CRÓNICAS DE LA ÍNSULA

A mi conciudadano Javier López Luna.

Hace unas tres décadas desde las mesas de los portales del Zócalo de la Ciudad de Oaxaca, veíamos como empezaban a sucederse los plantones en el Palacio de Gobierno, en una casi abierta política pública estatal. Fueron creadas organizaciones regionales desde el poder como el MULT de Heriberto Pazos Ortiz en la Mixteca; la UGOCEP de Margarito Montes Parra en Tuxtepec; así como reforzada la COCEI en el Istmo. Grupos “de izquierda” al servicio del gobernador Heladio.

Un partido de derecha, el PAN, tomó el papel de oposición en Oaxaca. Desde esos cafés de los portales veíamos levantarse al recién desaparecido Javier López Luna para ir a tomar el micrófono y lanzar con impecable oratoria encendidos discursos críticos, cuando quienes protestaban no era la mencionada clientela gubernamental. Años después, el PAN derrotaba al PRI en la capital del estado. El PRI perdió ese bastión por primera vez.

Cuando el PAN ganaba en Oaxaca

El candidato del PRI fue David Palacios, tío del entonces gobernador Diódoro Carrasco, con sobrados recursos. Si bien estrategas electorales panista llegaron de la capital del país a la antigua Antequera, Pablo Arnaud contó con personajes como Javier Luna. Entre las tácticas de aquella memorable campaña fue la labor de persecución y los jóvenes de las comunidades eclesiales de base en las brigadas panistas.  Este caso ilustra que con buena estrategia, no hacen falta grandes recursos para ganarle a quien los tiene.

Otra victoria fue que ese triunfo albiazul se reconociera. Así sucedió, desde entonces Ernesto Zedillo ensayaba su aceptación a los triunfos del PAN. Otra cosa fue Arnaud en el gobierno: no dejó obra trascendente. Empero, a Javier nunca lo vimos en algún cargo público.

Eran los últimos años de la brega de eternidades que dijera Gómez Morín. Sirvan estas líneas de ofrenda a Javier López Luna que recién partió de este mundo. De vena tolerante, se podía discutir con él todo, con taza de café, chocolate o copa de vino, desde enfrente del zócalo de la majestuosa Ciudad de Oaxaca, que a todos nos verá partir.

Pasó la brega de eternidades

Ahora que ha pasado la brega de eternidades, que la lucha por el poder es lo que importa, la dinámica del PRI-PRD, donde los militantes del primero que no alcanzaban cargos se pasaban al segundo, ya está en el PAN. Aunque también hay migración del PAN al PRI. No obstante, la mayor estampida se da del PRD a MORENA, en una estrategia preconcebida para desfondar al primero.

En esa política de dejar al PRD anémico y moribundo fue que MORENA se llevó de candidato a diputado federal a quien era coordinador parlamentario de los diputados de ese partido en el Congreso local, Carol Altamirano. De manera que la mayoría de los conspicuos perredistas ya están en MORENA, dejando en el PRD a los de poca rentabilidad política. Entre éstos Raymundo Carmona y Horacio Antonio Mendoza.

Carmona y Horacio, sin rentabilidad

Carmona, cual chivo en cristalería arremetió en Tlaxiaco contra el auditorio, corrió del lugar a quien no le gustara su discurso y recibió larga rechifla cuando el caciquillo pochutleco, con toda su autoridad moral, llamó priista ratero a López Obrador. Entre tanto, el diputado perredista Horacio Antonio, con su manía de copiar propuestas de ley de otros estados en su meta de ser campeón en proponer iniciativas, hizo regresar a los oaxaqueños a una dinámica superada hace mucho: que quienes soliciten su licencia de manejo de automóviles hagan examen. Sin mostrar estadísticas o estudios de esa necesidad. Lo que debió promover es la licencia de manejo definitiva, ¿para qué sacar y sacar licencia periódicamente?

Precisamente, para conocer a quienes serán nuestros representantes y autoridades, y no volver a elegir a incompetentes, necesitamos conocer sus programas, propuestas, capacidades. La exposición de planes de trabajo, más que la abrumadora propaganda que ya nos circunda. Dar utilidad al Canal 9 con debates y programas especiales de los candidatos, o en las estaciones de radio, foros… Inconcebible que la autoridad electoral local no haya previsto eso.

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