HUAJUAPAN DE LEÓN, Oaxaca, diciembre 2.- A temprana edad aprendí el oficio del tejido de la palma; comenzó como juego de distracción, ir desprendiendo una a una del tronco, palmo a palmo; durante varias horas, ayudando distrayendo y así nos alcanzó la niñez, entre la adolescencia y la juventud, rumbo a la madurez de la vida, la actividad de tejer las artesanías de la palma, no se olvida, al contrario ha mejorado mucho, la fineza y pulcritud de hacer sombrero es mucho mayor que en el pasado inmediato.
El noble oficio de elaborar diversas piezas de palma es además de nobleza una satisfacción, con un trozo de palma bajo los brazos se va tejiendo el tradicional sombrero anicero, de media palma, el cacaleño, el de alas anchas, en sombrero real; además de petates, tenates, sopladores, bolsas, mecates, entre una gama de artesanías que elaboramos los hombres del campo. Los rurales no solo se entregaran a las labores de campo, sino que también inmiscuidos en este tipo de elaboración de artesanías que es el sustento de vida, es un mínimo ingreso familiar.
Al comienza se arranca con ya sea de cinco o seis pares, luego de las partituras se va formándose la copa, la frescura de la palma va calando el frío en la humanidad del artesano; sin embargo continua con la jornada porque es preciso obtener un raquítico ingreso familiar. En los pueblos y comunidades indígenas, no circula dinero en efectivo, todavía pudiésemos decir que se realiza el trueque, debido a que si la familia necesita abastecerse para la comida, pues, lleva a la tienda media docena de sombreros, que intercambia con los productos generalmente alimenticios.
Las artesanías de palma, carecen de mercados; no tienen además buen precio, la docena (12 sombreros) cuesta alrededor de 35 pesos, una persona no apenas si llega a tejer de seis a ocho piezas; lo que hace más cruda su situación económica. En tanto que las personas de mayores, difícilmente elabora tres a cuatro piezas diario, lo que los hace ser más pobres de entre los pobres.
Para la elaboración de finas artesanías, casi no se requiere tanta genialidad, sino que basta con empeñarse a realizar el tejido de manera uniforme, jalar parejo las palmas, darle una moldeada a tiempo, procurar además que la palma este fresca en el momento de realizar el trabajo, porque cuando está muy seca, se quiebra o revienta, entonces además de que lastima los demos, genera desesperación o descontento en el artesano. Pero generalmente las sabias manos, ya sabe cómo hacer los surcados, las figuras o letras, se puede elaborar a ciegas, sin mirar, los dedos van calando uno a uno las palmas de par en par hasta formarse a plenitud la copa del sombrero.
El jugueteo de los dedos entre las palmas, es costumbrista o tradicional, a pesar de los años de aprender el oficio del tejido de la palma, no se olvida, por ello durante el tiempo que se presentan si no me dedico a leer, entonces aprovecho para tejer unos que otros sombreros de anicero, para aportar un centavo al gasto familiar, que apenas si alcanza para unas piezas de pan, refresco o diez pesos de huevos, porque para más no alcanza. Estoy orgulloso porque además de escribir mis dedos también se incrustan a tiempo en el seno de la palma, aun elaboro sombreros, petates, tenates, y todo cuanto a las artesanías de palma se refiere, satisfecho de ser hombre del campo, esencia de mexicanidad.
A estas alturas, las artesanías de la palma aun no tienen mercado, ni precios, se sigue vendiéndose a través de intermediarismo comercial, además de que llega el tiempo de que ni siquiera lo compran, argumentando que no hay mercado para ello; generando a que lo paguen mucho más barato de a como se venía pagando, es decir de 35 pesos, llega a bajar hasta 20 a 25 pesos, así ocurre precisamente en este mes de Diciembre y Enero, por ser fin y comienza de cada año, las artesanías de la palma se malbaratan, y tejedores no les queda de otra que aguantar la rebatinga, porque no hay otra forma de supervivencia, o sea ante la falta de empleo, así ocurre con los tejedores de la palma.
Los pueblos y comunidades de la comarca, como religión tienen el tejido de la palma; por idiosincrasia tradicional un mínimo ingreso familiar; la fuerza espiritual sobre todas las cosas se impone sobre el artesano, impulsándolo a ser mejor, aunque esté en las peores condiciones económicas; el artesano mixteco aguanta todas las crisis económicas, las devaluación y sobre devaluaciones habidas y por haber, repercute siempre fuertemente en las raquíticas economías inexistentes de los artesanos de palma. Sin embargo aquí estamos intercalando el oficio de reportero con el de tejedor de la palma, mi esencia indígena de la mixteca oaxaqueña.