En Morelos hay un sainete en donde se juntaron la pena y el dolor.
Lo que pasa en el estado de Morelos se está convirtiendo en un pleito de comadres. O por lo menos esa es la impresión que da luego de escuchar a cada una de las partes, y sus argumentos y sus desahogos e indignaciones. Y eso no le conviene a nadie en la tierra de Zapata, sobre todo porque la entidad pasa por tiempos turbulentos.
Digamos que es una confrontación y exhibición de músculo entre el gobernador del estado, Graco Ramírez Garrido Abreu y el presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco Bravo. Y, en esto, ni a quien irle porque ambos tienen cola que les pisen porque con todo esto expone, cada uno, los vicios que han construido el monstruo político que vivimos hoy en México.
Y mientras ambos se pelean, la ingobernabilidad en el estado como en el municipio están a la vista, como el deterioro de la seguridad pública, la violencia criminal creciente, el crimen organizado a la alza y la falta de soluciones a los grandes problemas municipales y de la entidad.
Al gobernador Graco Ramírez le cae en el hígado Blanco Bravo y a la inversa. Esto desde el inicio de la gestión del munícipe cuando en 2015 ganó la elección de Cuernavaca con el membrete del Partido Social Demócrata y luego a partir de que tomó posesión el último día de ese mismo año.
Cuando Blanco llegó a la presidencia municipal por el Partido Socialdemócrata (PS), el gobernador perredista ya tenía su tiempo ahí, desde el 1 de octubre de 2012. El primer día de cambio de autoridades municipales, que fue el 1 de enero de 2016, quiso que todos incorporaran a su policía a su Mando Único, por el cual las corporaciones policiales de los 33 municipios del estado de Morelos quedarían bajo el mando de la Comisión Estatal de Seguridad.
Ya desde campaña Cuauhtémoc había sido aconsejado y había dicho ‘no’ al Mando Único. Y ahí comenzaron los conflictos. El gobernador decretó la entrada en vigor de este modelo estatal, Cuauhtémoc se ha resistido a este ordenamiento y anunció que Cuernavaca contaba “con el apoyo de la Policía Federal y la Secretaría de Gobernación”.
El gobernador indignado dijo que en cuanto conoció a Blanco, se dio cuenta de que “su comportamiento fue muy grosero y que es una persona irascible, sin ninguna experiencia política” y que éste la había espetado: “Yo les voy a romper la madre, yo tengo el apoyo del pueblo, voy a ir con el presidente Peña Nieto a denunciar que no me dejan gobernar”.
Luego se filtró que Cuauhtémoc Blanco pudo haber recibido 7 millones de pesos del PS a cambio de que fuera su candidato y que su obligación era hacer campaña, retratarse, acercarse a la gente, atraer a muchos. Que la cantidad se le entregaría ganara o no ganara la elección. La ganó.
Blanco se peleó con los representantes del PS, hermanos Yáñez, por haber exhibido documentos que acreditaban el acuerdo, a los que desconoció y acusó que se había falsificado su firma…
Antes Blanco se había confrontado con la regidora de su mismo partido pues ésta no quiso refrendar nombramientos para integrar la administración municipal. Ambos se acusaron de todo, de amenazas, de demandas e intimidación…
Alterno, intervenía en el conflicto el hijastro del gobernador, Rodrigo Gayosso Cepeda, hijo de su esposa Elena Cepeda, y dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática. En enero de este año, se acusaba al gobernador de tener en su gabinete y en puestos de su administración a una gran cantidad de familiares cercanos.
Gayosso Cepeda ha tomado la estafeta en contra de Blanco. No es un político muy querido en la entidad y se le ha acusado de abuso e, incluso de amenazas en contra de un periodista local.
Por su parte Cuauhtémoc Blanco parece haber llegado a la presidencia municipal incumpliendo los requisitos legales para ser candidato y, si ganara, para ser presidente municipal. Se argumenta que no ha comprobado de forma fehaciente los diez años de residencia en el estado -o cinco en el municipio- según establece la ley; que su Curriculum no precisa estudios y sí anuncia sus triunfos deportivos nacionales y mundiales… (¿Y en dónde estaban las autoridades electorales?)
Así que se le acusó de violar la Constitución Política de México así como la Constitución estatal, en lo que se refiere a los requisitos de elegibilidad. Y se inició un proceso para que el Congreso Local votara por un juicio político en contra del munícipe de Cuernavaca, con miras a destituirlo.
Luego de berrinches y acusaciones de las dos partes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación pospuso su resolución, mientras tanto Blanco seguiría siendo presidente municipal en activo. Esto, Blanco lo cantó como un triunfo político y legal. Por supuesto el tema está en el aire aun.
En todo caso lo que exhibe este sainete político y de poder, es la pobreza de quienes están en ese berrinche colectivo; el abuso de poder de las dos partes; la intransigencia y la falta de calidad política por un lado y de ignorancia política por el otro.
La presencia del hijastro del gobernador contamina aún más el ambiente de crispación que se vive ahí, además de que éste no oculta sus ambiciones por ser gobernador y aun presidente de México “porque se vale soñar”, dijo. Aunque el PRD no está como para conseguir triunfos por ahora.
Así las cosas lo más conveniente sería la revisión del gobierno de cada una de ellos y decidir en ley si deben seguir en sus cargos lo que falta de su gestión. Ni a quien irle ahí. Ninguno de los dos representa la aspiración nacional de gobiernos democráticos y sólidos, con ética y responsabilidad.
Y sí, en Morelos hay un sainete en donde se juntaron la pena y el dolor.
@joelhsantiago
@OpinionLSR
Tomado de La Silla Rota: http://lasillarota.com/sainete-en-morelos/Joel-Hernndez-Santiago#.WFxVLLmHT8G