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Utilizar el género

LIBROS DE AYER Y HOY

La lucha legítima por la equidad de género se estrella a veces en la sospecha de quien o quienes aprovechando esa circunstancia se trepan en ella.

Marion1Poner a mujeres –o a hombres según el caso– sólo para rescatar el sexo, no resuelve el verdadero problema de un país, si no hay eficacia, honestidad y congruencia.

Lo estamos viendo en algunas propuestas femeninas y masculinas a ocupar puestos de ministros en la Suprema Corte. O a quienes creen que por ser mujeres es la hora de optar por una candidatura a la Presidencia de la República, cuando arrastran todas las taras en esas opciones.

En el Distrito Federal se observa un fenómeno que por desgracia trasmina los oportunismos que se cuelan en esas luchas legítimas.

La hija de una mujer que se nutrió del izquierdismo y ahora está con el sistema, Mariana Moguel Robles y Alejandra Barrios, líder de vendedores ambulantes que coqueteó durante años con los izquierdosos locales, se enfrentaron en busca de la dirigencia ¡del PRI!, configurando el fenómeno de las herencias y el continuismo.

No basta en este momento tener un puesto y utilizar todo lo que da el sistema; hay que dejar la secuela familiar para que el beneficio sea per sécula. Mariana ha sido la del gane, cuando algunos agoreros visualizan de nuevo a Rosario Robles en la jefatura urdiendo videos con sus cuates.

Hay quien dirá que cada quien tiene aspiraciones propias y que un partido puede poner a quien quiera –lo vemos en algunas dirigencias nacionales–, pero si en los puestos públicos y partidarios que paga la sociedad se siguen reproduciendo los viejos esquemas que han hundido al país y no se resuelve nada, esa misma sociedad tiene todo el derecho a protestar.

El uso del género, además, es ofensivo en un país con tantos feminicidios y tanta violencia contra las mujeres.

Casos diferentes se ven en mujeres que han dado lo mejor para enfrentar verdaderos problemas y se han topado con la incomprensión y y las agresiones.

A propósito del cambio climático, la que puso en marcha la moderna ciencia ambiental fue la bióloga y ambientalista estadunidense Rachel Carson, (1907-1964) impulsora del Día de la Tierra, quien promovió con su libro Primavera Silenciosa (1962) la lucha contra los contaminantes más peligrosos y fue denunciada por los industriales de su país que se lanzaron contra ella llamándola “comunista”.

Carson es ahora reconocida mundialmente y su estatua se reproduce en ciudades y museos de Estados Unidos como un homenaje.

Fue otra mujer, promotora literaria, la neoyorquina Marion Randolph, la que tomó en sus manos los escritos de Carson y los publicó dando lugar al moderno concepto de la filosofía ambientalista que hoy se discute en los grandes foros.

Igual hizo con el primer libro sobre derechos y humanos de Martin Luther King Jr., Stride toward freedom, en 1957. Mujeres extraordinarias, grandes promotoras que utilizaron su género para beneficiar a la humanidad.

Randolph era una buena escritora y por ello la Colección Austral publicó (Espasa Calpe 1968) La mujer que amaba las lilas, una novela de suspenso muy bien escrita que se refiere a una mujer caprichosa y banal, que llega a una comunidad de artistas y aprovechando su condición de mujer –como lo hacen algunas–, impuso sus gustos con un jardín de lilas y fue creando un enfrentamiento entre la comunidad, que la llevó a su destrucción.

Justa en sus personajes, Randolph no deja a salvo a los artistas de la comunidad, señalando con ello que muchas personas abusan, porque los demás lo permiten y estimulan.

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

 

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