Libros de ayer y hoy
Tiene tantas connotaciones la novela de Víctor Cuchí Espada, El sacrificio de Urías, que una podría insertarse en los acontecimientos que vivimos con la guerra en Ucrania y otra más, en el refuerzo de una guerra fría, que en el fondo siempre ha estado ahí. Los alcances de este libro editado por Navarra en 2021, nos comprometen a todos en una dimensión global en la que se exigen toma de decisiones.
¿Cuál sería, por ejemplo, la posición de México en caso de que se declarara una guerra mundial? Después de contemplar las sonrisas de AMLO y Joe Biden en Washington, no hay duda, aunque la neutralidad esté presente en el comportamiento mexicano. Es cierto que la diplomacia exige actitudes, pero el señor Biden que aparece muy quedito como dicen en los pueblos, es de berrinches, imperativo, a la hora de las decisiones. Véase lo que ha hecho con los mansitos de la UE, aunque en el fondo no lo sean.
Ya se ha recordado aquí en nuestro país, el envío de gente como cascos azules a la ONU, lo que evidencia que en los compromisos de una posible guerra, México podría estar presente. Muchos moriremos de fuego amigo.
Una bella novela que transita por escenarios que podemos vivir
El joven mexicano Jaime Urías, personaje principal de la novela de Cuchí Espada, retrotrae por su apellido a la historia bíblica del rey David y Urías, el hitita, que indudablemente se alude en el escrito. El rey David, prendado de la bella Betzabé, esposa de Urías, pretende cargarle el embarazo de la mujer, pero este se opone a acercarse a ella porque en tiempos de guerra, hay el principio de la abstención.
Ante la evidencia de que no se librará de su culpa, el rey da instrucciones para que Urías sea enviado al frente del ejército en la guerra y sea asesinado por el enemigo o por compañeros. Esta secuencia se suele encontrar repetida en novelas de Dumas y del propio Vargas Llosa, un recurso usado incluso en filmes. En la novela las cosas no son tan directas, se trata únicamente del aprovechamiento del joven ante su generosidad económica para ayudar a una familia, dinero que es tomado por un tipo mendaz, Renán Maraver, que lo utiliza.
El primer capítulo de esta novela, de apenas 150 páginas, coloca al lector dentro del dirigible Graf Zeppelín en momentos en que aparecían como barcos flotantes al arribo de la guerra mundial. Uno, el Hindenburg, estalló en 1937 y mató a sus pasajeros, lo que eliminó en parte ese sistema.
Urías vive lo que podemos vivir si los conflictos de hoy se acentúan
Novela escrita con inteligencia, pero al mismo tiempo surcada por grandes momentos poéticos. El sacrificio de Urías lleva a su protagonista a recorrer varios espacios mundiales como uno de esos protagonistas creados para ese efecto.
No es, sin embargo el caso, no obstante que ha pasado de México a escenarios en conflicto como es la segunda guerra mundial y posteriormente al conflicto que se creó en Egipto con la nacionalización de El Canal de Suez. En todo momento, ya participante incluso en la guerra como aliado, el protagonista trasciende su opinión en contra de la violencia, aunque cuando alude a Plutarco Elías Calles al que critica durante el viaje, no dice la causa.
Para ser una novela de expresión abierta ante tantos acontecimientos que alude y que aborda, México queda en el anonimato. El sacrificio que vincula al personaje con el rey David es por la agresión sufrida de parte de Maraver y la venganza que también se alude y que surge del deseo constante que Urías expresa porque Maraver muera lo más pronto posible. Reconciliado con sus principios y conciencia, Urías regresa a México.
Cuchí Espada, historiador y novelista mexicano nacido en Puerto Rico, es también profesor universitario. Esta, su primera novela, no solo deja el conocimiento de un deambular histórico en momentos de conflicto como en el que estamos ahora, sino la belleza que trasciende de sus páginas.
Teresa de Jesús Gil Gálvez
Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.
Colaboradora desde enero de 2017.
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