LIBROS DE AYER Y HOY
Corazón tan blanco, se llama una de las novelas del español Javier Marías. Así es el corazón de la pequeña Dafne, el que tuvo que ceder a un corazón artificial para prolongar su vida. El equipo llamado Excor, está afuera, en su diminuto pecho, en espera de que alguien le ceda otro corazón de piel. La cesión de una vida, para prolongar otra, ese el destino de los órganos vitales que se donan.
La operación la realizaron especialistas del Hospital Infantil de México Federico Gómez, hospital llamado así en recuerdo de aquel gran pediatra y médico social que dedicó parte de su vida a la infancia. La niñez también es el vínculo que une a especialistas, médicos y enfermeras en ese sitio, donde la atención de las personas down, por ejemplo, es una de las más avanzadas de México.
Ahora son pioneros en esta operación los especialistas encabezados por el doctor Alejandro Bolio, jefe del Departamento de Cirugía Cardiovascular de ese hospital y que da un respiro -que puede ser de tres años- a la pequeña Dafne, mientras espera un donador. El caso crucial de la donación de órganos es preocupante. Según datos, hay más de 20 mil personas en espera de un órgano.
Las preguntas que vienen a la mente es si hay especialistas y equipo suficientes para abordar los implantes y si se aprovecha la oportunidad que se presenta en lamentables casos de accidentes o muertes cerebrales u otro tipo de situaciones. Es importante conocer las respuestas porque pueden perderse órganos valiosos si no existen las condiciones adecuadas.
Recuerdo un reportaje que hice sobre una desdichada joven que donó sus órganos y semanas después murió al escapar de unos delincuentes. Mientras los abrumados familiares trataban de que se cumpliera su generosa donación -que podía ser total dado que había quedado con muerte cerebral-, se produjo una serie de eventos: burocracia en el hospital que la atendió, ausencia de médicos en el sitio donde se tenían que hacer las operaciones, falta de vehículos adecuados para el traslado, etcétera.
El caso es que mientras se resolvía el problema, la joven murió de un infarto y solo se pudo aprovechar – de aquella riqueza de órganos-, ¡las córneas! México se abre a buenas posibilidades de salvar la vida de personas que esperan. El propio IMSS realizó una operación de hígado exitosa a una niña de cinco años, casi al mismo tiempo que la operación de Dafne.
Esta espera confiada, a sus cuatro años, a que llegue una donación viva, palpitante, que latirá en la comunión de dos seres, que estarán unidos en un solo corazón. El corazón, itinerario por sus mitos y significados ( Espasa Calpe 2004) se apunta como novela, pero en realidad es una larga e interesante investigación que hizo la escritora estadounidense Gail Godwin, sobre ese órgano tan mencionado en el mundo y tan cercano a nuestro existencia.
Lo aborda desde todos los puntos de vista, menos del fisiológico y nos introduce no solo en aquel Corazón de tinieblas de Joseph Conrad, sino en el corazón de un gato, de los corazones que se mencionan en dichos, canciones, música; los corazones abiertos y generosos de la gente que trató, de los pasajes de los grandes escritores, religiosos, poetas, filósofos, pintores, sobre el corazón, hasta el corazón prehistórico que se inicia con el dibujo en el pecho de un elefante.
Los sumerios, los egipcios, los hebreos, los hindúes, et al y su visión del corazón, se nos presentan con su carga histórica y son los egipcios los que nos modernizan la historia de un niño, Nakht, de 3 mil 200 años. En 1974, un grupo de paleontólogos extrajo el corazón de este pequeño, de su cuerpo conservado por el calor del verano.
Un corazón que pudo ser salvado si la ciencia de entonces hubiera tenido los recursos que hoy se tienen. Un Corazón tan blanco, como escribe Marías, que permanece en la universidad de Toronto, como una demostración de que el corazón es eterno.
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