Al pie de una foto
En pleno siglo XVIII llamado el de las luces y que tenía por consigna ¡Sapere Aude! (ten valor para servirte de tu propio entendimiento) el escritor prusiano Cornelius De Pauw en sus Recherches philosophiques sur les americains (1768-1769) pretendió demostrar la inferioridad física, intelectual y espiritual de los habitantes del nuevo mundo:
No existe evento mas digno de memoria entre los hombres que el descubrimiento de América. Remontándonos de los tiempos presentes a los tiempos mas remotos, no existe ningún evento que pueda compararse con aquel; y es probable un gran y terrible espectáculo contemplar una mitad de este globo, desgraciada de tal modo por la naturaleza, donde todo estaba degenerado o era monstruoso.
¿Qué geógrafo de la antigüedad habría sospechado jamás que un mismo planeta poseía dos hemisferios tan diferentes, donde uno seria vencido, subyugado y engullido por el otro, a partir del momento en que fuera conocido, después de un lapso de siglos que se pierden en la noche y en el abismo de los tiempos?
Esta asombrosa revolución que cambio la faz de la tierra y la fortuna de las naciones fue absolutamente fugaz, ya que por una fatalidad casi increíble, no existía ningún equilibrio entre el ataque y la defensa. Toda la fuerza y toda la injusticia estaban del lado de los europeos: los americanos no tenían mas que la debilidad: ellos habrían, pues, de ser exterminados y exterminados en un instante.
Al mismo tiempo otros tantos hombres de la ilustración europea debatían el mismo tema, con falaces argumentos con la misma intención como William Robertson quien había expuesto que los nativos americanos estaban incapacitados de nacimiento para formar ideas generales y abstractas. Desde el continente americano el español criollo, jesuita veracruzano y primer historiador del país Francisco Javier Clavijero argumenta una sólida y estructurada defensa de la gente y culturas del “Nuevo Mundo” en sus escritos destacando las disertaciones de la Storia della California publicado por vez primera en Italia en 1789.
El exterminio “en un instante” de los naturales de América mencionado por Cornelius de Pauw y justificado por muchísimos “pensadores” europeos y americanos de todas las épocas ha sido sistemático, gradual, lento y muy doloroso hasta la fecha y desde el principio de la conquista, como lo constató con magnífica pluma y escalofriante realismo el indígena peruano Felipe Huamán Poma de Ayala en su obra “Nueva crónica y buen gobierno” escrita entre los años 1556 y 1615.
Huamán Poma nacido en el Ayacucho en la época del virreinato del Perú fue perseguido y desterrado por los conquistadores pese a ser descendiente de la realeza Inca y estar dedicado también a la enseñanza de la lengua española a sus hermanos de sangre. Su manuscrito profusamente ilustrado con dibujos propios y que pretendía ser una carta al Rey de España “inexplicablemente” se perdió por varios siglos, hasta ser encontrado en 1908 en la biblioteca real de Copenhague. Uno de los dibujos de este valiente cronista me impresionó sobremanera cuando la vi primeramente y me sigue causando la misma impresión cuando la vuelvo a observar, en él se aprecia a un indígena siendo víctima del aperreamiento.
El aperreamiento consistía en la tortura, mutilación, desmembramiento y asesinato por los salvajes perros entrenados para atacar y despedazar seres humanos por las huestes españolas de la “civilización superior”. Esta vieja costumbre militar los acompañaba desde el medioevo europeo por lo que se escogía a los perros más feroces y fuertes (alanos, dogos y Mastines) para cruzarlos y obtener ejemplares más temibles. Por todo el continente se extendió este bárbaro y criminal acto y de ello dan cuenta diversos testimonios. En México el también cronista texcocano Fernando de Alba Ixtlilxóchitl escribe que ante el amotinamiento indígena por la tortura y asesinato de Cuauhtémoc su emperador, fueron hechos presos los indígenas insurrectos para posteriormente ser ahorcados en Coyoacán unos y despedazados por los perros los otros.
El despiadado y ambicioso conquistador Pedro de Alvarado al establecerse en Tututepec, Oaxaca obligó a los indígenas a entregarle oro y a los que no pudieron o se negaron se les hizo aperrear sin importar si eran nobles o vasallos. Pocos años antes en 1526 durante los intentos de pacificación del territorio Mixe se envió al cruel y sanguinario Gaspar de Pacheco al mando de un gran ejército de indígenas y europeos con abundante caballería y perros de ataque entrenados para asesinar y mutilar indígenas. El escarpado terreno de la mixteca impedía el avance de los conquistadores y su caballería, pero aprovechando el olfato de los mastines podían localizar y perseguir a la indemne población civil que sin distinción de edad o sexo eran devorados por los perros. En la subsecuente conquista de Yucatán se repitieron estas atrocidades.
