LIBROS DE AYER Y HOY
La gran mayoría del pueblo lo sabía desde hace tiempo. Los patrones lo acaban de descubrir. Nunca es tarde si la dicha es buena, dice el refrán.
México necesita “de manera urgente, un liderazgo que genere consensos sociales”.
Así lo ha sostenido Gustavo de Hoyos Walther, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y ha quitado protagonismo al Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, al negarse a firmarlo.
Ha sido uno de los casos más comentados desde el lunes pasado, casi tanto como el pacto presentado por Peña Nieto, porque encubre cuestiones de las fuerzas reales de poder que avizoran una minusvalidez del oficialismo.
Los patrones han ido más allá, al llamar a un pacto real, que realmente sirva al país.
Ante un México sin futuro inmediato, si las fuerzas conservadoras se suman -aunque sea por intereses propios- a la gran protesta que ha iniciado el pueblo mexicano, si dentro del priísmo, enajenado desde siempre por la lealtad, ésta se tambalea -lo vemos en las posturas de algunos gobernadores-, la situación está para pensarse.
¿Cual es en este momento -valdría preguntar-la posición de algunos sectores de las fuerzas armadas? Desde días atrás la posición de amplios sectores sociales ha quedado clara.
El hartazgo no aguantaba más. Los universitarios y los intelectuales se han sumado. El bamboleo informativo aún subsiste porque nuestros recursos siguen operando desde el poder, ¿pero cuanto tardarán los cínicos como los llamaba Kapuschinski, para dar la espalda en busca de otro comprador? El nuevo pacto que presentó EPN – el anterior solo tuvo como resultado las debacle y el hundimiento del PRD-, fue calificado de inmediato: son buenas intenciones, pero ni siquiera a paliativo llega.
Además tuvo una tardanza interesada o sea que la aparente premura por resolver el problema no fue tal, conociendo el período que se atravesaba.
En los primeros días de la famosa cuesta, los precios se dispararon.
Son ya un hecho según la concepción mercantil que también se está aplicando a los gasolinazos, ¿que vigilancia puede haber con un pacto que llega tarde? En la tiendota Soriana que tengo enfrente, hay precios que fueron elevados al ciento por ciento, pero además se está aplicando la fórmula Trump antes de tiempo: algunas transnacionales como la Pepsi y otras de renombre, salen del panorama de esa tienda afín al régimen, castigadas o desplazadas, para dejar paso a las más poderosas, la Coca Cola, entre ellas.
La presentación del presunto salvamento popular ha exhibido grietas que ya se han mencionado y el peligro se cierne, porque por el otro lado están los dolidos, los verdaderos afectados, el pueblo. Y cuando las fuerzas se unen…Los actos inusitados no siempre son casuales.
Los grandes escritores han volcado su sensibilidad para enfatizar actos distraccionistas que en algunos casos cambiaron la historia. No la cambió el cuento Tritón de Fedor Dostoyesvski, pero si dio pie a muchas cábalas sobre el porqué, sorpresivamente, apareció un tritón en un balneario.
San Petersburgo estaba en momentos complejos por los disturbios de primavera y aquel hombre de color verde, desnudo, que salió húmedo y campante lanzádole obscenidades chistosas a las mujeres, cambió el tono de las discusiones.
¿De donde salió, con que fin lo hizo?, todo mundo aportó una idea.
Que si era una intromisión diplomática, que si desde Petersburgo se había enviado a un policía para fingir la apariencia de un tritón; que si algunos personajes habían asumido la figura para obtener ciertas pretensiones; se involucró al arte, a la desnudez de las estatuas, y hubo discusiones, enemistades y hasta se mencionó que podía ser una alegoría política, conectada con la cuestión del Cercano Oriente.
Solo un lugareño pudo asegurar que el tal tritón vivía en el lago hacía centenares de años -era originario de la Grecia antigua-, y le había dado la gana de salir a festejar con las mujeres su absoluta desnudez.
El cuento, incorporado dentro de la famosa antología Los más bellos cuentos rusos (Populibros La Prensa 1971) en la que navegan Puschkin, Gogol, Tolstoi, Kuprin, entre varios, fue descubierto mucho después de la muerte del escritor ruso, en un diario que él dirigía, El Ciudadano, y que fue escrito allá por 1873-74.
Las traducción no refleja aquella escritura profunda y compleja que tenía el autor de Crimen y Castigo y Los hermanos Karamazov.
Raro además en él, una sátira. Pero tiene esa malicia que subyace en lo que realmente significa aquel hombre verde que apareció para distraer los ánimos.
El escritor pide al final que ojalá aparezcan muchos tritones, ¡bastantes!, dice, “hay que dejar que despierten a la sociedad, hay que dejar que surjan a la superficie”.
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