MUJERES Y POLÍTICA.- La aprobación del nuevo reglamento del Instituto Municipal de las Mujeres (Immujeres-Oaxaca) por parte del Cabildo tiene mar de fondo. No sólo se trata de una modificación a modo y de acuerdo a las circunstancias del nuevo gobierno de la ciudad sino que propone un instituto paternalista y protector para las mujeres de Oaxaca.
De entrada descarta como necesario e indispensable, vital, igualitario, la utilización del lenguaje incluyente, en el mismo reglamento, al señalar que “cuando en este reglamento se use el género masculino por efecto gramatical, se entiende que las normas son aplicables tanto a la mujer como al varón, salvo disposición expresa en contrario”.
En este sentido, para empezar, habría que decir que nombrar a las mujeres es una propuesta de igualdad y de visibilización de las mujeres. Si partimos de la premisa, simple pero muy exacta, que encierra el enunciado de que lo que no se nombra no existe, sin duda la propuesta del nuevo reglamento nos lleva a pensar que lo que se propone es un lenguaje sexista y por ende excluyente nada más ni nada menos que de más de la mitad de quienes habitan el espacio geográfico que hoy gobiernan. Y por enésima vez lo repito, nombrar en femenino lo que es femenino, lo que ya no es extraño y sí exigible, si consideramos que hoy las mujeres estamos en casi todos, por no decir todos, los ámbitos de participación pública, profesional, deportiva, cultural, económica y todos los etcéteras que podemos imaginar.
Es necesario aclarar que esta nueva política de lenguaje incluyente no es entonces una puntada de las feministas como principio de igualdad entre hombres y mujeres; esta es una de las propuestas más importantes del feminismo desde la década de los setenta y a la que no puede llegar del todo porque hay quienes siguen pensando que bastará con utilizar el neutro genérico o masculino porque en esa figura “gramatical” se incluye a las mujeres, cuando en realidad se les oculta. Y para conocimiento general es necesario señalar como principio constitucional lo que explica el Artículo Primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de infinidad de reglamentos nacionales, recomendaciones internacionales que buscan evitar y erradicar la discriminación, de los que necesario decir, México es parte y ha firmado como tal.
Entonces, el lenguaje incluyente, no es sólo una puntada es uno de los muchos avances de las mujeres. Sin embargo, el nuevo reglamento municipal de Inmujeres-Oaxaca que se aprobó el pasado jueves en sesión de cabildo, significa un retroceso bárbaro y claro para el avance de las mujeres. ¿Por qué? Porque al utilizar, como señalan la expertas en el tema, un lenguaje incluyente, se elimina y erradica la discriminación, se da un lugar igual a las mujeres, se les nombra y, por si fuera poco, se rompen los estereotipos y prejuicios sexistas.
Este solo enunciado, en un párrafo del Artículo Cuarto, ni duda cabe, es uno de esos pasos que se dan para atrás y se echa estatutariamente tierra a lo que después de muchos años han conseguido las mujeres en distintos espacios y épocas en busca de la igualdad entre mujeres y hombres. Igualdad plena, en todos los sentidos, basado en principio en el reconocimiento de las mujeres como sujetos con derechos y que no se alcanzan fundamentalmente porque todavía hay quienes piensan que no es necesario nombrar a cada cual por su nombre.
Esta medida aprobada por el Cabildo, que encabeza como primer concejal Javier Villacaña Jiménez a quien de entrada le da lo mismo la gimnasia que la magnesia, de ahí que no se inmute ni se preocupe de la metida de pata que dieron al simplificar en una sola regiduría a los grupos vulnerables y eso que entienden por igualdad de género.
