EXPRESIONES
Ahora que cual más se siente visionario y estadista ante un entorno nacional difícil en lo interno y en lo externo, resulta todavía más complicado definir una postura periodística ante una vapuleada imagen presidencial.
Y es que el presidente Enrique Peña Nieto accedió al poder con un porcentaje de aceptación alto, todos dicen que por su presencia y personalidad ante la asimétrica política nacional.
Sin embargo, su popularidad y algunas dotes de su extravagancia física comenzaron a hacerlo impopular y fue tema para que una gran mayoría hiciera mofa de sus carencias y limitaciones, desde su copete, hasta su dislexia y estatura, fueron motivo de escarnio, así como la frivolidad de su esposa y familia.
Y si a eso le aunamos una serie de decisiones bastante puntillosas en lo económico, político y social, a través de sus reformas estructurales, pues el golpeteo se ha intensificado y ha bajado sus bonos y su fama pública.
Hoy Peña Nieto apechuga todo eso, incluso ha visto decaer su salud.
Pero ante todo ello, nadie puede negar que las decisiones y su voluntad política para aplicarlas y asimilarlas identifican a un gobernante hábil y decidido a cumplir con su papel de “rayo y pararrayos”, ante un país maltrecho por la pobreza, la corrupción, la delincuencia organizada, la inseguridad, la improductividad y la falta de interés por resolver los problemas que nos aquejan.
Una declaración perdida entre las redes sociales de parte de un ex gobernador oaxaqueño (URO) lo confirma: “Hubiera querido en mi mandato una definición como la de EPN para cambiar el IEEPO”.
Pues sí, pero tuvo que pasar un cuarto de siglo para que alguien asumiera tal responsabilidad, aun a costa de su fama política.
Por eso afirmo que el único político que se puede asumir como “el liberador de Oaxaca” sería Enrique Peña Nieto; nadie más, quien con su decisión por dar fortaleza a la reforma educativa y aún a costa de su deteriorada imagen, asume un compromiso histórico, que al menos, los oaxaqueños habremos de reconocer en su justa dimensión.
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, miércoles 12 de agosto de 2015
