+ Durante años se han formulado diversas teorías sobre la muerte de la escritora y embajadora mexicana Rosario Castellanos, quien se encontraba en Israel cuando tan lamentable suceso ocurrió.

Oaxaca de Juárez, Oax. 7 de agosto de 2021.- Hoy se conmemora la muerte de una de las más importantes escritoras mexicanas del sigo XX, Rosario Castellanos, quien tenía tan solo 49 años cuando falleció en Tel Aviv, una ciudad localizada en la costa del Mediterráneo de Israel. La versión oficial dicta un choque eléctrico accidental, pero también existen otras teorías sobre suicidio o incluso asesinato, mismas que con el tiempo se han ido descartando.

Rosario nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, pero desde niña se mudó con su familia a Comitán, Chiapas, una zona habitada en su mayoría por indígenas mayas, en donde las mujeres vivían (y aún viven) una opresión machista; lo cual años después la llevó a escribir sobre ellas y defenderlas en diversos libros que publicó durante su trayectoria como escritora.

En 1971, cuando ya tenía 46 años de edad, fue nombrada por el entonces presidente Luis Echeverría, como embajadora de México en Israel, país del Medio Oriente al que se mudó y en donde también impartió clases en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

El 7 de agosto de 1974, su alumno y también escritor Samuel Gordon, quien entonces tenía 29 años, habló con ella por teléfono para saber si la podía ver, pero ella le comentó que no podría porque iría a recoger unas mesas de bronce procedentes de Siria que estaba esperando desde hace tiempo.

Sin embargo, unas horas más tarde el chofer de Rosario Castellanos le llamó para comunicarle que la escritora había sufrido un accidente. Le contó que después de ir por las mesas, ella descendió del auto descalza y empapada de sudor, e ingresó a la residencia para ver dónde se pondrían los muebles.

En lo que él estacionaba el carro en la cochera, ella intentó quitar una lámpara para hacer espacio, pero estaba mal aislada y al tocarla recibió un fuerte choque eléctrico. Cuando su chofer entró, relata que “a duras penas” logró desconectar el cable con el pie. Y aunque la trasladaron al hospital, lamentablemente la declararon muerta.

Aunque la muerte de Rosario Castellanos resulta difícil de creer, lamentablemente se trató de un “ridículo” accidente que confirmó una vez más, que “cuando te toca, aunque te quites y cuando no, ¡aunque te pongas!”.

LOS ADIOSES

Quisimos aprender la despedida
y rompimos la alianza
que juntaba al amigo con la amiga.
Y alzamos la distancia
entre las amistades divididas.

Para aprender a irnos, caminamos.
Fuimos dejando atrás las colinas, los valles,
los verdeantes prados.
miramos su hermosura
pero no nos quedamos.

Rosario Castellanos