OAXACA DE JUÁREZ, Oax., septiembre 7.- Por “órdenes superiores”, agentes de Vialidad permiten que los automovilistas ignoren indicaciones de los semáforos situados en las inmediaciones de la Escuela de Medicina de la UABJO, “para dar agilidad al tránsito de vehículos y evitar caos y largas filas”.
En vez de programar correctamente los semáforos, de manera sincronizada y así evitar embotellamientos, y darle el paso a los peatones alternadamente, las autoridades prefieren burlar los señalamientos de los costosos aparatos instalados supuestamente con el objetivo de agilizar y ordenar el tránsito, y de garantizar la seguridad de automovilistas y transeúntes.
Justo frente a la Escuela de Medicina el tránsito es continuo al ser la única arteria que lleva hacia el norte de la capital; ahí convergen unidades de motor, principalmente del servicio urbano, que cubren rutas con entrada y salida a la Unidad del ISSSTE, San Felipe del Agua, Volcanes y otros asentamientos, aunados a los de uso particular, lo cual ha provocado un caos terrible, congestionamiento y pérdida de tiempo.
En la calle Dr. Mario Pérez Ramírez, que separa el Hospital Civil “Doctor Aurelio Valdivieso” de la Escuela de Medicina, la situación se complica por los trabajos de remodelación de la Calzada Porfirio Díaz que desemboca a la altura de la Fuente de las Ocho Regiones.
Además, la circulación frente a la entrada de la escuela de la UABJO es constante, ahí está un reductor de velocidad y un semáforo, pues el paso de estudiantes y peatones también es permanente.
En esta zona, la ausencia de elementos de Vialidad es notoria. Ningún conductor de urbanos, taxis o particulares respeta las señales del semáforo, corren como alma que lleva el diablo, y el peligro de atropellamientos en esa zona escolar es latente.
El sábado pasado casualmente aparecieron agentes de Vialidad pero la situación sigue igual: choferes, sobre todo camiones del transporte público urbano, infringen el Reglamento de Tránsito e ignoran el funcionamiento y presencia de los dos semáforos.
Varias personas al atestiguar que los choferes circulaban con la indicación de alto total, llamaron la atención del uniformado que se encontraba ahí como otra figura más de la Fuente de las Ocho Regiones, quien con oídos sordos y ojos ciegos a lo que estaba sucediendo, atravesó la calle y llegó hasta donde estaban quienes le indicaban que los vehículos se pasaban el alto.
Con serenidad, sin alterarse ni subir el tono de voz, dijo que “eran órdenes de sus superiores permitir que se pasaran el rojo del semáforo, quien fuera, para dar agilidad al tráfico vehicular y evitar largas colas y caos”.
Se espera que no ocurra algún accidente de consecuencias lamentables, de lo contrario, los jefes de Vialidad serán corresponsables.