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Teresa Gil

Mujeres en el Paseo de la Reforma

Libros de ayer y hoy

Desde diferentes perspectivas las mujeres están  apoderadas de un gran tramo del Paseo de la Reforma. Con una silueta sobre lo que fue base de la estatua de Cristobal Colón,  grupos feministas colocaron  un antimonumento para poner el símbolo de la mujer que defiende sus derechos.

Como una contradicción, más hacia el sur se encuentra el monumento que han vandalizado algunas feministas en sus manifestaciones.

En ese monumento se sientan señeras, cuatro féminas representantes de los símbolos de la ley, la justicia,  la guerra y la paz, que han visto impertéritas el transitar cotidiano en muchas décadas.

Una fémina también  se enarbola en  la famosa Victoria alada conocida como  Ángel de la independencia y dos más a diestra y siniestra de Hidalgo, la Historia y la Patria. Entre los héroes que aparecen  representados en esta gran escultura no está ninguna mujer, aunque se ven rostros femeninos por ahí que según dicen era  Alicia la hija del autor del  diseño del monumento Antonio Rivas Mercado. 

Entre ese monumento y el de la Diana Cazadora un personaje mítico romano cuyo equivalente en griego era Artemisa,  quedarán las efigies de 14 mujeres mexicanas de gran  distinción. Por lo pronto ya fueron colocadas cuatro esculturas: de Josefa Ortiz, Gertrudis Bocanegra, Sor Juana Inés de la Cruz y Margarita Maza.

Esculturas famosas de mujeres sin apellido del marido, felizmente

Gertrudis Bocanegra

Buen detalle en respeto a la  individualidad de las mujeres notables en  la historia, es que a las casadas les quitaron el apéndice  del apellido del marido que implica propiedad ¿Quién no alarga el nombre de la compañera solidaria de don  Benito Juárez?, ¿quien no ha repetido por décadas, cuando circulaban  en forma abundante las josefitas, el nombre patriótico de doña Josefa Ortiz de Domínguez? Siempre el apéndice estaba presente, como en el caso de Margarita Maza que tenía valor propio como mujer solidaria.

A la par que se colocan  con una intención  permanente  en el Paseo de la Reforma, se deben dar a conocer los aportes de esas mujeres. Por ejemplo, Gertrudis Bocanegra si bien tiene el mismo apellido de uno de los creadores del Himno Nacional ella tiene  una historia propia  como  valiente militar que participó en el México Insurgente.

Y hay que reconocer no solo la historia de grandes personajes  sino el símbolo que representan las  campesinas, las amas de casas,  las indígenas y mujeres de ciudad de todos los niveles, que han participado en  la formación del país.

El valor femenino desde varias perspectivas y condiciones

Las mujeres que ahora están con sus esculturas en  el Paseo de la Reforma, son  de varios niveles y formas de enfrentar la vida, pero todas son grandes mujeres. Sor Juana,  universal como poeta y escritora, se yergue como la gran  figura literaria al  nivel de los grandes literatos españoles. Gertrudis Bocanegra  una millitar defensora  en la guerra contra los invasores; doña Josefa Ortiz, la famosa corregidora  que conspiró  para buscar la libertad de su pueblo y en su momento  Margarita Maza una mujer que vale  destacar como una figura plena de sufrimiento en un país convulsionado. Tuvo once hijos situación que se daba en  las mujeres de esos tiempos.

La gran  mayoría de esos hijos murieron en la infancia. Pese a ello apoyó siempre a Juárez, hacía con sus hijos festivales para reunir dinero para la causa  a la par que prestaba  ayuda a un pueblo con grandes necesidades.

Finalmente cuando Juárez se instala en  el gobierno  ella sufre  los efectos de su vida llena  de congojas, y muere joven,  a los 45 años.

Aquel  apellido, ya mostrado en otra ocasión en estas crónicas

De mi libro Lo que no se dijo (2015, páginas 97 y 98):

APELLIDO

 Anna Hathaway pensó que a lo mejor no era congruente con sus ideas. Ella,  modesta, siempre en  segundo plano, tenía algunas que eran modernas para la época.

Y en una era radical: las mujeres no son propiedad de nadie, así se trate de meros formulismos.

Se refería entre otras cosas, a esa costumbre que tienen algunas de ponerse el apellido de los esposos, cuando tienen dos, el del padre y el de la  madre. Le parecía deleznable despreciable el que muchas mujeres se solazaran en el apellido ajeno, cuando podían enorgullecer el propio. William la había apoyado en eso.

–Las mujeres sabias -había dicho·, se bastan solas.

Anna Hathaway bonito nombre, expresó en silencio escribiendo con  caligrafía larga su propio nombre;  más si se le agrega el apellido de la madre.

Pero luego, nostálgica, extrañando lo que se adhería a ella como algo de lo que no se podía desprender, se preguntó con desaliento:

–Y el apellido Shakespeare ¿Que voy a hacer con él? 


Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.

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