LIBROS DE AYER Y HOY
Antes de que se extendieran las redes, ¿que hubiéramos hecho para informarnos sin las agencias internacionales de prensa? La agencia EFE, una de las más importantes y que cubre todos los ámbitos de la información en esta era digital, cumplió 50 años de trabajar en México y cubrió aquí 10 años del franquismo, pese a que no existían relaciones diplomáticas con España.
Estas se restablecieron en 1977 al año siguiente de la muerte de Francisco Franco.
EFE no es la mas antigua de Europa, aunque tiene antecedentes desde 1865; la de más edad es France Presse (1835) , seguida por Reuter y Wolff, de Inglaterra y Alemania respectivamente.
Para festejar su aniversario, EFE editó el libro El Testigo y su mirada (2016) que presentó en la FIL el pasado 29 de noviembre y en la Ciudad de México el 7 de diciembre.
Hubo amplios debates en ambas presentaciones. Interesa destacar de su actividad en el mundo, el apartado de su red www.efeverde, dedicada al medio ambiente.
Es fundamental en momentos en que la vieja Europa advierte sobre las muertes tempranas que están ocurriendo en el continente por culpa de la contaminación.
Solo en España se contaban en el 2015 alrededor de 27 mil muertes prematuras y en toda la Unión Europea alrededor de 430 mil, debido a los contaminantes nocivos.
En 1990 la agencia ya insistía en una visión ambientalista y en ese entonces premió el trabajo periodístico que denunciaba la depredación del Amazonas.
De México se envió un trabajo sobre Laguna Verde que resultó muy precario y no figuró. Yo fui jurado en esa ocasión y la agencia me solicitó en mayo pasado un testimonio de aquel encuentro para incluirlo en el libro El Testigo y su mirada.
Lo doy a conocer a continuación: AQUELLOS DÍAS CON EFE. En el otoño de 1990, fui jurado del octavo certamen Premios Internacionales de Periodismo Rey de España convocado por la Agencia EFE y el Instituto de Cooperación Iberoamericana.
La Unión de Periodistas Democráticos en cuya directiva ocupaba la Secretaría de Relaciones Internacionales, me designó. Llegué a la sede, un Buenos Aires soleado, con gente que se dorada la piel en los parques.
Era la última semana de octubre. La representación de la Agencia ya estaba ahí, con Alfonso S. Palomares presidente del jurado, quien nos dio la bienvenida de acuerdo al arribo.
Tres cosas me agradaron del certamen: la intención de poner énfasis en el medio ambiente y privilegiar trabajos que hicieran denuncias y ofrecieran propuestas, la relevancia de los derechos humanos en los trabajos seleccionados y la unidad iberoamericana representada por los periodistas invitados.
Los había de América Latina, de España y de la parte sefardí- judeo española de Israel. Se había hecho una selección de los trabajos de cientos o quizá miles.
Nos tocó revisar 108 trabajos y nos reuníamos dos veces al día; de todos, la calidad era buena. Hubo algunas discusiones en tono bajo, amistoso y entre horas, la Agencia programó -como era lógico-, visitas a medios de comunicación.
Yo guardo con gusto el libro que me regaló el director del diario La Nación, Bartolomé Mitre, descendiente del estadista, Sin libertad de prensa no hay libertad.
En el jurado reinó la cordialidad: un grupo de pareceres coincidentes en algunas cosas. Y se dio una agradable relación con los directivos que se diversificaba, pero ponía énfasis en una comunicación plural, progresista y veraz.
La relación se profundizó mientras un pequeño yate se balanceaba tranquilo por los afluentes del Río de la Plata; paseábamos mientras la representación local de EFE hacía los honores.
Los días 23, 24 y 25 de octubre fueron cruciales: había que seleccionar los mejores trabajos.
La Agencia debe tener en su memoria los nombres de los ganadores, pero a mi me emocionó el premio más deseado: un reportaje sobre el Amazonas que daba cuenta de su devastación.
EFE cumplía de esa manera, su función social de denunciar al mundo ese hecho.
La proclamación de los premios entre personajes, refrendó nuestras espectativas en un festejo. A pocos días de mi regreso a México, el 5 de noviembre, recibí una carta: “Querida Teresa: Te agradezco muy sinceramente tu participación como jurado en los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España que nos ha permitido un conocimiento directo y pasar en común unos cordiales días en Buenos Aires.
Con mis mejores deseos para tu labor profesional y en espera de un reencuentro en el futuro, recibe un fuerte abrazo. Alfonso S. Palomares, Presidente de la Agencia EFE”. He enmarcado la carta como un bello un recuerdo.
laislaquebrillaba@yahoo.com.mx