Sin llegar al fondo aún, tendremos que decir que el nuevo reglamento fue elaborado “a modo” y según las necesidades del nuevo gobierno. De ahí que para las y los concejales del gobierno municipal, sean la mayoría priista o de las minorías del PRD y del PAN y de los otros partidos políticos, que aprobaron el documento por unanimidad y peor para ellos y ellas lo hicieron a ciegas porque como señalaron “se los pasaron apenas unas cuantas horas antes” o “de último momento”, “no lo leyeron”, lo cierto es que en el pecado llevan la penitencia, porque sería más honroso para la oposición ser oposición y no comparsa.
El anterior reglamento del Inmujeres planteaba una serie de requisitos para ser directora, cosa que dicho sea de paso no sé a ciencia cierta si se especifica para otros funcionarios o bastará con ser hijos de papi como sucede con algunos de los nuevos servidores públicos del gobierno de la ciudad.
El cabildo, señalaba el anterior reglamento, tendría que designar a la directora del Inmujeres de entre una terna que propondría el presidente municipal. Eso se terminó, ahora basta con que “el presidente municipal la nombre y que éste lo someterá únicamente al Ayuntamiento Municipal para su ratificación…”. Sin embargo, la directora fue designada como tal con el anterior reglamento sin cumplir a cabalidad lo que implicaba, considerando que tomó posesión de su cargo al tercer día de iniciado este nuevo gobierno, sin que el Cabildo se inmutara siquiera. Las novatadas.
Además, ya no tienen efecto algunos requisitos que se exigían en el anterior reglamento, como tener más de 30 años, poseer título y cédula profesional, no desempeñar cargo partidista, tener probada capacidad y honorabilidad, haber realizado con anterioridad a su nombramiento trabajos en defensa de igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres, además y por último, acreditar con documentos indubitables tener conocimiento en Teoría de Género.
Nada de eso resultó interesante y mucho menos importante para el Cabildo de Oaxaca de Juárez quien eliminó los requisitos. Me pregunto ¿por qué? ¿Acaso no es indispensable nada de eso en el desempeño, reitero, de un cargo tan importante como es dirigir el Inmujeres-Oaxaca?
El nuevo gobierno de la ciudad de Oaxaca ha creado, no se sí esto ya es legal, subsecretarías de Educación y Salud, entre otras, me pregunto si en este caso no será necesario tener conocimiento del tema o documentos que acrediten a los titulares como aptos para el desempeño de la labor encomendada. Seguramente tampoco.
Bueno sería poner a un mecánico en Salud, algo ha de saber si compone carros ¿o no?. Qué es lo que le falta a la nueva titular del Inmujeres-Oaxaca, Eva Patricia Bravo Espinosa, con relación a lo mandataba en anterior reglamento de ese instituto: de la falta de edad, de los documentos o de honorabilidad por aquello que pasó hace algunos años en SEDAF donde fue acusada de malversar o desviar de su destino fondos públicos, porque lo que sí es del conocimiento público es que no tiene ningún trabajo previo en materia género o feminismo, como exigía lo que ya no existe.
No es que el anterior reglamento, elaborado por el entonces gobierno priista que encabezó José Antonio Hernández Fraguas haya sido perfecto, no para nada, sino que el aprobado es una revoltura, una especie de copia y pega, poco profesional y la revelación de la mucha mala suerte de las mujeres que viven en Oaxaca de Juárez, pues como grupos vulnerables en los que han sido clasificados, todo indica que más allá de favorecer como principio fundamental la igualdad, el Instituto promoverá acciones para mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Por eso bien dice una querida feminista cuyo nombre me reservo, el problema es que a veces se piensa que avanzar también significa echar reversa.
La otra cosa “maravillosa” es que el Centro de Atención a Víctimas de Violencia Intrafailiar (CAVI) deja de ser centro para convertirse en refugio, para que de esa manera pueda acceder a los recursos y financiamientos que este tipo de espacios obtienen. La buena suerte del gobierno de la ciudad es el poco interés que despierta el instituto entre las organizaciones no gubernamentales pro derechos de las mujeres porque hasta ahora nadie a dicho esta boca es mía.
@jarquinedgar