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Jaquelina Rodríguez

Un testamento intestado, la herencia de Lizardi

Luciérnaga Vespertina

Escribo esta nota a propósito de los acontecimientos que se han dado en nuestro país, México, con respecto a:

  1. La reforma constitucional en materia energética.
  2. La presencia en México de VOX, partido político español, en alianza con Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) y su larga lista de súbditos.
  3. El retiro de la estatua de Colón en la Ciudad de México.
  4. La conmemoración de los 200 años de la consumación de la Independencia de México.

Entre otros eventos actuales y pasados que juntos forjan la historia de nuestro país, y los cuales una gran mayoría de mexicanos desconoce, como lo muestran algunos periodistas en la Conferencia de Prensa diaria con el Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, quien tan amablemente cada día y en respuesta a la ignorancia manifiesta nos da clases de historia de México.

México del siglo XIX

Para cubrir este abismal vacío en mi saber, recurro al autor mexicano del siglo XIX, conocido como el Pensador Mexicano, José Joaquín Fernández de Lizardi, de quien el día de hoy comparto con ustedes algunas ideas sobre el incipiente México del siglo XIX, ideas que nos pueden servir para entender al actual país y las circunstancias que lo amenazan.

Lizardi no es de lectura fácil, el esfuerzo neuronal es arduo y complejo, pero prefiero leer a quienes vivieron el evento y no escuchar a aquellos “pseudohistoriadores” que se dicen a sí mismo divulgadores de la historia, que sin ser investigadores se dan la licencia de interpretar hechos sin criterio ni fundamento y decirlos como si fueran verdad, desde un ya gastado sketch que mantiene a los zombis riendo, atentos a la diversión y al consumo de ideas.

A causa de estos personajes, algunos de ellos muy bien pagados por el poder fáctico (medios de comunicación y empresarios, por ejemplo), hoy se ha abierto cierta polémica en la que se desmitifica a los héroes y engrandece a los traidores. No basta con escuchar a los vendedores de sueños de la historia nacional sino es necesario aprender por uno mismo, y en este afán desde mi trinchera, tomo las armas del mayor calibre, es decir las letras y no las palabras porque éstas, dice Lizardi “se las lleva el viento”.

Yo he aprendido leyendo, entiendo que para algunos leer aburre porque su preferencia de aprendizaje es visual y/o auditiva, y para estas preferencias ver y escuchar a los inexpertos de la televisión es mejor que tomar un libro y agotarlo en su sabiduría.

Así pues, los invito a leer a José Joaquín Fernández de Lizardi. Su literatura podemos encontrarla en ediciones diversas. Yo por cuestiones de azar descubrí un libro que compila fragmentos de textos que van desde el costumbrismo y la moral hasta una sesuda exposición de razones sociales, políticas para la construcción de una nación.

Me centro especialmente en el texto “Chamorro y Dominiquín. Diálogo jocoserio sobre la Independencia de la América” (Folleto, 1821). En este diálogo dos personajes traban una conversación en torno a la necesidad de instruirse como ciudadano y la necesidad de una independencia de México. Uno, Dominiquín, representa a las mentes conservadoras el otro a las liberales, Chamorrín.

Dominiquín. “…pero dime, en resumidas cuentas, ¿qué es independencia?

Chamorro. Es la separación de este reino de España, o la substracción de su dominación…” (Lizardi, 160)

El México Actual

A 200 años de la Consumación de la Independencia, México está a punto nuevamente del abatimiento nacional, debido a quienes detentaron el poder en años y décadas pasados. Durante el sexenio de Felipe Calderón la parte más conservadora y reaccionaria de nuestro país giró sus intereses personales y no de nación hacia España nuevamente tramando negocios con empresas como Iberdrola y comprometiendo los recursos energéticos nacionales, ¿hemos dejado de ser colonia española? ¿Realmente cuándo seremos una nación autónoma y soberana?

