+ “Les costamos muchísimo dinero a los ciudadanos y merecen un trabajo legislativo con orden y dignidad, no un circo”, reconocen
CIUDAD DE MÉXICO, abril 21.- Sin garantías para cumplirlo, los diputados federales ya se aprobaron oootro “Código de Ética”.
La Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias de la Cámara de Diputados, en el Congreso de la Unión, aprobó ya el nuevo documento, que pasará al Pleno de los 500 diputados la semana próxima.
De acuerdo con el documento -al que este diario tuvo acceso- los diputados deberán cumplir los principios de “legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia”.
Este Código de Ética de la Cámara de Diputados tiene como propósito “establecer normas que rijan la actuación de los diputados del Honorable Congreso de la Unión”.
El dictamen -que también reforma el artículo 8 del Reglamento de la Cámara de Diputados- dispone que la aplicación de este Código, en ninguna circunstancia, obstaculizará el fuero constitucional ni impedirá el ejercicio de sus derechos y libre manifestación de sus ideas y expresión.
El Código define que los diputados “deberán cumplir principios de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia, con la intención de evitar hechos que atenten contra la moral pública, velen por una buena gestión en el uso del gasto del Estado y denuncien la violación de las normas y derechos humanos”.
Detalla que los legisladores “se abstendrán de incurrir en actos de corrupción o conflicto de intereses, declinarán regalos, donaciones, ventas a un precio menor del que corresponde al mercado o situaciones semejantes, siempre que puedan ser medio para interferir en el desempeño de sus funciones, eviten actitudes que denoten abuso de poder”.
De igual manera, “deberán mantener un trato solidario, de respeto, consideración, cooperación mutua acorde con su investidura, y en todo momento desempeñarán una conducta intachable y transparente, en su vida pública como privada”.
“No podrán solicitar trato preferencial al realizar trámites personales o familiares ante entidades públicas o privadas y no se les permitirá presentarse en el recinto camaral en estado de ebriedad o bajo el influjo de enervantes”, destaca.
El texto precisa que los legisladores “se abstendrán de obstruir el desarrollo normal de las sesiones del pleno o las comisiones, a través de: interrupción de los oradores, usurpación de los lugares o funciones de los integrantes de la Mesa Directiva y alterar el orden con exclamaciones soeces o altisonantes”.
Precisa el documento que “el Comité de Ética estará integrado por un comité de decanos, un diputado de cada grupo parlamentario, los cuales se dividirán en un presidente y dos secretarios, electos por el Pleno de la Cámara; se instalarán dentro del primer mes del primer año de ejercicio constitucional de la Legislatura y sesionará al menos una vez al mes”.
Las atribuciones de este comité serán “promover y difundir los principios de conducta y deberes éticos entre los diputados, colaboradores; así como de integrantes de los Servicios Administrativo y Parlamentario de la Cámara”.
El Comité “actuará a petición de una queja presentada ante el mismo por cualquier persona física o moral que considere que la conducta de algún diputado atenta contra los principios éticos”.
La queja será entregada al legislador de manera personal, quien tendrá cinco días para dar respuesta.
Sobre el tema, el diputado Rogerio Castro Vázquez, de Morena, presidente de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción, rechazó dicho Código de Ética, debido a que “es un asunto de índole moral y que en la Constitución ya se establecen algunos entes morales como el de servir a los ciudadanos”.
Dijo que “la toma de tribuna, aunque es un asunto que no gusta, es una expresión de los diputados; es decir, es la forma de expresar su inconformidad”.
El diputado panista Santiago Torreblanca Engell, integrante de la Comisión de Reglamentos, consideró que “la importancia de estas reformas es establecer reglas de comportamiento y que la sanción vaya más allá de los votos de los ciudadanos, que existan repercusiones jurídicas”.
“Les costamos muchísimo dinero a los ciudadanos y creo que lo mínimo que se merecen es un trabajo legislativo con orden y dignidad, este es el recinto donde se diseñan las leyes y no puede seguir convertido en un circo”, afirmó.
Para el diputado del PRI Braulio Mario Guerra Urbiola, también de la Comisión de Reglamentos, opinó que este dictamen “es un paso hacia adelante, y si bien las normas son imperfectas, son perfectibles en su curso. El Código de Ética logrará ser un referente y modelo de conducta”.