LIBROS DE AYER Y HOY
El pasado 9 de agosto, se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. A grandes rasgos, la información fue la misma de cada año: la retracción de las culturas primarias.
En la conmemoración de los 400 años de las muertes de Cervantes y Shakespeare, tan mencionada, el que va ganando la partida es el segundo. Y en el caso de México no tiene ninguna novedad para un país que padece al coloso del norte y lo que es peor, sin que les preocupe a muchos, el que se haya perdido más de un centenar de lenguas originarias.
Es una riqueza que la gente hable y tenga conocimiento de idiomas. Pero cuando éste significa desprenderse del propio y de los que nos legaron nuestros ancestros, para sustituirlos con palabras que ya tenemos, es ceder a la transculturación e ir perdiendo nuestra historia.
La urgencia de la SEP en sus propuestas de reforma para incorporar al idioma inglés casi como propio, evidencia ese interés. No vemos la misma intención en salvaguardar las 364 variantes de once familias linguísticas que existen en el país y que son habladas por alrededor de 7 millones 400 mil personas, según datos oficiales.
En Oaxaca el 32 por ciento de la población habla un idioma indígena. Se ha criticado en años recientes que grupos numerosos de maestros se opusieran a la paridad español- inglés y se les ha llamado ignorantes porque insistieron en las lenguas indígenas.
Pero la intención no era negar otro conocimiento, sino dar relevancia a lo nuestro por sobre todos los demás. No se da un paso en este momento sin topar con el inglés, nos invade, nos agobia y lo que es peor, quien lo usa innecesariamente, lo hace con una intención de avasallamiento, de exhibir un conocimiento que a lo mejor domina, pero que en ese caso es un vasallaje.
Algo que debe reconocerse a los medios televisivos y radiofónicos españoles, es el purismo con lo que tratan de utilizar el español y pronunciar el inglés como está escrito. Es un principio de las academias de la lengua española. Nuestro idioma primero.
En el libro Lo que germinó del sueño, compilación de cuentos que reunió a 50 cuentistas editado por la Dirección de Educación y Fomento a la Cultura de Ciudad Nezahualcóyotl ( 2000 a 2003) me encontré un cuentecito sobre Apolinaria la niña indígena, una oaxaqueña.
En alrededor de 50 líneas, Genoveva Hernández León nos relata la historia de Polita, que ante las incidencias de la revolución y la muerte de su madre y su tata por la epidemia de viruela, se hace cargo de todos sus hermanos.
Aunque algunos mueren también por la epidemia, la mayoría sobrevive y ella procura enseñarles a leer, los saca adelante con grandes sacrificios y obtiene su recompensa: una familia feliz, unida, que la respeta como si ella fuera su mamá.
En el simplismo de la narración subyace esa larga historia del indigenismo mexicano, vidas de sacrificio, de entrega, de solidaridad, pero siempre una búsqueda común: mejorar la situación y defender sus valores. ¿Cuál fue la oferta que recibieron los millones de indígenas mexicanos en ese su día universal? Palabrería y ni siquiera en lengua indígena.
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