Utopía
Las detalladas explicaciones del presidente Andrés Manuel durante las mañaneras de la semana pasada, excepto la del viernes 11, fueron muy ilustrativas y por ello suficientes para iniciar el desmontaje del discurso del autoengaño de los dirigentes de la coalición Va por México y su jefe de jefes, Claudio X. González Guajardo, y el enjambre de organismos civiles que administra con objetivos políticos.
Durante una de las más cortas reuniones para el “diálogo circular” entre López Obrador y los enviados de los medios de comunicación, fue escuchada una de las visiones presidenciales más estrechas y por ello excluyentes sobre el papel desempeñado por las capas medias en la jornada dominical y en particular en el retroceso de Morena en la Ciudad de México y que AMLO atribuye a la gran campaña de los conservadores en contra de la Cuarta Transformación y la falta de trabajo de su partido.
Lo hizo Obrador en demérito de otros factores: el desgaste natural que provocan 21 años de gobiernos capitalinos ajenos al PRIAN, el trágico accidente de la Línea 6 del Metro y la brutal campaña telefónica durante la veda electoral, la inseguridad en plena pandemia y las severas consecuencias económicas de ésta, la irritación de grupos feministas pacíficos y vandálicos por la insuficiente atención a sus legítimos y perentorios reclamos, en particular para abatir el feminicidio; la existencia de grupos con prácticas caciquiles y corruptas en Morena de la capital…
Para el tabasqueño de Tepetitan (Macuspana) “La clase media se dejó influenciar por la guerra sucia”. No le falta razón, sólo que la contienda electoral fue para disputar no sólo el sufragio sino la voluntad y hasta la conciencia, así sea temporal, de los electores. Dicho de otro modo, nadie “se deja” sino que una coalición fue más competente que la otra para convencer con buenas y malas maneras, como lo muestra el hecho de que empieza a tomar forma la exigencia del recuento de votos capitalinos bajo el argumento de votaciones atípicas, por ejemplo la obtenida por Margarita Zavala, experta junto a Felipe Calderón en prácticas fraudulentas como las empleadas en 2018 en el primer caso, y 2006 con el afamado Comandante Borolas (el que se ríe se lleva, presidente).
La tesis de López Obrador consiste en que la gente pobre “sí internalizó” el mensaje, “entendió mejor que ahora se combate la corrupción y las cosas han mejorado” porque antes no recibían nada, no eran tomados en cuenta y se les daba la espalda, “pero de repente empiezan a recibir dinero del presupuesto y a darse cuenta que otro México es posible y, ahí sí, por más guerra sucia que hubo, no pudieron”.
Para el presidente de todos los mexicanos y que necesita asumirse así con mayor frecuencia, “Ese es el cambio de mentalidad al que apostamos, esa es la revolución de las conciencias, pero de la clase media-media, media-alta, incluso con licenciatura, maestría y doctorado, no. Está muy difícil de convencer”.
Con la misma lógica presidencial podría interpretarse que para las capas medias en los últimos 2.5 años las “cosas (no) han mejorado” o no lo suficiente, “no eran tomados en cuenta y se les daba la espalda”, aunque más de 8.5 millones de adultos mayores recibimos la pensión universal. Y las becas para estudiantes no reparan en el perfil socioeconómico del beneficiario, como tampoco los servicios a cargo de la Secretaría de Salud y del Insabi. Pero aún son insuficientes para no pocos hombres y mujeres del mundo del trabajo y la cultura capitalinos.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.