CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Miahuatlán, Tlacolula, San Juan Guichicovi, Mitla, San Jacinto Amilpas, entre un buen número de municipios que fueron de usos y costumbres (UyC) hoy tienen procesos electorales sin conflictos. La tendencia histórica es dejar atrás esos anacrónicos usos y pasar a partidos políticos. Entre los recientes que pasaron a partidos se encuentra San Jacinto Amilpas, 1973 y Mitla, 1993.
Un municipio que acaba de superar ese atraso, en 2013, fue San Andrés Cabecera Nueva, de la Mixteca. Ahí Everardo Hugo Hernández, ex diputado local y quien ya había ganado con el PRD la primera elección por partidos, fue asesinado. Había arrancado a los caciques priistas la sujeción en que tenían al pueblo con sus (ab)usos y costumbres que manejaban a su antojo. Hoy, a costa de ese sacrificio, el municipio tiene elecciones sin problemas. http://revistaenmarcha.com.mx/reportaje/1362-hizo-caer-un-caciquil-regimen-de-usos-costumbres-y-luego-cayo-asesinado.html
A pocos les importan los indígenas
Conocedores de esta problemática expresan con fastidio que ya todos deben pasar a partidos, pero no se ocupan del tema, en el fondo hay un menosprecio a los indígenas. De ahí que se ocupen de ellos sólo quienes se benefician como indigenistas profesionales, quienes les hallan rentabilidad.
Si esos pueblos han decidido ir hacia el régimen de partidos, ¿cómo es que hay quienes les ofrecen que permanezcan en la “semihistoria” donde están? ¿Con estas costumbres fuera de época quieren inventar un nuevo sistema político? Tronarán con su diferencialismo y multiculturalismo, cuando ya Giovani Sartori demolió esa abstracción que conjetura con “multi” la existencia de “muchas y variadas culturas”, lo que no es así. Tema aparte.
Democracia, la “menos peor”
Son muchas las debilidades de la democracia, pero ha demostrado ser lo “menos peor”. Churchil dio una definición clásica: “Se ha dicho que la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”. Las más han sido dictaduras. La democracia viene de la antigua Grecia, antes de las Intendencias y República de Indias novohispanas de donde vienen los UyC.
En el papel los indigenistas quieren dar la impresión de que ya hubo un paso adelante al sustituir el nombre de UyC por Sistemas Normativos Internos. Sistemas que también es algo de atrás, de los primeros pasos del derecho. ¿Por qué proponen ese pasito y no el salto pleno a la modernidad?
Indígenas, los más violentos
Todos los municipios con problemas poselectorales son de UyC. Son los más pobres, los más rezagados en educación y, por ende, en cultura política. Entre las etnias se dan también los hechos más violentos. Pueblos “hermanos” que se matan. Al estilo Abel y Caín, de la religión católica, cuyos frailes y curas estuvieron en la creación de los UyC, el tequio y todo lo que fuera para sobre explotar al indígena.
Urge remontar ese régimen colonial
Urge remontar ese régimen colonial, sostenido por caciques, familias o políticos beneficiados con administraciones municipales (los curas ya perdieron hasta el “Pedimento” de Juquila). Pedir autonomía para pueblos de UyC —dijo un participante de las redes sociales— es pedir más fuerza para los cacicazgos.
No son teorías neojurídicas “normativas” despegadas de la realidad lo que esos oaxaqueños humildes necesitan. Ahora que la puerta de EU se les cierra, a donde emigraban vaciando sus pueblos, lo que urge es atender sus necesidades económicas, productivas, de empleo…
En vez de hacer más leyes indígenas “supletorias” sin aplicación en el derecho positivo, el Congreso debe acelerar ese paso histórico al régimen de partidos, empezando por los que ya fueron catalogados como municipios “en transición” a partidos y los que están en problemas. Al menos es muy probable que ya no tengan conflictos poselectorales, ni administradores voraces, ni violencia, ni muertos. Y si mejorar en algo sus procesos sociales y humanos. Abundaremos.
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