El poder oculto de la autobiografía
Abanico
– Ivette Estrada
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El general Sternwood de El sueño eterno, se rodeaba de orquídeas que despedían un olor a corrupción y Philip Marlowe detective de Raymond Chandler, luchaba contra la corrupción en esferas como las policíacas, en donde el flagelo se resentía como parte de un descenso social expulsado de las altas esferas.
Eso no fue visto por el brillante escritor como el sustratum de un sistema cuyo centro y pivote es esa corrupción.
Él todavía confió en el idealismo de algunos representantes del capital, aunque conoció sus debilidades. Sin esa característica, la corrupción, el capitalismo en pleno desarrollo como lo conoció Chandler que no vio sus excrecencias en el neoliberalismo, no tendría una de sus razones de ser, sino la principal.
Las críticas que se hacen al actual régimen en México, son esas, delimitar el poder a destrabar la corrupción, sin enfrentar el corazón del sistema.
Otros defienden la postura, en el avance que se señala en sectores proletarios a través de incentivos de los que se esperan frutos – mejores estudios con apoyo en becas por ejemplo -, cambios legislativos laborales, una distribución de la riqueza hasta donde es posible a través de pensiones a sectores más desvalidos, la recuperación de riqueza estatal con el fin de los fideicomisos que eran parte de hecho de una secuencia privada.
Cuestiones que para algunos no enfrentan a un poderoso sistema, en un país dominado por transnacionales con aliados locales, porque para ellos la siembra es limitada y se inserta en el mismo sistema.
LA OBRA DE CHANDLER SE CONCENTRA EN LAS FUENTES DE CORRUPCIÓN
Los muchos cuentos del escritor nacido en 1888 en Chicago, convertidos en novelas por el sistema de canibalización que él inventó, ya reflejan cual era la visión de un hombre que se educó en Europa principalmente en Inglaterra, cuya madre era de ese país.
Díscolo, siempre inconforme, nadie pensó a su regreso del viejo continente y con trabajo en una petrolera, que se incubaba en él a uno de los grandes escritores, considerado el mejor en el género negro del siglo pasado.
Antes de incursionar en la novela, ya había publicado varios cuentos en la revista famosa entonces Black Mask, ahora recuperados en varios libros como El lápiz y otros cuentos, Peces de colores, Asesino en la lluvia, Bay City Blues, entre otros.
Escribió siete novelas y dejó una inconclusa, La historia de Poodle Springs, que fue terminada por el escritor Robert B. Parker.
Sus novelas siempre giran en torno a un hecho complejo en donde la corrupción tiene sus raíces, pero también la venganza, un sentimiento despechado y un amor oculto.
No desdeña los secretos de las protagonistas femeninas, deslumbrantes en Adiós Muñeca ( Adiós para siempre preciosidad o Farewell) La dama del lago y en su novela fundamental El largo adiós.
El asesinato y la trama tienen el brillo, no siempre pero muchas veces, del cerebro femenino. Marlowe y por ello el mismo autor, comprometen la amistad profunda y la decepción se manifiesta precisamente en El largo adiós, con la traición del protagonista Terry Lennox.
LAS ORQUÍDEAS DESTILABAN CORRUPCIÓN, DECÍA, EL GENERAL DE THE BIG SLEEP
El sueño eterno ( The big sleep, Penguin Random House 2014, entre muchas ediciones de varias editoriales), escrita por Chandler en 1939 fue su primera novela y la primera de sus obras, también, que fue llevada a la pantalla.
Primera película asimismo del director Howard Hawks que la llevó al cine con el nombre de El sueño eterno en 1946 y que tuvo nada menos que a William Faulkner, como uno de sus guionistas.
La historia es compleja con muchos personajes, pero el que da la pauta de lo que pasa en ese conglomerado, es el general Sternwood, un hombre poderoso, rico, pero que pasa buena parte en el invernadero de orquídeas, en un jardín, debido a su parálisis.
El denuncia al principio de la novela ante un Philip Marlowe que ha contratado, que hay corrupción en su familia integrada por él y sus dos hijas y lo que lo rodea, pero el autor señala por su lado que el general no es ajeno a esa corrupción.
Hawks presumió en su película que el no quería saber quien era el asesino de la trama; le interesaba hacer una película romántica con dos protagonistas notables Humphrey Bogart y Lauren Bacall, en pleno romance real. Estuvieron casados hasta la muerte del actor en 1958. Un año después murió Chandler.
La novela ya aborda el tema filial que abordó Chandler en su novela La hermana pequeña, más adelante; la generosidad de las hermanas mayores que se inculpan para tratar de salvar a las hermanas pequeñas.
Ambas, las pequeñas, con claras definiciones mortales. En El sueño eterno, Carmen la hermana menor de Vivien, es en realidad la que mueve la trama con sus excesos y relaciones con personas del hampa que al final causan su descenso. Género negro como el que ahora tenemos, con un general también en el centro de la historia, promesas de enfrentar al crimen y una movilización mediática que por desgracia no está a la altura de las plumas de Chandler ni de William Faulkner.
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