EXPRESIONES.- La Procuraduría General de Justicia de Oaxaca se distingue hoy en día por tener al frente a un Abogado bien intencionado y bien preparado jurídicamente; pocos podrían cuestionarle su calidad profesional.

Sin embargo, el procurador Manuel de Jesús López y López, sigue dando la pauta de ser el más lerdo de todos cuantos han ocupado ese nombramiento en Oaxaca.

Sus declaraciones, su personalidad y sus acciones son siempre bajo el síndrome de “lo que usted diga mi jefe” o bajo la adopción de la postura del avestruz que esconde la cabeza en un hoyo, dejando a la intemperie todo su miedo y descomposición.

Así lo ha denotado cuando declara que están listas las “órdenes de aprehensión” en contra de los alteradores del orden y éstas no son aplicadas o cuando a sabiendas de la corrupción en los mandos medios de la PGJE no se atreve a descubrir la cloaca policiaca.

De esa forma también, hoy se evidencia ante la opinión pública local e internacional cuando trasciende en los medios de comunicación el artero asesinato de un ciudadano italiano, de oficio Cheff y de nombre Alex Bertoli, quien fue encontrado torturado y calcinado en inmediaciones de la playa de Mazunte en la Costa oaxaqueña, supuestamente por la delincuencia organizada.

¿Cómo ocultar tal información?

Si su decisión fue por una orden superior, uno tendría forzosamente que preguntarse ¿en manos de quién está la justicia en Oaxaca?

Porque si fue omisión propia, con ella el Procurador está demostrando su endeble calidad profesional y la incapacidad para el desempeño de un cargo que requiere transparencia, oportunidad y certeza para no confundir a la población y ésta se mantenga siempre alerta para prevenir o evitar más contingencias.

Ahora, de nada ha servido ocultar la información; todo mundo ya se enteró del clima de inseguridad que permea en Oaxaca.

Sólo se abonó más al descrédito de éste gobierno.

Oaxaca de Juárez, Oax., viernes 10 de mayo/2013

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