OAXACA, OAX., julio 31.- En su enésima “jornada de lucha” para exigir a los gobiernos federal y estatal que les den plazas automáticas y les aprueben su PTEO como Ley estatal de educación, entre sus principales demandas, maestros de la Sección 22 del SNTE y estudiantes normalistas destrozaron este jueves las oficinas del PRI estatal y las casas de gestión del diputado federal Samuel Gurrión Matías y el senador Eviel Pérez Magaña, ambos priistas.
A las 13:30 horas de este jueves, centenares de mentores del SNTE, pero agrupados en la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), marcharon de su plantón en el Zócalo de la Capital a las oficinas estatales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ubicadas en la Agencia Municipal de Santa Rosa Panzacola. En sentido contrario avanzaron sobre la Calzada Madero.
Ahí, ante la mirada indiferente de policías estatales y municipales que nada hicieron por parar el vandalismo, los trabajadores de la educación y normalistas forzaron la puerta principal del inmueble con una camioneta e ingresaron por la fuerza para destrozar puertas, ventanas, sillas y mesas de las oficinas con piedras y todo tipo de objetos que pudieron aventar.
Lanzaron piedras, pintarrajearon paredes, rompieron cristales, tiraron computadoras y documentos. Poco faltó para que les prendieran fuego.
Una vez dentro, los eternos inconformes gritaron consignas en contra del Gobierno de la República que encabeza el priista Enrique Peña Nieto para reprocharle las reformas estructurales que impuso al Congreso de la Unión, especialmente la reforma educativa que les afecta directamente porque les aplica exámenes para ganar más y para obtener plazas.
Igualmente, demandaron a los diputados priistas que encabeza el presidente de la Junta de Coordinación Política (JCP) de la LXII Legislatura del Estado, Alejandro Avilés Álvarez, “respetar los acuerdos de la declaratoria política firmada en marzo pasado con el gobierno que preside Gabino Cué Monteagudo”, a fin de que aprueben sólo su Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) como Ley Estatal de Educación.
Además, amenazaron con prolongar y radicalizar sus protestas y actos vandálicos en caso de que los legisladores aprueben “una ley que no beneficie a la educación en Oaxaca o se burlen de ellos” (sic). Indicaron que las movilizaciones serán por tiempo indefinido con la participación de sus más de 76 mil integrantes, aunque la verdad en la protesta sólo se contaron algunos cientos, incluidos militantes de organizaciones sociales afines, especialmente “ultras” de ambos grupos.
Seguidos de cerca por policías estatales y municipales, los maestros y los normalistas –futuros profesores de la niñez y juventud oaxaqueña– continuaron su “jornada de lucha” hacia la Colonia Reforma de la Ciudad de Oaxaca.
Secuestraron camiones del transporte público de pasajeros y llegaron hasta la “casa de gestión” del diputado federal priista Samuel Gurrión Matías, donde ejecutaron la misma táctica.
Primero derribaron un espectacular y le prendieron fuego en la calle. Después, con la misma camioneta volvieron a forzar la puerta e ingresaron por la fuerza para destruir todo, incluido equipo de cómputo.
Sacaron a la calle muebles, papelería, libros y les prendieron fuego. Con gritos de júbilo y consignas contra el PRI y el Gobierno federal celebraron frenéticos el acto vandálico.
La turba continuó su marcha hacia la Avenida Belisario Domínguez, frente al Restaurante Flamingos, también en el sector de la Colonia Reforma, donde se encuentra la “casa de gestión” del senador priista Eviel Pérez Magaña, quien busca ser nuevamente el candidato del PRI a la gubernatura del Estado, luego de perder la elección de 2010 frente a Gabino Cué Monteagudo.
Igualmente, rompieron cristales, sillones, sillas, escritorios, útiles escolares, documentos y computadoras. Desde los ventanales rotos arrojaban parte de sus destrozos para regarlos en la calle.
Los radicales y “ultras” arengaban a quemar los inmuebles, pero algunos líderes calmaron los ánimos y cual guerrilleros urbanos ordenaron el repliegue hacia su campamento en el Zócalo de la Ciudad.
Ahí, aun costado de la Secretaria de Seguridad Pública (SSP), que dirige el neo convergente Alberto Esteva Salinas, maestros de la Sección 22 del SNTE y normalistas, apoyados por militantes de organizaciones sociales, hicieron lo que quisieron sin que la autoridad los detuviera. Sólo los observaron de lejos.
Los mentores argumentaron a los reporteros que esta es la “respuesta” de la poderosa Sección 22 del SNTE ante la reforma educativa que aprobaron los diputados federales del PRI en el Congreso de la Unión, sin consultarlos a ellos.
Ya de retirada, amagaron que en breve los demás partidos políticos que firmaron el llamado “Pacto por México”, además del PRI, el PAN y PRD, también conocerán el “posicionamiento contundente” de los maestros de Oaxaca ante la nueva Ley estatal de educación que pretenden aprobar.
Incluso, amenazaron con repetir la dosis, en próximos días, en las oficinas locales de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).