EXPRESIONES.- Pareciera que la natural alegría brasileña no lo es tanta al apreciarse que su sociedad está convulsa, no por el inminente Mundial de Futbol en ese país, sino por las múltiples protestas de diversos sectores marginados que reclaman un equilibrio menos contrastante.

Muy parecido a lo que vivimos en Oaxaca.

Pero no todo es futbol en Brasil y aunque pareciera la puerta de las oportunidades para muchos amantes del balompié, la Federación Internacional de Futbol (FIFA) lo ha convertido en un próspero y desigual negocio.

En Oaxaca se pretende que con un estadio de futbol se puede hacer negocio a costillas de la ingenuidad de los directivos del ITO y de una afición ávida de triunfos, aunque sea en la división de ascenso.

Por otra parte, la ambición extrema de los organizadores del mundial no les lleva a dimensionar las grandes diferencias de la élite futbolística con quienes son la base de su emporio: la afición. Y miren que en Brasil hay afición por el balompié.

En Oaxaca hay una buena afición, que más que gustarle el futbol lo que quiere es olvidarse de tanto desmadre social y político que ya lo trae con los pelos de punta.

El parangón que estoy estableciendo pareciera estar fuera de toda proporción; sin embargo, la manipulación y los negocios subrepticios se dan en Brasil, en China o aquí en Oaxaca.

Es estos momentos, Brasil está sufriendo una convulsión social por las diferencias y contrastes tan grandes que existen en ese país, pero tendrán su Mundial de Futbol y a lo mejor un sexto campeonato del mundo.

Aquí en Oaxaca llevamos más de 30 años de convulsiones sociales, no ganamos nunca nada, siguen los mismos problemas, el gobierno ni siquiera termina el estadio de futbol que prometió tenerlo en abril, está amenazada nuestra Guelaguetza, siguen los paros, manifestaciones y bloqueos; la delincuencia y la inseguridad nos asola, en fin, nosotros sí que estamos “de la patada”.

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, miércoles 11 de junio de 2014

rampuga@prodigy.net.mx confusiopuga@hotmail.com