EXPRESIONES.- Dice el historiador y orador latino, Cayo Cornelio Tácito: “En los Estados corrompidos, muchas son las leyes“, y bajo ese esquema nuestro país sigue caminando la delicada ruta del ejercicio de la autoridad por temor de caer en el autoritarismo.
Dos términos omitidos y olvidados en el argot político actual, principalmente en nuestro país, en donde una endeble democracia nos hace sentir “libres” sin respeto a la legalidad y el orden, lo que origina más anarquía y una gobernabilidad siempre negociada.
Otro gran pensador, Marco Tulio Cicerón, nos la pone más fácil de entender, él nos dice que: “Seamos esclavos de la ley para poder ser libres“, sin embargo, a nuestros políticos actuales sólo se les ocurre hacer más leyes, pero siguen omitiendo hacer que se respeten, empezando por ellos mismos.
La Cámara de Diputados acaba de aprobar por mayoría, la reforma a los artículos 11 y 73 Constitucionales del dictamen de Ley General de Movilidad Universal, lo que ha generado la división de los grupos parlamentarios de izquierda por considerar que se está dando paso a la criminalización de la protesta social y de la libre manifestación en las calles.
Todos ponen de pretexto la crispación social existente y que se está poniendo en riesgo la “libertad de los mexicanos”, pero nadie aduce sobre la omisión de legalidad que prevalece sobre el grueso de la ciudadanía que como peatón tiene derecho a una libre circulación y al ejercicio de una actividad lícita que constantemente se coarta con el vandalismo y la obstrucción de las calles.
Sin duda, México está atravesando una circunstancia delicada en materia de movilización, seguridad, impunidad, vandalismo y chantaje político y social, empero, si se le hiciera caso a Marco Tulio Cicerón otro gallo nos cantaría.
Situación lejana, sobre todo en una entidad como Oaxaca, en donde la educación está por los suelos y todos los días es manipulada y socavada….
Oaxaca de Juárez, Oaxaca; jueves 4 de diciembre/2014.
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