OAXACA, OAX., julio 30.- El presidente en Oaxaca de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC), Orlando Hernández Montes, reveló que Cementos de México (Cemex) ha tomado como “termómetro” el conflicto auspiciado por la Sección 22 de la CNTE y está considerando retirarse de Oaxaca porque no tienen manera de suministrar insumos.
“Estamos a punto de cerrar Cemex en Oaxaca”, anunció en entrevista el dirigente empresarial.
Dijo que con la veda electoral y luego el recrudecimiento de las protestas del Magisterio oaxaqueño, actualmente la obra pública está paralizada al 90 por ciento, debido al alto riesgo que representa ejecutarla.
“Si esto tarda un mes más, la obra se podría paralizar al 100 por ciento; estamos hablando de 200 obras con un costo de 200 millones y 300 empresas afectadas”, expuso.
Refirió que la parálisis del 90 por ciento que vive la industria de la construcción en Oaxaca inició el año pasado como consecuencia del blindaje electoral, y en los últimos 70 días por los plantones y bloqueos de carreteras de integrantes de la Sección 22 de la CNTE y sus organizaciones afines, lo que ocasionó el desplome del 2.5 al 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) generado por este ramo en la entidad.
De acuerdo con el dirigente de la CMIC, estos hechos se traducen en la pérdida de al menos 50 por ciento de los 183 mil empleos directamente relacionados con la actividad productiva.
Es preocupante porque al ser la construcción uno de los principales motores de la economía estatal, toda la cadena productiva dividida en 66 ramas, se ve impactada; industrias como el acero, hierro, cemento, arena, cal, madera y aluminio, entre otras, subrayó.
El dirigente empresarial estimó que los daños a la economía estatal son de aproximadamente 2 mil millones de pesos, por la pérdida de empleos y materiales, aumento de precios e impuestos.
Refirió que de 3 mil millones de pesos del presupuesto estatal, a la fecha se han ejecutado menos de 200 millones de pesos, mientras que de 2 mil millones de pesos de recursos federales se han ejercido unos 800 millones de pesos.
Hernández Montes señaló que el último recorte realizado en este mes de julio que concluye fue de 300 millones de pesos debido a que no hay condiciones de seguridad para licitar obras.
“A la Federación no le importa si se puede o no aplicar el recurso, y si no se aplica va hacia otro estado”, aclaro.
Explicó que el 90 por ciento de las empresas constructoras adheridas a la CMIC dependen del presupuesto federal y estatal que sumados conforman la derrama económica total para el Estado.
“Hay un efecto multiplicador: si no hay obra se generan pérdidas; si tenías obra y por los bloqueos se pierde material, como en el caso del cemento, eso es pérdida económica. La obra de caminos está paralizada porque nadie se quiere arriesgar a sacar su maquinaria porque los maestros y de organizaciones sociales se las pueden robar o quemar; y no hay nadie que te asegure la maquinaria por el alto riesgo que existe”, lamentó.