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Antes de que sea tarde

LIBROS DE AYER Y HOY

El jardín de las delicias solo lo fue en la época de Adán y Eva. Después, el ser humano fue degradando aquel paraíso hasta convertirlo en un espacio de miseria y depredación. Así lo veía aquel niño que fue Leonardo DiCaprio, cuando fascinado por las extrañas figuras de la obra del Bosco, vislumbraba en su mente la devastación total del planeta.

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Y así comienza el filme Antes de que sea tarde, que el actor y ecologista Leonardo DiCaprio y el director Fisher Stevens, han convertido en el alerta perentoria para el ser humano. No se sabe a qué grado de deterioro ha llegado la tierra, pero aún puede rescatarse algo. Es una esperanza que se da, si se aplican cambios importantes en la forma de vida, en el consumo, en el manejo de la energía, en la sensibilidad de los gobiernos para enfrentar el problema.

El documental de una hora 35 minutos realizado en colaboración con National Geográfic  y producido por Martín Scorsese, que fue exhibido por primera vez el pasado 30 de octubre y  se espera  presentar en 171 países, traducido a 45 idiomas, es lo más inquietante que se ha hecho sobre el cambio climático. En medio de agresiones, ataques, persecuciones e incluso amenazas de muerte a algunos científicos, el actor lanza la denuncia a todos los gobiernos del mundo.

No hay para donde hacerse: se toman medidas urgentes o  nos hundimos todos, como sostiene en el filme el ex Secretario General de la ONU Ban Ki-moon. Mientras el documental daba la vuelta al planeta y se exhibía gratuitamente en internet -You Tube-, en México el cambio climático no era el tema pese a la desgarradora escena de mexicanos peleándose por el agua.

Se premiaba en el ITAM a ex y funcionarios públicos enfrente de Alberto Bailleres, acusado de ser uno de los grandes contaminadores de los ríos Sonora y Bacanuchi; se pasaba de largo la destrucción del 65 por ciento de los manglares del país como lo denunció Greenpeace, un ejemplo de lo cual son las  57 hectáreas de manglares destruidos en Tajamar, Cancún y se lanzaba al olvido  la invasión a zonas protegidas en Yucatán con arrecifes afectados y con la presencia de un senador de la República Emilio Gamboa Patrón.

Las muchas denuncias de contaminación contra las compañías mineras, la alteración ecológica de cultivos en varias zonas del país, la espesura ambiental de la Ciudad de México por las industrias que la circundan y el blando apoyo a la proliferación de autos que ocasiona  miles de muertes al año, se subsana con muy poco. Así debe de ser en la mayoría de los países en los que el neoliberalismo impone sus reglas.

Eso se ve en el filme en el que las empresas poderosas lanzan a sus plumíferos y a sus congresistas a negar la existencia del cambio climático. Como lo hacen los hermanos Koch principales usufructuarios de los combustibles fósiles a través de varias transnacionales. Ciento treinta y un empresas de gran contaminación son las principales opositoras a reconocer el cambio climático; empresas que han destruido ecosistemas para enriquecerse.

Las escenas de la devastación son impresionantes; zonas que fueron pulmones del mundo como el Polo Norte podrán desaparecer. Groenlandia ya resiste poco. Y en América son muchos los entornos con amenaza próxima, uno de ellos el de la Florida. El jardín de las delicias del holandés Hieronymus van Acken fue la obsesión infantil de DiCaprio. La obra multicolor y extraña de ese misterioso personaje que fue el Bosco como lo llamaron en España, ha tenido miles de interpretaciones. El actor va decantando la influencia humana, en un mundo que al principio era ideal por su limpieza y belleza.

Apoyado en el tríptico que se exhibe en el Museo del Prado, hace hincapié en el paraíso, de la derecha, en la concupiscencia de la carne que describe la parte central y el infierno de la parte izquierda. Hasta ese nivel puede llevar el humano a nuestra tierra.

Según el Libroarte del museo del Prado (2003), el Bosco adoptó su nombre por la que se cree que fue su tierra Hertogenbosch pueblo que fue destruido en una invasión en 1629 y con ello las obras del pintor que ahí estaban. Se presume que nació en 1450 y murió en 1516.

Según ese libro su obra, del final del gótico, una obra alucinante, pudo ser un reflejo onírico, en el que se descubren influencias religiosas.  Antes de que sea tarde se inspira en El jardín de las delicias, para advertirnos hasta donde podemos llegar.

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

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