CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Quizá muchos esperaban que con la retirada de los funcionarios nombrados por la Sección 22 en los cargos directivos del IEEPO, las cosas mejorarían. No ha sido así, no hasta ahora. Pero tampoco hay indicios que se hayan propuesto mejorar. Era natural cierto descontrol que los cambios imponen, que ajustes y retrasos se dieran en un corto lapso, pero estamos a un mes de iniciado el ciclo escolar 2015-2016 y el descontrol persiste en el “nuevo” IEEPO.
Un ejemplo que no tiene que ver con “aviadores”, ni la puja con la 22, sino exclusivamente del ámbito de la administración del sistema educativo, es lo referente al nuevo horario que habrá de regir a las escuelas oficiales y particulares. Hoy las escuelas primarias oficiales tienen como horario de entrada las 8 horas, y a las 13 horas de salida. Las particulares de 7:45 a 14:15.
El “nuevo” IEEPO le avisó a las escuelas particulares que esos horarios cambiarían en todas las escuelas por disposiciones superiores, sería de 7:30 a 15 horas. Directores de esas escuelas acuden una y otra vez a preguntar cuál será finalmente el horario, pero de manera sistemática dichos “nuevos ieepos” los mandan con otro funcionario, y el otro con otro, y el otro con el primero.
Claro, quienes andan en esos saltos son las escuelas particulares, las que más se ajustan a la normatividad por la presión que los sindicalistas del “viejo” IEEPO siempre ejercieron sobre ellas; y ahora por el desenfado con que los nuevos las tratan. Parece obvio el temor de los actuales mandamases (o mandamenos) del IEEPO, pues de girar la instrucción general de que las clases iniciarían a las 7:30 horas, pondrían en evidencia que no son del todo la autoridad, ¿a ver cuántas escuelas públicas dejan de iniciar clases a las 8 horas y salir a las 12:30 o 13 horas?
No ha cambiado el trato descortés y hasta déspota hacia quienes solicitan servicios y atención en el edificio del IEEPO. No hay con quién esperar cambios buenos. ¿Qué otra cosa podría esperarse de un gobierno del “cambio” que nada quiso cambiar? No hace falta más que un repaso de quienes fueron nombrados en los cargos del “nuevo” IEEPO, para ver que predominan los abogados, y nadie con experiencia no digamos en planeación educativa, ni siquiera de administración en el área. Vienen de otros encargos burocráticos. Fue a todas luces lo que se dice un “quítate tú pa´ ponerme yo”. Por supuesto, que una camarilla sindical no tenga el poderoso control mafioso transexenal sobre todo el sistema educativo estatal ya es ganancia, pero no es todo.
Los principales funcionarios de hoy tienen currículum policiaco, como nada menos que el director general, Moisés Robles Cruz. Personaje que de la noche a la mañana se reveló perito en la historia de la educación en México, además de versado escritor y columnista “invitado” del diario Universal de la ciudad de México (invitadísimo y hasta seguramente le pagan sus colaboraciones en vez de él pagarla como publicidad).
Otros fueron colocados por distintas manos de la jerarquía gubernamental. Un colectivo variopinto en el “nuevo” IEEPO que no es un equipo, que no opera bajo ya no digamos una mística de trabajo, sino ni siquiera con ahínco para resolver los asuntos, que se han tornado problemas.
Es evidente que no hubo una planificación para darle forma a la nueva estructura de mando de la institución. Incluso, en un guiño a sus ex cómplices de la 22, dejaron en sus cargos a un par de funcionarios del IEEPO nombrados por la gremial. O quizá urgidos por la necesidad de contar con quien les haga el trabajo.
No saben cómo administrar el sistema educativo, andan en busca de asesoría, contratando ex directores jubilados, viejos conocedores de la intrincada maraña de una mole de 13 mil escuelas, 60 mil trabajadores de la educación y unos 20 mil aviadores. Todos son cálculos, ni eso se tiene, nadie sabe a ciencia cierta cuantas escuelas, maestros y aviadores hay, desde mucho antes de que no aceptaran el censo.
El caos tiene su lógica, así nunca se encuentra la hebra para tener la información que controle y meta orden, de manera que con ese rio revuelto las millonarias ganancias continúen. Como antaño, no sería remoto que la burocracia tradicional que controló plazas y recursos del IEEPO y los sindicalistas de nuevo se pongan de acuerdo para seguir con las plazas fantasmas y de maestros muertos pero no reportados, poderoso caballero es Don Dinero. Más de 3 mil tarjetas bancarias que no han sido reclamadas refuerzan este viejo secreto a voces de dicha dinámica pecuniaria sostenida hasta hace poco, entre tantas otras. Y 3 mil es poco.
Otro ejemplo de que hay poco bueno en el “nuevo” IEEPO es el trato despótico a quienes fueron reprimidos por el “viejo” IEEPO de la S 22. Maestros despedidos por oponerse a sus métodos, no cumplir con la militancia, o simplemente porque algún o alguna poderosa de la 22 se le antojo correrlos. Lo cual también tenía su lógica pecuniaria: los corrían, pero no formalmente, es decir, les impedían con violencia ingresar a sus centros de trabajo pero no avisaban a la SEP del supuesto despido, de manera que los cheques seguían llegando y los jefes o alguien cobraba esos cheques.
Hoy el “nuevo” IEEPO sigue de cómplice y protector de los dirigentes y cabecillas de la S 22, en vez de abrir juicios para dar con él o la delincuente que se robó esos cheques, amenaza a quienes fueron afectados hasta por 3 o 4 años, les dice prepotente: tome unos cuantos meses de salarios caídos y regrese a su centro de trabajo o pierde su clave. Digan si no casi todo sigue igual.
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