CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
En 2006 el magisterio convocó a la creación de la APPO para tener la cobertura de un movimiento social más amplio con que blindarse. Eso lo reconoció abiertamente en entrevista el entonces líder de la Sección 22, Enrique Rueda Pacheco, “nosotros llamamos a la creación de la APOO”, le dijo al periodista que tomó partido por ellos, Diego Osorno.
Aunque entonces tenían el control de la masa magisterial de más de 60 mil trabajadores de la educación, esta participación de los grupos políticos y de presión les brindó mayor presencia y fuerza, incluso en su imagen nacional e internacional. Además de que entonces contaron con el apoyo de miles de pobladores de la capital inconformes con el mal gobierno de Ulises Ruiz que destruía su ciudad, derribaba árboles, cambiaba arbitrariamente su arquitectura, del zócalo, del jardín Conzatti, de la Catedral, entre tantas acciones caprichosas de aquella mediocre burbuja gobernante de entonces.
La loca decisión de 2006
Con el control que tenían como sindicato-patrón muy pocos docentes se atrevían a desobedecer las instrucciones de sus líderes-patrones, de manera que esa mañana del 14 de junio de 2006 cuando la absurda incursión de 700 policías estatales ordenada a tontas y a locas por el “Carnicero de Chalcatongo” Ulises Ruiz contra los profes en el zócalo, ante el llamado acudieron 10 mil maestros que dieron una paliza a esa pobre policía, cuyos comandantes fueron arrastrados vergonzosamente por las calles coloniales de Oaxaca.
Incluso personal cercano a esa burbuja nos comentó su sorpresa ante ese desatino, “pero si el gobernador había dicho que a los maestros era a los únicos que no convenía reprimir”. De ahí que cobrara fuerza que esa decisión fue tomada en medio de una noche loca de copas y excesos; algunas de estas fiestas fueron develadas en videos que circularon en internet.
En meses recientes hay quienes hablan de la valentía del ex gobernante por enfrentar al gigante seccional del magisterio de Oaxaca. ¿Con 700 policías y ninguna estrategia? Se le quiere elogiar como que fue un mérito no haber caído del gobierno, pero ¿acaso haber desatado esa larga y cruenta temporada sobre Oaxaca tiene algún mérito? ¿Tiene mérito haber improvisado un enorme conflicto? Quizá no haya mayor pifia en nuestra historia.
Las similitudes 2006-2016
El actual movimiento magisterial social-antisistema tiene muchas similitudes con el de 2006, ya se han señalado varios: barricadas, violencia, la presencia de oportunistas comerciantes de los conflictos sociales y de los muchos grupos empobrecidos, Flavio Sosa cada vez más voraz en esto con su negocio Comuna, el otro intenso en lo mismo cura Uvi, Wilfrido Mayrén, entre los conspicuos.
Aunque las similitudes que significan esos pillos finalmente de poca monta, rémoras permanentes, no son del tamaño de las otras más decisivas, las de los malos gobernantes. Las de quienes con sus torpes decisiones, que ni siquiera pueden denominarse políticas públicas, meten a la población en graves conflictos al dar pie al surgimiento de explosiones políticas que desatan la latente inconformidad social de algunos sectores.
La similitud de las acciones improvisadas del gobierno de Ulises Ruiz y del gobierno federal de hoy está a la vista. Desde que nunca valoraron en su exacta dimensión con quién se iban a pelear. El acto ostentoso de poder con que le arrancaron el control del IEEPO a la Sección 22, no estuvo acompañado de una estrategia real, le dejaron a la sección todo el control de la estructura de poder territorial del sistema educativo en las regiones de la entidad. Claro, arrancarles todo eso no era fácil, pero ¿acaso no la tiene más difícil ahora?
¿Peña ya optó por Nuño?
Otra cosa, ¿quién le dijo a los funcionarios del gobierno federal que cuando un gremio está activo y en movimiento se debe meter a la cárcel sólo a sus máximos dirigentes? ¿Y de dónde tomaron el método de ir encarcelando a los líderes uno por uno como para que los que podrían seguir se lancen a cualquier aventura para impedir que también a ellos los detengan?
Evidentemente, el titular de la SEP, Aurelio Nuño y el de SEGOB, Osorio Chong, se encuentran enfrascados en una rivalidad por tener los méritos para aspirar a ser candidato del PRI a la presidencia en el cercano 2018. En ese contexto se entiende el golpe del primero al segundo al pactar con el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) lo que Chong estaba negociando con la beligerante CNTE.
En esa disputa no les importa llevarse entre sus patas a las poblaciones de Oaxaca que aún están bajo la amenaza de esa camarilla inconsciente de la Sección 22, y sus membretes rémoras, a la que no le importa someter a la mayoría de oaxaqueños a incomunicación y carencias con tal de obtener sus objetivos gremiales y sectarios.
El presidente Peña Nieto salió, además, a reforzar a Aurelio Nuño, al declarar a favor de las reformas educativas, cuando la coyuntura no necesitaba estridencia presidencial. Una rápida lectura nos diría que el presidente ya optó por Nuño en contra de Chong. Este último atrapado entre tanta ineficacia no parece tener los tamaños de Manlio Fabio Beltrones para renunciar. Mientras tanto que se joda Oaxaca, otra vez.
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