Libros de ayer y hoy
Paradójico que entremos al verano cuando nuestro horario veraniego se inició en la primavera y terminará el último domingo de octubre en pleno otoño. Así es el mundo de loco, loco que festejó la entrada de un solsticio, palabra que significa detener al sol, situado en la parte norte de la tierra (la más fría) cuando también paradójico, se inicia el sol más quemante del año que en algunas zonas se incendia casi el mes de agosto.
Aquí se incendiará pero no por el sol, sino por la consulta del primero de agosto para ver si el pueblo juzga o no a los ex presidentes. En medio del verano quemante están las honras que ahora se exhiben en retratos históricos aunque su trayectoria no haya sido precisamente histórica.
En el marco de esa consulta que tenido sus peros, el retobado INE sigue exigiendo más dinero, pese los 890 millones que se le adjudicaron. Suena también complicada la pregunta muy a lo jurista que hicieron los de la Suprema Corte para enfrentarla a ciudadanos a los que por lo general no les gustan las arengas.
Dice así la tal pregunta: “¿Estás de acuerdo a que se lleven acciones con apoyo al marco legal para esclarecer las decisiones políticas tomadas en el pasado por los actores políticos y garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?”
El verano, y un poeta, Jaime Torres Bodet, que se suicidó en primavera
Hay grandes poetas que se lanzan al olvido, aunque hay que reconocer que en México fuera de los suplementos culturales, los poetas poco relumbran entre la gente, así sean Premio Nobel. Tiene mucho que ver la falta de promoción, los libros caros y una tecnología que desvió la atención de la gente a la imagen movible.
Uno de esos grandes poetas fue Jaime Torres Bodet, el único mexicano que ha estado al frente de la Unesco y que desempeñó las funciones más diversas como diplomático, embajador en Francia, Secretario de Educación, miembro de número de la Academia de la Lengua, Honoris Causa por la UNAM, Medalla Belisario Domínguez, y muchos reconocimientos. Su obra se expresa en nueve libros de canciones, poesía y ensayo.
Hombre culto, brilló desde la adolescencia y un día, en la primavera de 1974, se suicidó precisamente el trágico 13 de mayo. El autor de una tesis sobre él, Héctor Palacio, negó que fuera por el cáncer que padecía, sino que su muerte “fue por un acto de voluntad”.
He seleccionado su poema Verano que publicó Jorge Cuesta en su Antología de la Poesía Mexicana (Fondo de Cultura Económica 1985). Cuesta, otro poeta casi en el olvido es uno de los que minimizó Octavio Paz al que el también poeta Marco Antonio Campos señala como “experto en minimizaciones”. Cuesta, generoso, quien también murió por suicidio, recogió en su antología a 22 de los más grandes poetas que ha tenido México. Aquí parte alterna de Verano de Jaime Torres Bodet
VERANO
Corrí
las cortinas azules de la siesta
sobre el oasis del jardín.
El verano adhería a los espejos
las burbujas del aire, y el azul
de la sombra regaba de uvas sueltas
el mantel engomado de la luz.
Sentí
en el pecho un gran hueco feliz
el musgo caminaba entre las losas.
Una paloma del jardín
se puso a picotear el tiempo
en el oro granado del maíz.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.