“… después de que Cortés se apoderó del oro y de la plata de las Indias; después que puso a los pies del monarca español un Nuevo Mundo; después que este famoso conquistador, a quien hasta hoy se han tributado mil elogios sin mérito, después de esto… la España cayó en un mortal deliquio…” (164)

Algunos se jactan diciendo que “la historia no es su fuerte”, culpando como siempre a su profesor quien fue terriblemente malo en su oficio. Estos conciudadanos sufren de amnesia. La historia no sólo se aprende en las aulas, ni el maestro ni la escuela son los únicos responsables de este aprendizaje. Somos los individuos quienes decidimos qué saber, cómo saber y con qué fin aprender. Pero no se alarmen, no es una situación actual, este grado de ignorancia ha permeado a nuestra sociedad desde tiempo atrás. En el siglo XIX, Lizardi ya lo expresaba en sus textos,

“¿Cuántos españoles (y mexicanos) hay en el reino (y toda América) que totalmente ignoran las causas y los efectos de la presente (pasado, presente y futuro) insurrección? (referíase a la lucha recién iniciada por la independencia de lo que sería México) ¿Cuántos escritores han tomado la pluma para batir la rebelión por el flanco más fortificado, sin haberse acercado a las brechas que les ha facilitado la verdad?” (Lizardi)[i]

La ignorancia no respeta raza, religión ni clase social y es producto “…de la poca o ninguna inclinación a leer”, dice Lizardi en su estilo jocoserio. Ni prestos para aprender ni prestos para comunicar. Así es como tristemente aparecen en escena personajes de partidos políticos (PAN) que en un afán de reconquista recurren a la España monárquica que saqueó las tierras de la América durante siglos, e insistentemente buscan en un acto de traición a la patria y a sus compatriotas vender las riquezas naturales de México y con ello otorgar nuevamente a estos usurpadores el derecho de pernada sobre quienes no gozamos los privilegios del neoliberalismo.

No cabe duda, que estos pseudopolíticos del PAN, PRD y PRI especialmente en su afán de enriquecimiento y de recuperar los fraudes millonarios que hundieron a México por años, recurren a lo más vil de este mundo, bien lo dice el refrán: “En el mundo de los ciegos el tuerto es rey”. España si alguna vez fue potencia, perdió su puesto en el Olimpo hace ya mucho tiempo,

“Las naciones vecinas han sabido aprovecharse de esta indolencia y han sacado el oro de la América por los mismos canales que España los recibía. De manera que España ha exprimido la naranja en un vaso agujerado: ella ha sido el vaso, ¿pero el jugo dónde está? Eso que lo diga Inglaterra, Francia, Italia, Génova, Holanda y toda la Europa, y el mundo todo.” (Lizardi: 164)

Irónicamente esta es la situación actual. En un diálogo entre el liberal y el conservador, Lizardi nos explica la necesidad de que la América se emancipe, puesto que ya es mayor de edad, y se libere del yugo y explotación europea, así como también la necesidad de que la España aprenda a crecer sola sin la necesidad del robo a terceros.

Por ejemplo, hoy por hoy, España en este siglo XXI se ha puesto la soga al cuello. El pueblo español que ha reñido en cruentas guerras civiles, hoy vive las consecuencias de su monarquía y corrupción; un rey que tuvo que abdicar y huir de su país por enriquecimiento ilícito, así como empresas que lucran con las necesidades primarias de la humanidad.

¿En qué estriba la naturaleza de un pueblo rico sin ganas de progreso? ¿Por qué prefiere vivir en la deshonestidad a cambio de unos pesos? Como pueblo no hemos superado nuestras diferencias raciales y sociales, la división de casta sigue vigente en nuestro México.

“En la sociedad colonial, la determinación étnica cumplía sin duda una importante función en el ordenamiento. Para la gente de la época las visibles diferencias en el color de la piel parecían ser la razón fundamental detrás de las diferencias sociales, a sus ojos el color de la piel era quien daba o quitaba derechos y privilegios.” (González Angulo)[ii]

Los reaccionarios mexicanos (PAN, PRI, PRD y sus secuaces) en un retroceso histórico recurren a lo más deplorable del pueblo español, las grandes empresas que han hundido a España en una crisis energética, robando al pueblo.

Conciudadanos es momento de informarnos adecuadamente, estudiando historia, lógica y nuestra lengua madre, el español, herencia de la conquista y colonización, para que de esta manera y con estas herramientas sepamos construir un discurso, y no finalizar diciendo: “pero mentendiste no?”

[i] Fernández de Lizardi, José Joaquín (2006). El laberinto de la utopía. México: FCE/f,l,m/UNAM

[ii] anua-II-pag148-159.pdf (uv.mx)

Jaquelina Rodríguez Ibarra

Estudié literatura porque en los libros he aprendido a vivir. Por las mañanas dedico el tiempo impartiendo clases de literatura en la Prepa Vizcaínas y editando la revista Jardín de Letras que cada verano presenta los textos escritos por los jóvenes que gustan de las letras. Por las tardes edito la publicación digital Terciopelo Negro; también leo, escribo y sueño.

Colaboradora desde el 6 de agosto de 2021.

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