OAXACA, OAX., octubre 24.- El presidente municipal de San Bartolo Coyotepec, Horacio Sosa Villavicencio, aseguró en entrevista que él no ha marginado a las mujeres de su pueblo para participar en los cargos de elección popular.
El ex preso político en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, Estado de México, por su participación en el conflicto sociopolítico del 2006, lamentó la decisión de la asamblea comunitaria que impidió a las mujeres de esa localidad contender en la elección de sus nuevas autoridades el domingo pasado.
El hermano de Flavio Sosa Villavicencio, considerado el “líder moral” de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), calificó el hecho como un retroceso que atenta contra los derechos políticos de la población femenina del municipio que gobierna, luego de que hace tres años resultaron electas tres regidoras y desde hace más de 20 años participan en comisariados, comités y hermandades.
Explicó que en la administración que preside y que termina en diciembre próximo, están en funciones tres regidoras que fueron electas en asamblea y que representan casi 40% de las ocho regidurías municipales.
“Que elijamos por usos y costumbres, no quiere decir que discriminemos a las mujeres”, alegó en su defensa.
Y es que la noche de este miércoles, un grupo de mujeres de San Bartolo Coyotepec protestó durante la sesión de Cabildo, ante la negativa de los hombres a permitirles su participación.
Lo grave es que por órdenes de Horacio Sosa Villavicencio, el otrora miembro de la APPO “democrática”, se impidió el acceso a los reporteros, a pesar de que la Constitución del Estado establece que las sesiones de Cabildo son públicas.
Pero luego del hecho, el Munícipe declaró que “en San Bartolo Coyotepec todas las mujeres deberían tener derecho a votar y a ser votadas; es una vergüenza para el pueblo que se les considere inferiores o incapaces” (sic).
En su perorata para defender en los medios de comunicación lo que no hizo en los hechos, propaló que “San Bartolo Coyotepec no habría podido avanzar hasta donde está hoy sin la aportación de las mujeres, que siempre han participado en distintas tareas en favor del desarrollo comunitario” (re sic).
Fue más allá al calificar como “una ironía” que la decisión de la comunidad que él encabeza se haya tomado justo la misma semana en la que el resto del país celebró los 60 años del reconocimiento del derecho de las mujeres a votar y ser votadas para todos los cargos de elección popular.
“Esto es un retroceso, desde donde se le mire”, insistió el ex militante de la APPO.
Aseguró que en la asamblea comunitaria del domingo pasado él fijó su posición en contra de negar ese derecho a las mujeres de la comunidad, al igual que el Síndico municipal y el primer Alcalde constitucional, pero “la mayoría se impuso”.
Indicó que “algunos ciudadanos de la comunidad” introdujeron esa propuesta a la asamblea por considerar que “la función pública implica participar en actividades que podrían ser riesgosas para las mujeres, y que ellas no pueden desarrollar las mismas tareas que los hombres, idea que fue apoyada posteriormente por otras personas”.