Desde la conquista de América -hace más de 500 años- nos seguimos batiendo y debatiendo en muy diversas batallas y guerras, intelectuales, ideologías, económicas y militares en las que se nos sigue tratando desde la óptica europea y estadounidense como seres inferiores acaso esclavos, vasallos o ejército industrial de reserva. Los aperreamientos evolucionaron a la “conquista espiritual” con el control absoluto del clero y su execrable Santo Oficio más adelante las masacres de los golpes de estado, la tortura y control psicológico de los linchamientos mediáticos, la mentira como religión desde el púlpito de la post verdad y la judicialización de la política o LawWare contemporáneas.
La manera como se han desenvuelto los poderes supranacionales en los últimos días nos da una clara oportunidad de observar su obstinada voluntad de saqueo y exterminio sin límites en contra de las diversas naciones y culturas que seguimos resistiendo en nuestras tierras del “nuevo continente”. Es por demás sintomático en esta tercera guerra mundial que en su versión híbrida ha comenzado en Europa, en Ucrania para ser exactos y a las puertas del país más extenso del mundo con inconmensurables recursos naturales y muy poca población, Rusia.
En esta coyuntura sin parangón el gobierno de México ha dado un golpe sobre la mesa para detener el saqueo de los recursos naturales de la nación al proponer una reforma energética a la ilegal e inmoral estructura judicial montada por regímenes anteriores para facilitar el expolio y usufructo de nuestros recursos energético por compañías transnacionales de cuño imperialista. Pese al repudio y denostación del pueblo de México contra los diputados traidores de los partidos opositores PRI, PAN, PRD y MC, convertidos en auténticos perros de ataque adiestrados y azuzados por cabilderos extranjeros para despedazar cualquier intención para restablecer la soberanía y libertad y buen gobierno del país.
Esta escandalosa jauría de mastines tropicalizados son los verdugos modernos que se negaron a votar por la Reforma Constitucional que confirmaría el control y rectoría del Estado sobre la energía eléctrica garantizando con esto la independencia en áreas estratégicas. Sus espumeantes ladridos de odio resuenan hasta el infinito haciendo eco en absolutamente todos los medios de “comunicación” nacionales e internacionales de la prensa empresarial mejor conocida como prensa sicaria.
Sin embargo, el jefe de la Nación Andrés Manuel López Obrador aplicando una estrategia alterna y planeada con anticipación les ha ganado la partida política y económica con un inesperado enroque dejándolos al descubierto en lo inmediato, desnudos en su infidelidad a los intereses del país, ha quedado exhibida su miserable y mezquina condición de lacayos de los imperios energéticos que los ha comprado a través de los altaneros cabilderos también exhibidos en los medios de información independientes.
Estuve presente en las afueras del congreso de la unión el día 17 de abril, día de la discusión parlamentaria de la Ley de Reforma Energética acompañando a los miles de ciudadanos conscientes y participativos que tratan a brazo partido de construir esa gran nación que merecemos. La presencia de esa voluntad de cambio encarnada en un insurrecto pueblo trabajador y sus representantes en la 4T me llenó de orgullo por ser mexicano, los ahí presentes refrendamos nuestra voluntad de mujeres y hombres libres en busca de un futuro promisorio sin olvidar nuestras ancestrales raíces y a nuestros héroes caídos en mil batallas, asesinados por los perros de la guerra, balas de gobiernos autoritarios, hambre, enfermedad e ignorancia.
Las reformas a la Ley Minera para nacionalizar el litio propuesta como plan B y aprobada un día después de la cobarde traición de la carroñera manada opositora nos garantiza la propiedad exclusiva del litio u oro blanco para los mexicanos. Este metal plateado que tiene una enorme capacidad para almacenar y transferir la energía se ha convertido en un elemento fundamental en el desarrollo científico, tecnológico y económico al permitir el uso de energías y su producción de manera más limpia y responsable.
Pese a las campañas mediáticas y sus millones de patrañas en contra de la transformación, pese a la cínica traición de una clase política podrida, apergollada con cadenas de oro, alineada a la derecha y los intereses extranjeros, pese al sol inclemente y el sabotaje desde todas las esferas de poder que controla la reacción internacional y sus cipayos, el pueblo se manifestó apoyando las reformas a la ley afuera del congreso con un sueño claro y cada vez más cercano, México vive, América es nuestra, hay una patria grande y generosa donde cabemos todos.
Fernando García Álvarez
Nací enamorado de la luz y desde muy joven decidí ser artesano de sus reflejos. He sido aprendiz y alumno de generosos mentores que me llevaron al mundo de las artes y la comunicación. Así he publicado mis fotografías y letras en diversos foros y medios nacionales e internacionales desde hace varias décadas. El compromiso adquirido a través de la conciencia social me ha llevado a la docencia.
Colaborador desde el 10 de diciembre de 2021.
