Al pie de una foto
Es 8 de marzo en la zona céntrica de la Ciudad de México, las mujeres celebran con una multitudinaria marcha que ha partido de varios puntos y se ha convertido en una gran fiesta ciudadana, un ejercicio de democracia participativa para protestar, exigir un alto a la violencia, libertad y equidad de género entre muchas otras demandas en el día internacional de la mujer. Las consignas se suceden unas a otras resonando fuerte y alto, el ambiente es de regocijo y alegría, muchas participantes han regalado ramos de flores y abrazos a las mujeres policías que sonrientes resguardan el orden en una larguísima valla, yo he seguido con atención esta marcha integrada por múltiples contingentes que ordenadamente y en paz se dirigen triunfalmente a la plancha del zócalo.
En todo el trayecto de varios kilómetros de largo las muy entusiastas manifestantes avanzaron ligeras sin oposición alguna, siempre infiltradas por minoritarios grupos de gente con el rostro cubierto, vestidos de negro y autonombrados como “bloque negro” mismo que se dispersó en equipos tácticos de 5 o 6 personas muy agresivas. Poseedoras del monopolio de la violencia fueron destruyendo a su paso el mobiliario urbano, rompiendo los cristales de aparadores y casetas.
Estas embozadas damas con rudeza paramilitar me impiden tomar fotos no solo de sus actos vandálicos sino tampoco de la manifestación, amenazándome con sus martillos, palos y tubos, me empujan, me agreden constantemente a codazos, me prohíben tomar fotografías o video obstruyendo el lente de la cámara con el puño cerrado, incluso golpeando con furia el objetivo de la cámara con la intención de lastimarme el rostro, han llegado al exceso de tratar de picarme los ojos con algún palo que sostiene una bandera negra cuando concentrado en mi trabajo me suponían distraído.
Nunca imaginé que la represión que ejercía el viejo régimen del PRIAN contra las manifestaciones populares mutara con tanto éxito en grupos de choque tan bien entrenados y pertrechados, a mí me han puesto marcaje personal todo el tiempo y me es difícil moverme con seguridad, me siento censurado, vigilado y perseguido. Me da miedo perder un ojo en un descuido, ser golpeado con los martillos o perder el equipo fotográfico, ¿de dónde salen esos relucientes martillos?, ¿no son acaso un símbolo fálico?
Ya en la plaza de la independencia las manifestantes como en una cascada se disgregan en grupos con diversas actividades culturales; performance, música, danza, debates. Solo el terrorífico bloque negro se dedica con un encono superlativo a generar más violencia atacando a las policías que sostienen por la parte trasera las vallas que protegen los edificios más emblemáticos del patrimonio histórico; Catedral y palacio nacional. En pretendida indignación les arrojan cualquier cantidad de cosas; petardos, bombas molotov, piedras, vidrios, botellas, tubos y substancias tóxicas: ácido, gas pimienta, cloro. De este último me tocó una ráfaga en la cara y cegado hui como pude de la zona en la que ininterrumpidamente se libraba esa necia batalla campal que, por cierto, duró por muchas horas hasta después del anochecer.
Tristemente algunas participantes muy jóvenes gritaban entusiasmadas aplaudiendo los actos violentos o de plano se sumaban a las agresiones con la rabia que suele acompañar a la impunidad, incluso derribaron postes que usaron como ariete en una representación absurda, infantil y complaciente pues el enemigo detrás de las murallas no podía responder mínimamente el asalto de las hordas juveniles de clase media. Vaya confrontación mendaz tan conveniente y asimétrica.
Mientras me lavaba la cara con agua para librar mis ojos del cloro reflexioné, ¿cómo es que llegamos a donde llegamos? Es más que evidente que este grupo de provocadores obedecen las órdenes de alguien que tiene una agenda política con fines contrarios a las causas de la emancipación de las mujeres, es decir este montaje violento es una operación de falsa bandera, una de esas acciones ilegales encubiertas de manual imperialista. ¿Quién dijo Maidán?
Exactamente distinguido lector la imagen que acompaña estas letras me recordó desde el mismo momento en que encuadré y disparé la cámara a esas escenas tan conocidas a través de los medios de la plaza de la Independencia mejor conocida como Maidán en el centro de Kiev la capital de Ucrania allá por 2013. En esa céntrica plaza dio inicio una contra revolución a modo de los peores intereses económicos para deponer al gobernante que no favorecía la sumisión de su país a la Unión Europea.
Así fue el principio del infierno para Ucrania con el llamado Euromaidán, una serie de manifestaciones, revueltas y disturbios muy violentos que organizados y financiados por los servicios de inteligencia de USA y la OTAN entre 2013 y 2014 consiguieron derrocar al gobierno legítimo de Ucrania para implantar a través de ese golpe de estado un gobierno títere que defiende los intereses de la industria militar y busca la división de Ucrania para debilitar en un largo conflicto de baja intensidad a Rusia, potencia militar emergente que representa un peligro para la hegemonía estadounidense.
Los todopoderosos intereses transnacionales también en México han instalado sus máquinas de guerra ideológicas y es por lo que se esfuerzan en sustentar con estos vistosos montajes mediáticos sus falaces narrativas de supuesta ingobernabilidad, falta de libertad y respeto a los valores de la democracia moderna. Son cientos de tontos útiles uniformados de negro, muchos de ellos con ropa de marcas caras e ideologizados los que no reconocen al enemigo transnacional de nuestra nación que los manipula con perversidad.
A la fecha hay al menos una decena de guerras en el mundo, todas ellas tienen que ver con el saqueo de sus recursos naturales, principalmente los energéticos por el mismo imperio hegemónico que manda miles de millones de dólares en armas al gobierno nazi fascista de Ucrania.
El boato totalitario que se ostenta como mundo libre y se autonombra policía del mundo no quiere que en México se aplique la Reforma energética propuesta por el jefe del ejecutivo, así que desde las zonas más oscuras de la política, iglesia, economía y comunicación maniobra con ese gran excedente de dinero que después de saquear ininterrumpidamente en el orbe aplica en la extensión de la guerra para fragmentar países, asesinar millones de seres humanos y enriquecer hasta el infinito a unos cuantos.
La reciente resolución grosera, injerencista y colonial del Parlamento Europeo no es otra cosa más que un ataque disfrazado al Gobierno de nuestro país por las poderosas multinacionales energéticas como Iberdrola que reporto utilidades de 400 millones de dólares y que sumadas a las de otras empresas similares reportan una ganancia de casi mil millones de dólares en un año. Así que dinero sobra para comprar conciencias de líderes sociales, políticos, militares y religiosos deshonestos. Se necesita ser ingenuo en extremo para no ver lo que se gesta a través de esos nuevos grupos de choque de corte fascista que junto a una retórica panfletaria y esquizofrénica buscan reimplantar el poder absoluto de una derecha internacional retrógrada y reaccionaria.
¿Habrá otra guerra? Mírense, europeos, mírense.
Nada en vuestra cara es apacible.
Todo es lucha, deseo, avidez.
Hasta la paz la queréis violentamente.
Henri Michaux “Un bárbaro en Asia”
Fernando García Álvarez
Nací enamorado de la luz y desde muy joven decidí ser artesano de sus reflejos. He sido aprendiz y alumno de generosos mentores que me llevaron al mundo de las artes y la comunicación. Así he publicado mis fotografías y letras en diversos foros y medios nacionales e internacionales desde hace varias décadas. El compromiso adquirido a través de la conciencia social me ha llevado a la docencia.
Colaborador desde el 10 de diciembre de 2021.