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Teresa Gil

Bartra, su acelerada involución y nosotros los ciudadanos

Libros de ayer y hoy

+ Según análisis, no hay nada rescatable en el libro de Bartra contra AMLO. Exhibe desconocimiento del personaje.

Subido a la palestra que ya ocupaban en la opinión pública desde meses atrás, Héctor Aguilar Camín y Enrique  Krauze, el antropólogo Roger Bartra se convierte en motivo de defensa de sus iguales, en una línea en contra que les toca a los tres de cerca: el señor López Obrador.

Pero se equivoca Aguilar Camín cuando dice  que el teórico de la melancolía critica al Presidente de la República desde su posición de izquierda. Bartra hace mucho tiempo que dejó de serlo. El asunto no es solo de intelectuales. La ciudadanía debe de intervenir.

Al respecto quiero recordar la  ocasión y la he expuesto en otra crónica, sobre las críticas que hacíamos varias personas entre ellas maestros de la UAM, sobre las inconsecuencias políticas de Octavio Paz. De pronto desde un  rincón del sitio, otro maestro, de apellido Payán (no de los conocidos), se levantó y nos dijo que nosotros no teníamos derecho a criticar al gran poeta, que si quienes éramos para hacerlo. El señor parecía defender a Jehová; sus palabras recalcaban  nuestra herejía.

Del grupo  cercano una mujer se paró y le gritó que lo hacíamos  “como simples ciudadanos”. Así se llama mi crónica. La polémica que se han adjudicado intelectuales en tormo a lo escrito por Bartra en su libro Regreso a la jaula y el fracaso de López Obrador, en el que se mete a fondo contra el Presidente de la República, la ciudadanía tiene todo el derecho no solo a responder y ponerlo en su lugar,  sino a recordarle que hay un pequeño detalle que no profundizó en su  libro: el presidente que el denigra y  llama “populista reaccionario”, fue electo por el pueblo. Nada menos.

Permanente caída de Bartra desde su salida del partido comunista

Como miembros del Partido Comunista Mexicano (PCM) allá, por los años setenta del siglo pasado, los más asombrados provincianos, en mi caso con larga carrera periodística en  Sonora, veíamos con cierto pudor el comportamiento soberbio de dos güeros altos que  parecían hacernos un favor con su presencia, Jorge Castañeda y Roger Bartra.

De este ya se hablaba de sus méritos, sus investigaciones, y del orgullo de que ambos fueran  comunistas. Falso orgullo que se deterioraba con sus desplantes, sus ya acercamientos desde entonces con la derecha, los elogios al señor Trouyet el amo capitalista de ese entonces de parte de Bartra, y sus actitudes muy consecuentes con otros representantes del empresariado que por algún motivo sentían simpatía por los rojos.

Con la fusión del partido y la debacle de esos y otros, se hicieron presentes y evidentes sus nuevas concepciones. Castañeda se unció más tarde al panismo de Fox y Bartra inició los desgastes en contra de su vieja izquierda; en libros, pláticas, actitudes.  Desde hace varios años, el señor Bartra devino como se recalca, de comunista,  a eurocomunista, a socialista y finalmente a ser, como dice el internacionalista Hernán Gómez Bruera  “en el preferido de la ultraderecha”.

Desde esos varios años el  antropólogo  defeccionó de la izquierda, por lo tanto el que lo crítica en el libro mencionado es simplemente uno más de la derecha mexicana.

En la jaula el que está es Bartra: El preferido de la ultraderecha

La mención  que hizo AMLO en la mañanera de Roger Bartra en la que también menciona un poemínimo de Efraín  Huerta, llevó al hijo de éste, el también poeta  David Huerta, a enviar una carta al diario La Jornada para defender a Bartra  a quien comparó con su padre.

Él es su hijo y tiene todo el derecho pero los que tenemos una opinión de Efraín y compartimos alguna vez tribuna con el gran poeta de izquierda, no vemos ninguna similitud. Efraín fue congruente hasta el último momento de su vida.

En su artículo sobre Bartra, el especialista en América Latina del Instituto Mora, articulista de El Universal, Hernán  Gómez Bruera, hace un análisis del libro y se queda sorprendido de la pobreza del mismo, después de haber leído otros del mismo autor. Señala que en el de ahora resalta el despecho del teórico de la melancolía al acusar a AMLO de ser causante de su despido del diario Reforma. Eso le quita valor de entrada porque personaliza su crítica, dice.

Para  el especialista el libro es pobre en profundidad  aunque bien escrito, pero  “no tiene nada rescatable”. A propósito de jaulas nos dio por recordar otra vez el libro del académico de Tennesse, Daniel J. Schneider sobre Henry  James, que destila ese sí, talento por todas partes, en La jaula de cristal (Editores N.O.E.M.A  1980).

Y al relacionar el punto de vista de Gómez Bruera sobre la escasa percepción de Bartra al exhibir un desconocimiento del verdadero López Obrador y  del personaje auténtico que es, me remito a Schneider que dice que los muchos analistas y algunos críticos de James caen en posición similar, al criticar al gran escritor inglés -estadounidense, bajo un solo concepto sin profundizar en la pulcritud de su teorías, implícitas letra por letra en sus novelas y otros escritos.

La trayectoria de AMLO para Bartra, se observa  totalmente desconocida en su libro, según el miembro del Instituto Mora.


Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.

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