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Ayotzinapa es ‘crimen de Estado’ con mensaje: si no se alinean, los quitamos: AS

OAXACA, OAX., octubre 21.- El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra no quita el dedo del renglón. En cualquier lugar donde se pare su denuncia es la misma: la matanza de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, “es un crimen de Estado”.

Además, “el mensaje es claro: si no se alinean, hay que quitarlos”, dice e insiste en que fueron los policías de Iguala, al mando del presidente municipal de ese ayuntamiento guerrerense, el perredista José Luis Abarca Velázquez, quienes se llevaron en sus patrullas a los normalistas y, por lo tanto, “hay que preguntarle al Estado mexicano: por qué lo hizo”.

En entrevista colectiva la mañana de este martes, mientras desayunaba en el centro de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, el director del Albergue del Migrante “Hermanos en el Camino”, con sede en Ciudad Ixtepec, advierte que el asesinato de seis y la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa “puede derivar en el estallido del país”.

Para el sacerdote defensor de migrantes este episodio de represión y masacre no es nuevo, sino la “firma de la casa”, y también significa que las Escuelas Normales rurales han sido incómodas, como una piedrita en el zapato, para el gobierno priista y para el Estado.

“Estos estudiantes y las Escuelas Normales de Guerrero y Oaxaca son incómodas; si no se alinean hay que quitarlos; me queda claro que esto es un crimen de Estado porque no pueden negarlo; este es el disco duro”, denuncia ante los reporteros.

Admite que el Estado podrá contradecirlo y decir que no tiene pruebas, pero ahí está lo que la gente le confiesa, víctimas y familiares de los normalistas de Ayotzinapa.

Por eso pide preguntar al Estado mexicano: “por qué actúa con violencia, represión y odio contra las Normales rurales, porque la versión de la Normal de Ayotzinapa no es nueva; eso no lo pudo haber desencadenado un sólo capricho o episodio de quien sea; esto ya es una política de Estado”, sostiene.

En medio del impacto internacional de la masacre, Solalinde Guerra señala que el gobierno federal priista de Enrique Peña Nieto “se ubica como una administración neoliberal-capitalista que ha gobernado para los poderes fácticos, el capital financiero y las transnacionales”.

Reprocha que el titular del Poder ejecutivo federal “no asuma su investidura de gobernante para las y los mexicanos; no ha sabido dar seguridad, no se ha preocupado por los campesinos, la producción, no ha hecho nada, ni ha respondido por las decenas y miles de personas que han desaparecido”, afirma.

Con pesar refiere y lamenta el caso de Margarita Santiso, quien perdió a su hijo y en un acto de protesta contra el gobierno de Peña Nieto murió afuera de las oficinas de la Secretaría de Gobernación, en la Ciudad de México.

Señala también que otro de los grandes pendientes del gobierno de Peña Nieto es la violación permanente de los derechos humanos de los migrantes que cruzan el territorio nacional en busca del “sueño americano”.

“JESÚS ENSEÑA QUE LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES”

El también Premio Nacional de Derechos Humanos 2012 reitera que declarará y proporcionará información a la Procuraduría General de la República (PGR), porque tienen una responsabilidad con la conciencia y la transparencia.

“Porque soy cristiano y soy católico y no puedo guardar algo que estoy seguro va a doler, porque a mí Jesús me enseña que la verdad nos hará libres”, reflexiona, aunque aclara que “no es Ministerio Público ni la PGR para demostrar nada”.

Advierte que busca presentar su declaración ante el Ministerio Público Federal (MPF) para que le den un procedimiento y manejo jurídico, “porque si voy ante el Procurador (Jesús Murillo Karam) no sé qué manejo le pueda dar; no sé qué van a hacer con eso”.

Refiere que el domingo pasado no le recibieron su declaración en la sede de la PGR, en la Ciudad de México, por lo que volvió el lunes para entregar un escrito, pero tras 20 minutos de espera pidió que le devolvieran su identificación y abandonó la dependencia ante el desinterés de los funcionarios.

No obstante, asegura que buscará los medios necesarios para presentar su declaración ante el MPF, en tanto que el diálogo con el titular de la PGR, Murillo Karam, ya está pactado para las 12:00 horas de este jueves.

LOS RESTOS DE LOS NORMALISTAS ESTARÍAN EN TELOLAPA

Solalinde Guerra narra que junto con otra persona ubicaron en un mapa al norte de Guerrero, en su colindancia con el Estado de México, las poblaciones de Iguala, Taxco, Teloluapa y especialmente Telolapa, donde podrían hallarse vestigios de los estudiantes normalistas.

Evita revelar nombres de las personas y si fueron testigos presenciales de los hechos los que le proporcionaron la información. “Yo no lo puedo decir; solamente que son personas que posiblemente pudieran sospechar que ahí pudiera haber algo”, dice.

