OAXACA, OAX., diciembre 10.— Guillermo Rito es un artista sin complejos. Recuerda aquella respuesta que diera Jorge Ibargüengoitia cuando le preguntaron, allá en Tijuana, que de dónde era: “de este planeta”, contestó. Así aquél, un blaseño que vivió como artista 20 años en Nueva York.
Un artista contemporáneo que hoy está exponiendo su identidad en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Moneda 4, Centro) de la ciudad de México, la cual inauguró el pasado 5 de diciembre y estará abierta hasta febrero de 2014, a través de sus tortillas provenientes de Santo Tomás Mazaltepec, Etla, —que en otras ocasiones han sido de San Blas Atempa, Tehuantepec, su tierra de nacimiento— que intervino con leyendas como “Soy del maíz”, precisamente el título de la muestra.
Y vaya que no tiene complejos. Ahora que regresó a Oaxaca, se levantó muy temprano, fue por las chicas que habían aceptado su propuesta artística, las desnudó, pintó en su espalda de ellas e hizo que posaran en el corredor turístico Macedonio Alcalá: así, en cueros.
Estaba tomando las fotos —las cuales ha subido a su face— y llegaron los polis. Eran las ocho de la mañana. No sabían qué hacer, le preguntaron a Guillermo Rito que si tenía permiso. Él les dijo que no, que era una obra de arte. Entre la indecisión de aquéllos y el que “les haya ganado el ojo”, señala el artista, subió a las chicas al coche y adiós.
En realidad, nada más repitió el performance que había hecho en Helsinki, Finlandia. Sólo que ahí en medio de la nieve.
Porque Guillermo Rito es una viajero universal que no necesita de mayor protagonismo —ese complejo tan extendido— para decir que es oaxaqueño. Esta es la plática con el artista blaseño.
La instalación consta de cinco cajas de luz de aproximadamente 40 por 40 por 15 centímetros y dos torres de dos metros de 40 por 15. “Estas piezas son el soporte de las tortillas y enaltecen conceptualmente este elemento dador de vida, emblemático de la cultura mexicana, indispensable para la vida diaria y, claro, símbolo de nuestra identidad”.
La instalación incluye 30 piezas de tortillas de diferentes tamaños, enmarcadas en cajas de madera y cristal. En esta ocasión, aquéllas fueron elaboradas por mujeres de Santo Tomás Mazaltepec, Etla, pero otras veces las han hecho personas de San Antonio de la Cal o San Blas Atempa.
“A las tortillas recién hechas las intervengo con una prensa manual que tiene en su interior una imagen o frase que al presionar se transfiere a aquéllas; antes, cuando la tortillera comienza el amasado, yo le agrego color natural”.
Guillermo Rito es originario de “un pueblo pequeño cuya lengua madre es el zapoteco, de mujeres y hombres de trabajo, donde la diversidad sexual es respetada; pueblo en el que se cultiva el maíz y se elaboran tortillas, pero también los bordados, la enaguas y huipiles coloridos que portan con orgullo madres, hermanas, hijas”.
—¿Qué hace un blaseño artista en Nueva York?
—Estudia, trabaja, busca, interactúa, intercambia ideas, aprende de otras culturas, se llena de arte e influencias para poder entender su propia identidad y su cultura y transmitirla a los demás.
“Cuando llegué a Nueva York fue difícil y me cobijaba buscando elementos de mi cultura: comida, idioma, gente, bebida. Eso me sirvió para sobrellevar la etapa primaria de mi inmigración”.
Ahora, después de 20 años de vivir en Nueva York, Guillermo Rito regresó a su raíz, a buscar su identidad: y encontró el maíz.
“De ahí nace mi proyecto de la tortilla maíz que incluye su simbolismo, su fuerza en lo cotidiano como alimento necesario y las comunidades que se dedican a su hechura”, entre otros aspectos.
De acuerdo con Guillermo Rito, “Oaxaca siempre ha sido reconocido por sus aportaciones artísticas. Hoy existen nuevas expresiones, por lo que ya también podemos disfrutar de un buen performance, instalación, grafitti y otras expresiones urbanas.
“Algunas situaciones o manifestaciones tal vez aún necesiten un poco de perfeccionamiento, pero el tiempo y la pasión ayudarán a mejorarlas”.