Luciérnaga Vespertina
Toda revolución implica un cambio. La 4T es la revolución del siglo XXI en México. Por lo tanto, la 4T implica un cambio. Solemos escuchar decir a la gente que “Todos los gobiernos de un estado son iguales” o bien que “todos los políticos son lo mismo”, ambas afirmaciones son una falacia.
Hoy es 20 de noviembre, una mañana fría en la Ciudad de México. Estoy en la sala de mi casa acompañada por mis gatos y bebiendo una taza de café exquisito traído de Cuetzalan, Puebla. Al concluir la lectura del relato “Vals ‘Capricho’”, he cerrado el libro 1 de la obra narrativa de Rosario Castellanos editado por el FCE. Rosario Castellanos, mujer nacida en Ciudad de México y llevada a Comitán, Chiapas recién nacida, escribe para sí, para entender los fenómenos del mundo. “Expresar -lo dijo en alguna entrevista- me permite entender”.
En mi caso ¡Qué fortuna tener la posibilidad de expresarse! Pero desde mi humilde rincón hogareño, mi fortuna es poder pensar, reflexionar y “entender los fenómenos del mundo”, y no autoengañarme con falacias baratas y discursos sin fundamento. Hoy son 111 años del inicio de la lucha revolucionaria que implicó cambios, pero también terribles traiciones a una nación entera.
La fecha que hoy festejamos como mexicanos representa la Revolución social de México en el siglo XX. Para algunos trajo consecuencias positivas basadas en ideales de personajes que buscaban el bien común de una nación, como el de “la tierra es para el que la trabaja”. Para otros significó la ruina porque debieron entregar lo que no les pertenecía, lo que habían obtenido en claro abuso de poder.
Aquellas familias venidas a menos en tiempos de cambio nunca valorarán la libertad ni mucho menos la igualdad, pues su fin nunca será el bien común sino única y exclusivamente el propio.
Me permitiré contarles esta historia, “Vals ‘Capricho’” que me hizo pensar y explicarme la situación que hoy vivimos como nación. Dos hermanas que nunca se casaron, viven solas en la casa familiar, una dedicándose a la costura y la otra dando clases de música, “Sus alumnas eran hijas de las buenas familias, empobrecidas por la Revolución y arruinadas definitivamente por el agrarismo… La señorita Trujillo hacía hincapié en lo módico de las cuotas que cobraba su academia. A pesar de ello los parientes de las discípulas regateaban con intransigencia, pagaban con retraso o se endeudaban sin pena.” (Castellanos, 730).
Por otra parte entiendo el enojo de personajes como Lorenzo Córdova, Consejero Presidente del INE, cuyo salario mensual excede los 300 mil pesos pagado por el erario, es decir por los mexicanos, o bien de los dueños de las cuentas bancarias bloqueadas por la UIF o aquellos que han perdido contratos millonarios con el gobierno. Hoy estas familias lloran su derrota ante los cambios revolucionarios del siglo XXI en México pues han perdido sus prebendas financieras.
En el siglo XX el agrarismo devolvió la tierra a quien la trabaja, hoy la 4T devuelve al pueblo lo robado por aquellos que por décadas dejaron de pagar impuestos, robaron desmedidamente en contratos millonarios con el gobierno, por ejemplo, el señor X (Claudio X. González); o aquellos diputados que dejaron de recibir “moches” a cambio de votar por reformas que representaban el saqueo de los recursos naturales de nuestro país. ¿Por qué defender a quienes evadieron impuestos, lavaron dinero o recibieron sobornos? Ellos son las familias enojadas con la revolución de la 4T que lucha contra corriente en una marea de ciudadanos enajenados por la ambición de riqueza.
“Vals ‘Capricho’” representa el intento de educar ante la barbarie, el individuo frente a la sociedad llena de prejuicios. Las hermanas Trujillo reciben en su hogar, que ya no les pertenece, a la hija de su hermano Germán, quien “…rescató las hipotecas de la casa y les permitía habitarla mientras decidía la hora de su regreso a Comitán.” (Castellanos, 731)
Claramente este relato de Rosario Castellanos es un tratado de pedagogía. Los padres en su incapacidad de educar, instituir e instruir a su hija delegan estas funciones a las tías de la joven Reinerie. Cómo no recordar, en cada línea que ávida consumía, a Rousseau en su Emilio o de la educación. Así percibo que, aunque Reinerie “…va a heredar los aserraderos, las tropas de enganchados, las concesiones del Gobierno.” (Castellanos, 738), no será un ciudadano, ya que su educación no traspasó el estado natural -salvaje-, es decir el de persona y no ciudadano.
Así nuestras familias de hoy, pobres o ricas, millonarias o clase medieras, que intentan descalificar y anular un proyecto de nación que nos unifica, que nos hace ser la parte de un todo que se llama nación, estas familias viven en su estado natural, en la individualidad de su bienestar propio y no en el de la ciudadanía.
En pocas palabras estas familias carecen de educación, en pocas palabras estas familias suman a la contrarrevolución.
Gracias literatura por ser tan bondadosa.
Jaquelina Rodríguez Ibarra
Estudié literatura porque en los libros he aprendido a vivir. Por las mañanas dedico el tiempo impartiendo clases de literatura en la Prepa Vizcaínas y editando la revista Jardín de Letras que cada verano presenta los textos escritos por los jóvenes que gustan de las letras. Por las tardes edito la publicación digital Terciopelo Negro; también leo, escribo y sueño.
Colaboradora desde el 6 de agosto de 2021.
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