OAXACA, OAX., abril 27.- El “Informe País sobre la calidad de la ciudadanía en México” revela que el 62 por ciento de las y los oaxaqueños NO prefiere un gobierno democrático, mientras que el 72 por ciento considera que los políticos no se preocupan por sus opiniones y el 73 por ciento señala que no se respetan las leyes.
Con este informe elaborado por el Instituto Nacional Electoral (INE), en colaboración con El Colegio de México, se sabe que un alto porcentaje de oaxaqueños y oaxaqueñas NO les interesa el sistema democrático, ya que al 28 por ciento le da lo mismo el sistema que nos gobierna.
Sin embargo, la ciudadanía oaxaqueña rechaza un gobierno autoritario de mano dura, pues sólo el 16 por ciento lo apoya, pero la mayoría NO prefiere un gobierno democrático, que únicamente avala el 38 por ciento.
Y por encima del promedio nacional, las y los oaxaqueños consideran que la participación democrática igualitaria contribuye a lograr objetivos, mientras que la gran mayoría, el 72 por ciento, sostiene que los políticos no se preocupan por sus opiniones.
Del alto grado de desconfianza hacia sus autoridades, un 70 por ciento de la ciudadanía oaxaqueña cree que no puede influir en lo que hace su gobierno.
Sin embargo, 11 puntos porcentuales por encima del promedio nacional, la ciudadanía oaxaqueña responsabiliza al gobierno de cubrir sus necesidades básicas; es decir, el 28 por ciento señala al gobierno de ser el responsable de proveerlo.
Mientras tanto, según datos del informe, el 78 por ciento de la ciudadanía oaxaqueña cree en el voto libre, pero un 74 por ciento considera que no se puede confiar en las personas.
Pese a ello, más de la mitad de las y los oaxaqueños se involucran en el trabajo comunitario, pues consideran que es fácil organizarse con otros ciudadanos para hacer causa común.
De la convulsión social, el Informe País indica que el 73 por ciento de la ciudadanía oaxaqueña cree que no se respetan las leyes.
Aclara que este análisis busca una orientación estratégica para el desarrollo de las oportunidades en la vida política y social de Oaxaca.
Y es que la ciudadanía considera que no es necesaria su participación en la toma de decisiones. Incluso, justifica el uso de la fuerza del Estado para mantener el orden, sin agotar los mecanismos de diálogo.
La resolución de los conflictos se procesa por la vía jurídica y se imponen las resoluciones coercitivamente; hay apatía y desconfianza entre los ciudadanos y, a su vez, entre la ciudadanía y sus autoridades, además de baja participación en los espacios de toma de decisiones.
Ante la vulneración de sus derechos, las y los oaxaqueños recurren a las manifestaciones, únicamente como medio de presión hacia las autoridades para satisfacer sus intereses, al margen de los procesos jurídicos.
Además, hay una marcada tendencia a no aceptar los resultados electorales ni las determinaciones judiciales.
Según el análisis, el reto de las instituciones y la sociedad oaxaqueña es formar ciudadanía democrática identificando con claridad los alcances y límites del método democrático y fortalecer la cultura de la legalidad dotando a la ciudadanía de un enfoque de empoderamiento y responsabilidad.
De acuerdo con el informe, ocho de cada diez oaxaqueños asegura que son libres de votar por el partido que prefieran.
Igualmente, tres cuartos de los encuestados señalaron que pueden practicar la religión de su preferencia, y el 61 por ciento confía en el derecho de decir lo que se piensa.