OAXACA, OAX., septiembre 16.- Personaje de polémica, formado en las luchas intestinas de la Iglesia católica, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra cuestiona al gobernador Gabino Cué Monteagudo por “mantener un gobierno priista, de coalición pero de esencia priista, que tiene la sartén por el mango en Oaxaca”.
El fundador del Albergue “Hermanos en el Camino”, dedicado a ayudar a los emigrantes que pasan por Oaxaca rumbo a la conquista del “sueño americano”, afirma que “los priistas despachan en todos lados, están en la Secretaría General de Gobierno, son una estructura que desestabiliza a la administración de Cué Monteagudo”.
En entrevista, el sacerdote católico puntualiza: “Dense cuenta: priistas hay por todos lados; el gobierno de Gabino Cué es un gobierno priista, de coalición, pero de esencia priista”.
Señala también que la ausencia de valores entre los servidores públicos hace que éstos antepongan su beneficio personal y económico al compromiso de servir a sus conciudadanos. Así, la carencia de capacidad y eficiencia se traducen en una atención errónea de las necesidades del pueblo, subraya.
Para Solalinde Guerra, “los gobiernos emanados del PRI y del PAN son lo mismo, por lo que nada tiene que ver que haya un gobierno emanado de uno u otro, pues ninguno se ha preocupado por defender y proteger los derechos de los migrantes”.
Dijo: “Yo agregaría un reproche: el gobierno actual cambió de color, pero el sistema es el sistema, porque ahora hay una ruta forense trazada por el PRI y cómo se van a atrever a investigar las muertes de los migrantes ocurridas en entidades gobernadas por ellos, si el clima de violencia fue propiciado por ellos mismos”.
Por eso, demandó hacer prevalecer la justicia por encima de los discursos y no presentar imágenes desde el gobierno que no reflejan la realidad nacional, ya que el tema de los migrantes reclama respuestas y acción.
Dijo que es triste observar cómo las mujeres y los niños encabezan el 40 por ciento del flujo migratorio hacia Estados Unidos, “porque desafortunadamente en sus países no hay comida ni empleo y, por el contrario, aumenta la violencia y la trata de blancas”.