CRÓNICAS DE LA ÍNSULA
Los médicos muestran el músculo, advierten, casi amenazan al declarar que de no liberar a su colega traumatólogo, Luis Alberto Pérez, harán un paro nacional. Para ellos eso es fácil, ya nos han mostrado su alto humanismo al cerrar semanas el neurálgico Hospital Civil, así como todas las clínicas de la entidad, dejando a miles en la indefensión, sin consideración alguna.
Es cierto que clínicas y hospitales carecen de materiales y medicinas; qué en las salas de la clínica central del IMSS de Oaxaca están revueltos, desde niños con huesos rotos hasta ancianos con enfermedades terminales. Tardan mucho en intervenir a los pacientes. No siempre porque no haya espacio, sino por el caos y la indisposición de los médicos. Éstos se acostumbran rápido a las carencias de sus instituciones y con eso se justifican, en vez de exigir lo necesario para la buena atención de los pacientes. Es más cómodo ser cómplices tanto del sector público como privado.
¿Quién no tienen una, dos, tres, terribles experiencias personales? Hace casi 4 años a mi hijo lo dejaron mal de la operación de su brazo, el clavo de metal se le salía, el médico que lo operó cuando pasó a verlo dijo que efectivamente estaba mal y que lo operaría de nuevo. Pero después pasó el jefe médico de esa área y dijo lo contrario, que estaba bien y le darían de alta. El primer médico se esfumó. Yo exigía nueva operación, sólo para ver que hacían. Pasó ese día mientras arreglaba que lo operaran en otra parte, casi para salir nos dijeron que no lo operarían de nuevo.
Y no es algo excepcional, hay testimonios a pasto. También contribuyeron a mayores males de mi suegra quien finalmente falleció al operarla un mes después de su ingreso y eso por nuestras exigencias pues había quien tenía tres meses. Esto sucede en el IMSS, ISSSTE y en el Hospital Civil ni se diga, bueno ni siquiera reciben a los niños lesionados y lo mandan a morir a otro lugar. ¿Por qué cuando hay fuerte exigencia o influencia si hay lugar para operar? (Disculpas por ocupar realidades personales).
Médicos del sector público, trabajan en clínicas particulares. Claro, no se quieren agotar, necesitan llegar frescos ahí. Hay quienes sugieren a los derechohabientes que en sus clínicas, mediante “módica” suma, lo atienden mejor. Ha mermado mucho ética y humanismo. Ya no son los sabios de antes, ahora son técnicos en cuerpo humano de redituable actividad. Por fortuna hay notables excepciones, singulares, importantes, porque si no…
Una carta que circuló ayer del médico Heriberto Lizaola Díaz de León, Secretario del Colegio Mexicano de Urgencias Obstétricas SC, es muy elocuente:
“Se nos hizo fácil aceptar y dejar pasar que el paciente hipertenso o el diabético no reciba su medicamento porque en la farmacia ´no había´. ´Se nos hizo fácil´ hacernos de la ´vista gorda´ cuando nos percatamos que un paciente tiene que esperar hasta 8 meses para que la interconsulta con un médico especialista se concrete o se pueda realizar una cirugía electiva. ´Se nos hizo fácil´ que los pacientes fueran dados de alta sin haberse podido realizar su cirugía porque ´no llegó el material´ o porque su ´médico salió de vacaciones y nadie lo cubrió´. ´Se nos hizo fácil´ culpar al sistema, pero al mismo tiempo solaparlo con nuestro silencio. Dejamos de respetar nuestra profesión. Dejamos de respetarnos a nosotros mismos. ´Se nos hizo fácil ´dejar de ver a los pacientes como personas, pero no nos está gustando cuando ahora a nosotros nos dejan de ver como médicos y nos comparan con delincuentes”. www.comuo.org
El médico detenido por la muerte del niño Edward Luna, goza de prestigio, pero algo pasó ahora. Más que nunca se impone una investigación objetiva, apegarse a la ley y al debido proceso. Hace falta retornar al humanismo, al juramento aquél. Sobre todo, que este duro acontecimiento, la muerte de un niño de 3 años, sirva para analizar y discutir las grandes debilidades actuales de la práctica médica tan a la vista y reconocida por ellos mismos, para remontarlas en bien de la salud de la gente.
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