Utopía
Como un signo de los nuevos tiempos en la aldea global, significados por la quiebra del capitalismo salvaje, el Fondo Monetario Internacional postula que en México se requiere un gasto mayor y más eficiente en programas sociales, educación y salud para reducir las brechas económicas, mitigar las cicatrices de la pandemia y fomentar una recuperación inclusiva.
El instrumento financiero principal para que Estados Unidos reproduzca su hegemonía en paulatino declive, su gobierno y sus trasnacionales que integran el complejo militar industrial, mismo que ahora desata la histeria antirrusa por una supuesta amenaza de invasión a Ucrania, reconoce primero que las transferencias monetarias por conducto de programas sociales evitaron que 2.5 millones de mexicanos cayeran en la pobreza con el inicio de la crisis por el SARS-CoV-2.
El aumento del gasto para dicho propósito mitigó el impacto negativo de la pandemia en el empleo, las ventas minoristas y la pobreza laboral, reportó el FMI y advirtió que sin aquél, este indicador se hubiera disparado a 45.9%, de acuerdo con estimados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, instancia gubernamental autónoma para generar información en la materia. En el caso del Coneval, los intelectuales orgánicos no descubren aún la voracidad centralista que le atribuyen desde sus cubículos pues no gustan de ensuciarse las manos, al titular del Ejecutivo federal.
Con todo, de acuerdo a la misma estimación se disparó 12% la población sin acceso a los servicios de salud, otra cara de la limitada protección social de México. Y al final, los programas sociales no impidieron que la tasa de pobreza aumentara de 41.9% a 43.9% entre 2018 y 2020.
Sin embargo, el FMI reconoce lo inocultable del modelo que impuso a los gobiernos desde 1982 y hasta 2018, que “México ha sufrido durante mucho tiempo una alta pobreza y exclusión social”. Antes del covid-19, “las tasas de pobreza se habían mantenido históricamente altas”.
Para 2018, asegura, 42% de los mexicanos vivía en la pobreza, de acuerdo con datos del Coneval. Y consigna que 40% de los hogares con niñas o adolescentes no tenía acceso a los servicios de salud antes de la pandemia, porcentaje superior al promedio latinoamericano. Pero Julio Frenk, Salomón Chertorivski y José Narro pintaban un panorama muy optimista; Felipe Calderón llegó a anunciar en 2012 la conquista de la cobertura universal de salud.
Lo más sorprendente de las recomendaciones de los directivos del FMI es que mientras al gobierno de Alberto Fernández le exigen que ponga en marcha un draconiano plan de ajuste en Argentina para que pague el multimillonario empréstito que hizo a Mauricio Macri para que consiguiera su reelección presidencial, pero fracasó en toda línea, para México “recomienda” aumentar el presupuesto social con el respaldo de una reforma tributaria a mediano plazo, la cual podría financiar un gasto de alrededor del 2% del PIB en programas sociales, educación y salud, y de 1% en infraestructura y otras inversiones públicas.
Ver para creer a los tecnócratas fondomonetaristas con dos varas de medir a dos Estados latinoamericanos soberanos y dos de las tres economías más grandes del subcontinente. Omiten los tecnócratas del FMI un dato clave, que los 36 millones de paisanos que viven y laboran en Estados Unidos aportan más dólares que toda la inversión extranjera directa y que sus remesas superaron cuatro veces lo que inversionistas extranjeros sacaron del país; por cada dólar que foráneos se llevaron a otra nación, los mexicanos enviaron cuatro.
Eduardo Ibarra Aguirre
Autor de Utopía. Coordinador del Grupo María Cristina. Perseguido por la Sedena (1993-2002) por difundir la propuesta del ombudsman militar. Demandante laboral del CEN del PRI (1992-93). Editor de Forum en Línea desde diciembre de 1993. Redactor de cinco libros y coautor de ocho. Corresponsal en Moscú (1977-79) y becario en Berlín (1967-68).
Colaborador desde el 12 de abril de 2021.