Detalla que ha obtenido cinco testimonios sin interés, “porque ellos desconfían mucho del gobierno; desde la primera hasta la última persona le pedí que lo informaran al gobierno y me respondieron que no porque no confían en las autoridades”.

Precisa que el tercer testimonio obtenido es clave porque se trata de estudiantes que vivieron dos ataques.

“Estas personas son atacadas en un camión y les tiran a matar, pero los mismos policías se los llevan en vehículos oficiales. Se los llevaron policías, no el crimen organizado, y ellos (los policías) los desaparecen; entonces se puede decir que gente del Estado los desaparece”, señala.

Comenta que otra de las personas que le dio su testimonio le dijo que el gobierno del estado de Guerrero, que preside el ex priista y neo perredista Ángel Aguirre Rivero, “es juez y parte en el caso y por eso se resiste a declarar; me han dicho: cómo le voy a decir algo al gobierno si peligra mi vida, de ahí no voy a salir”.

Indica que el domingo pasado tuvo su primer encuentro con los padres de los estudiantes normalistas asesinados y desaparecidos; el miércoles se reunió con estudiantes que fueron víctimas de los ataques y ocho días después se vuelve a encontrar con familiares de normalistas en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México.

Dice que hay familiares que no pierden la esperanza de encontrar a sus hijos y otros que sólo quieren que se los entreguen vivos o muertos para tener la certidumbre de que son ellos y no otras personas.

DESPUÉS DE AYOTZINAPA SIGUE EL ESTALLIDO

Alejandro Solalinde Guerra considera que la renuncia del gobernador Ángel Aguirre Rivero “es sana, pero no soluciona el problema que padece el estado de Guerrero, porque la descomposición es sistémica y abarca al Estado mexicano”.

Seguro de sus palabras, el sacerdote católico define: “Vivimos un gobierno y un México decadente, preso de la violencia”.

Alerta que “el Gobierno federal no puede seguir como las políticas que han emprendido en materia de derechos humanos, justicia y seguridad, porque si sigue empecinado en el modelo neoliberal y haciendo las cosas al margen de la gente y sólo tomando en cuenta a las cúpulas, la plutocracia y la aristocracia, a espaldas del pueblo mexicano, lo que va a seguir en un estallido en toda la República mexicana”.

No obstante, confía en que la administración del priista Peña Nieto reconozca la verdad partiendo de la sinceridad. “La gente estaría gustosa de empezar a construir un nuevo país”, subraya.

EL EJÉRCITO MEXICANO, CONVERTIDO EN ESCUADRÓN DE LA MUERTE

El responsable del Albergue del Migrante “Hermanos en el Camino” lamenta que “el Gobierno federal haya corrompido el Ejército nacional, desde la gestión del panista Felipe Calderón Hinojosa hasta la del priista Enrique Peña Nieto, para convertirlo en escuadrones de la muerte” y cita como ejemplo el caso de Tatlaya, Estado de México, donde fueron ejecutados presuntos delincuentes.

Por lo pronto, insiste, el Estado mexicano tiene que decir qué paso con los estudiantes normalistas.

En su opinión, “el Gobierno no quería llegar a los asesinatos y desapariciones de los normalistas; solo quería darles un susto y reprimirlos, pero con tanta inexperiencia lo que hizo no es digno de la dictadura perfecta, sino de una dictadura imperfecta”.

Solalinde Guerra reflexiona y suelta: “… el Gobierno no tiene control sobre sí mismo y por ello se desborda la violencia”.

Ante los reporteros agrega: “No soy mago ni tengo una bola de cristal, pero les puedo decir que puede venir algo peor, después de lo de Ayotzinapa, porque no hay una dinámica que pare la violencia que hay en el país”.

Reitera que “si no hay un acuerdo nacional donde el Gobierno tome en cuenta a los jóvenes y sólo vaya con las cúpulas y sus intereses, el país va a la ruina”.

“ME PUEDEN MATAR CUANDO QUIERAN”

En medio de los cuestionamientos hacia el Gobierno federal que han desatado sus declaraciones sobre los normalistas asesinados y desaparecidos de Ayotzinapa, Alejandro Solalinde reconoce que su vida está en riesgo.

También admite que “existen otros sacerdotes que saben cosas y no las quieren decir por miedo”.

Y consciente, acepta el reto: “Me pueden matar cuando quieran, pero a mí me daría mucho más miedo y vergüenza por miedo. Yo tengo que quedar bien y salvar mi pellejo o quedar bien con Jesús que me ha mandado a la misión y no a hacerme tonto. Hay una misión que la Iglesia ha recibido: busquen primero el reino de Dios y justicia, (porque) todo lo demás es añadidura”.

Al final, sostiene que con su defensa de los derechos humanos y la justicia sólo busca un México mejor. “O ustedes creen que los mexicanos nos merecemos este México”, preguntó y concluyó la entrevista.

 

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