oficinas ubicadas sobre la Avenida Juárez los integrantes del CDE comenzamos a definir la estrategia para las elecciones de julio de ese año.
Nuestro propósito central era iniciar pláticas con quienes considerábamos presentaban un buen perfil para representarnos. No quiero omitir manifestar que llegar a la presidencia del partido naranja no fue nada fácil.
A pesar de que los estatutos establecían que en ausencia temporal o definitiva de su Presidente, quien asume la responsabilidad es el Secretario General, se impulsó un proceso democrático alentado principalmente por Benjamín Robles, quien gozaba de toda la simpatía del entonces Senador Gabino Cué, por lo que su opinión era de mucho peso al interior de nuestro Instituto Político.
Ante la aspiración manifiesta de varios distinguidos militantes por ocupar la dirigencia estatal entre los que se apuntaron el propio Benjamín Robles, Fausto Pineda, Saúl Díaz, Margarita García y su servidor se acordó por bien de nuestro instituto político buscar una candidatura de unidad, la cual evidentemente no era alentada en torno a mi persona.
Después de varias semanas de buscar adhesiones y de que cada aspirante presentara su plan de trabajo, tanto Benjamín Robles como yo, fuimos invitados a reunirnos en el aeropuerto de Xoxocotlán, donde nos notificaron que una vez revisados los perfiles y la trayectoria partidista de ambos, ya se había tomado la decisión de designar al nuevo dirigente estatal. Reconozco que asumí una postura de resignación, pues para mí era claro que Robles Montoya tenía una gran cercanía con la persona que todos sabíamos sería nuestro candidato a Gobernador.
Sin embargo grande fue mi sorpresa y creo que aún mayor la de Benjamín, cuando se nos dice: “actualmente el diputado Benjamín es coordinador de la Bancada de Convergencia en la Cámara de Diputados y es representante de nuestro instituto político ante las autoridades electorales, por lo que consideramos que quien debe hacerse cargo de los trabajos del partido eres tú Mario”.
De inmediato agradecí tal distinción y le ofrecí a quien ratificarían como Presidente del Consejo Estatal mi mayor disposición para trabajar juntos, lo cual hicimos en forma estrecha y coordinada hasta aquél 5 de julio cuando los medios me exigieron la postura del partido ante la evidente derrota electoral.
Un claro distanciamiento entre el Presidente del Consejo y el Presidente de Convergencia quedó marcada esa misma noche. De eso abundaré después. Fue entonces a partir del 3 de enero, cuando programamos recorridos a todo el estado, para iniciar los acercamientos con quienes considerábamos podrían ser nuestros candidatos.
Como ya lo señalé, para ese entonces Convergencia era un partido con marcada presencia en tres regiones, por lo que a petición expresa se me había sugerido y así acepté que fuera Benjamín Robles quien hiciera los contactos con estas personalidades dado que él, conjuntamente con Gabino Cué ya habían recorrido en diversas ocasiones los municipios y distritos de nuestro estado, por lo que resultaba entendible que él tuviera mayor conocimiento de los prospectos con los que íbamos a platicar.
Recuerdo que el Secretario General, Víctor Hugo Alejo Torres me reclamaba de manera muy gentil el que nosotros andábamos permanentemente de gira, mientras él se quedaba al frente del partido en extenuantes horas de trabajo para la defensa jurídica, pues habrá que recordar que el poder en turno, buscaba por todos los medios cancelarnos el registro.
Nobleza obliga, aunque lo he hecho en público y en privado reiteradamente, hoy quiero reconocer una vez más el BRILLANTE trabajo legal que mi Amigo Víctor Hugo Alejo Torres y equipo de colaboradores realizó primero, para la defensa de nuestro registro, enseguida para demandar situaciones irregulares del gobierno en turno y al final para la integración del convenio electoral de la Coalición; sin duda que mucho del posicionamiento de Convergencia se le debe al excelente y pulcro trabajo jurídico que como Secretario General Alejo Torres encabezó.
Salir a hacer el trabajo político al campo, sabiendo que al frente de lo jurídico estaba Víctor Hugo nos permitió trabajar sin sobresaltos. Por eso cuando Alejo Torres renuncia a nuestro instituto político una vez que se había ganado la elección, fue algo que me dolió muchísimo, pues si alguien sabe de su trabajo, soy yo. Sin duda, otro tema para abundar en próxima ocasión.
Del 3 de Enero al mes de Mayo, nuestra tarea se enfocó a ir a todos los distritos buscando convencer a diversos líderes para que aceptaran contender por Convergencia. Recorrer las venas del estado fue algo que me sensibilizó en extremo pues pude palpar de cerca la enorme pobreza en la que miles de oaxaqueños viven; escuchar sus argumentos y aspiraciones influyó en mi certeza de que se debería hacer algo con urgencia para no perder lo único que veía en todos los entrevistados: la esperanza.
Seguros de que habíamos realizado un buen trabajo procedimos a registrar a nuestros candidatos. Las proyecciones nos resultaban favorables, nos preparamos para ganar ese domingo 5 de julio. A pesar del poco apoyo económico a nuestros candidatos debido a lo reducido de las prerrogativas de nuestro partido, pues incluso nos habían multado y nos descontaban de la prerrogativas el recurso, estábamos seguros que superaríamos la cifra de los 100 mil votos, cifra que ni por asomo estuvimos cerca de ella debido a que la maquinaria electoral del estado se había puesto a operar en nuestra contra.
Como suele suceder: a la victoria le surgen varios tutores; mientras que la derrota nadie la quiere reconocer. Eso me tocó hacerlo a mí ese 5 de julio a las 10 de la noche y de ahí surge una incipiente ruptura, pero también una magnífica oportunidad… (continuará).
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