CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
La legión extranjera que gobierna Oaxaca no tiene para cuando dar siquiera el primer campanazo, como escribió un columnista. No hay obra pública, más que aquellas cuyos recursos quedaron etiquetados desde el sexenio pasado. No hay servicios de calidad, inclusos los mínimos que había del Hospital de Especialidades y Hospital de la Niñez de Oaxaca, por ejemplo, no sólo se han reducido mucho sino están cerrando, como este último.
El Hospital Civil cualquier día se derrumba, ya remontó su vida útil, incluso tiene áreas que ya no se usan, o no se usaban. Desde hace años se hizo el anuncio de que era urgente construir un edificio que lo supliera. Los hospitales iniciados en sexenios anteriores siguen sin culminarse, gente como Martín Vásquez Villanueva que deberían estar enjuiciados, son premiados con cargos.
Hospital de la Niñez, al garete
Lo del Hospital de la Niñez de Oaxaca ha sido algo muy duro, exhibe la insensibilidad de todos, funcionarios y legisladores que se negaron a dar un peso para ese nosocomio. Quedaron abandonados niños con cáncer de todo el estado. Lo más triste, declaró una trabajadora del Hospital, es que los niños que quedaron ahí en el paro están muriendo porque ninguna autoridad ha solucionado la problemática.
Aquello de que si las cosas están mal, cuidado que pueden ponerse peor tiene hoy referente en Oaxaca. No hay obra pública, la economía está parada. Es patético como igual que cuando se fue Ulises y llegó Gabino decíamos que ya extrañábamos al primero, ahora parece que extrañaremos al último. Oaxaca, entidad sin desarrollo industria ni agrícola, depende casi por completo de los recursos que manda la Federación, 97 por ciento de los ingresos de la entidad vienen de allá.
Actualmente nada hay, los empresarios oaxaqueños parece que se han habituado a vivir en la crisis permanente, a tomar lo poco que quiera dar el gobierno. Olvidan que ese dinero es del erario, del pueblo de Oaxaca, no de esa legión extranjera (Edomex y CDMX) que hoy mal gobierna Oaxaca. Hay más violencia que nunca, más agitación, más agresiones a periodistas, en el mes pasado se contabilizaron 11 agresiones de acuerdo a los datos de la Fiscalía General.
Siete meses, ¿y los 62 mil millones?
Vamos en los siete meses del año y no se ve dónde estén invirtiendo este dinero del pueblo de Oaxaca, 62 mil 219 millones 484 mil 775 pesos, de acuerdo al Decreto de Presupuesto de Egresos del Estado de Oaxaca para el ejercicio fiscal 2017. Y una nueva mala noticia es que este primer año de ejercicio fiscal del gobierno lo cerrarán en septiembre. Actualmente dilatan y escamotean pagos y los últimos cuatro meses del año, abiertamente no habrá pagos, ni molesten.
Así se explica que la Coordinación General de Comunicación Social del gobierno del estado no tenga nada que anunciar, no hay obras ni servicios, e “inteligentemente”, en sintonía con aquello de tenernos cada vez peor, esté contratando publicidad por “campañas” de temporadas. Y la única que ha contratado es la Guelaguetza.
No es que como el mal sentido común indica, que los medios quieran que les dé dinero el gobierno, que en todo caso sería del pueblo, real propietario de esos recursos, sino que el gobierno tiene la obligación de difundir los programas y servicios que requiere la población, se llama derecho a la información.
Tiene esa Coordinación de Comunicación social la friolera de 297 millones 283 mil 194 pesos, que tampoco se sabe en donde se invierte. Hasta ahora ningún medio de Oaxaca ha recibido pago alguno, que se sepa. Casi 300 millones de pesos, ¿dónde están? Es un presupuesto para comunicación social que se da a través de los medios. Mismos que no se han invertido, al menos no en Oaxaca.
No hay estrategia para disminuir la mala propaganda de Oaxaca, como la violencia de los grupos aliados al régimen, el grupo 14 de Julio o Sindicato Libertad, que gozan de impunidad en sus agresiones a oaxaqueños. El zócalo de Oaxaca está peor que nunca, repleto de desplazados de las colonias González Guardado y Vicente Suárez que han llegado francamente a vivir ahí, donde duermen y cocinan. Comprobado: gobernar desde Polanco no es fácil.
@blasc